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Juan José Padilla se ha hecho acreedor del trofeo ‘Memorial Manolo Vázquez’
Juan José Padilla se ha hecho acreedor del trofeo ‘Memorial Manolo Vázquez’ que concede la tertulia taurina del Real Club de Andalucía, el tradicional casino del ‘Aero’. Este galardón fue creado para premiar el suceso más destacado de la temporada anterior en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla y ya alcanza su decimotercera edición.
El jurado, que preside Manuel Vázquez Gago, ha ensalzado “su trayectoria en Sevilla y sus valores personales y humanos que ha demostrado durante toda su carrera como torero y sobre todo en su última etapa”. Así reza un acta en la que también se destaca que se trata de “la figura de un torero que lo ha dado todo por su profesión y que se despidió de la afición de Sevilla el pasado 29 de septiembre cortando una oreja”.
El trofeo que recibirá el diestro jerezano es una estatuilla del prestigioso escultor e imaginero Luis Álvarez Duarte que reproduce un conocido busto que conserva la familia de Manolo Vázquez. La XIII edición de este trofeo Memorial Manolo Vázquez será entregado el próximo año en la sede del Real Club de Andalucía, el ‘Aero’, antes del comienzo de la temporada taurina hispalense.
En sus doce ediciones anteriores resultaron distinguidos los matadores de toros Enrique Ponce, César Rincón, José María Manzanares, Julián López ‘El Juli’ -dos veces consecutivas-, el toro ‘Arrojado’ de Núñez del Cuvillo, el novillero Francisco Lama de Góngora, los ganaderos Antonio y Eduardo Miura además de los diestros Pepe Moral, Eduardo Dávila Miura, Morante de la Puebla y Antonio Ferrera.
Juan José Padilla se encuentra en estos días cumpliendo sus últimos compromisos profesionales en tierras americanas antes de entonar el adiós definitivo a la profesión. Ya se había despedido de la afición sevillana en la pasada Feria de San Miguel antes de cumplir su último compromiso en un ruedo español en la plaza de Zaragoza por las fiestas del Pilar. Fue en Zaragoza, precisamente, donde estuvo a punto de perder la vida hace seis años. Aquel tremendo percance le desfiguró el rostro y le hizo perder un ojo para, paradójicamente, alumbrar una nueva etapa en los ruedos que estuvo precedida de un impresionante proceso de recuperación física y anímica para reaparecer en poco más de cinco meses.