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En la foto, de izquierda a derecha: Pepe Luis Vázquez, Roca Rey, Morante, Fernández Cabrero, Dávila Miura, Ramón Valencia y Pedro Rodríguez Tamayo. / El Correo
La temporada taurina sevillana concluirá el 12 de octubre. La hermandad de la Macarena se ha convertido en el eje catalizador de un atractivo festival a beneficio de sus obras asistenciales que ya tiene definidas las líneas maestras del cartel. Eduardo Dávila Miura, consiliario en la junta de gobierno que dirige José Antonio Fernández Cabrero, se ha convertido en el principal impulsor de este evento que devolvería el impulso taurino a una fecha devaluada en el calendario de la temporada hispalense. De hecho, el pasado año se remendó con un espectáculo ecuestre.
Algunas de las líneas maestras del festival se han perfilado este mismo miércoles en el transcurso de un almuerzo celebrado en la misma sede la cofradía de la Madrugada. El hermano mayor y el propio Dávila han sido los anfitriones del empresario Ramón Valencia, gerente de la empresa Pagés, y los diestros Pepe Luis Vázquez, Morante de la Puebla y Andrés Roca Rey. Al encuentro también ha acudido Pedro Rodríguez Tamayo, número dos de Pagés.
“Yo estoy aquí como consiliario de la Macarena pero si tengo que torearlo lo toreo”, ha señalado a El Correo el propio Dávila Miura afirmando que su afán pasa “porque salga y el cartel se remate lo mejor posible aunque si hace falta aquí estoy”. Ha sido Morante el que ha acabado de despejar cualquier duda sobre la presencia del matador macareno. “Es que me ha dicho que si le llamo para torear y yo no toreo cómo va a ser”, ha bromeado el torero confirmando que “el tema está bastante encarrilado aunque aún faltan flecos por rematar”.
“Aún estamos hablando con algunos toreros pero ya se han dado pasos importantes” ha explicado Dávila señalando que el primero de esos pasos fue contar con la complicidad de la empresa Pagés. “Llevo seis meses con esto y Ramón me dijo para delante” ha señalado el diestro sevillano recalcando que los fondos obtenidos serán destinados a las obras asistenciales de la Hermandad. “Cuando vives la hermandad más de cerca, más allá de vestirte de nazareno, te das cuenta de que todo lo que entra sale”, ha remachado Dávila refiriéndose a todas las necesidades que atiende la corporación.
“Cuando entré en la junta de gobierno me pregunté que podía aportar y si como macareno, más que torero, puedo organizar esto es muy reconfortante”, ha añadido Dávila que, de alguna manera, entronca con la tradición taurina macarena. Algunas de las piezas maestras del atavío de la Esperanza, precisamente, pudieron ser sufragadas gracias a la actuación de José Gómez Ortega ‘Gallito’ en distintos festivales benéficos. Dávila también ha aportado uno de sus vestidos más queridos, un verde esperanza, a ese ajuar. El traje lo recuperó efímeramente el pasado año de las vitrinas del museo para vestirlo en su última reaparición en la plaza de Las Ventas.
El apartado ganadero es otra de las facetas que se está empezando a cuadrar para el festival del 12 de octubre. Dávila habría ofrecido a los toreros comprar una novillada pero todo parece indicar que el ganado, finalmente, saldrá de donaciones de distintos ganaderos en función de las preferencias de los actuantes. “Ahora toca llamar a los ganaderos pero cuando pides en nombre de la Esperanza se arregla todo”. Los toreros y los empresarios, curiosamente, han subido al camarín de la Macarena antes del almuerzo terminando de sellar su compromiso. “Sus caras viendo la Virgen demostraban que estaba todo arreglado”.
Aún falta concretar con algún matador de toros y cuadrar la presencia de un novillero. En cualquier caso, los organizadores –con Dávila a la cabeza- esperarán al paso del verano para dar a conocer el cartel definitivo en el que aún puede haber sorpresas de última hora.