Menú

El Juli: los galones del mariscal

El matador madrileño ha aceptado el envite de los jóvenes y mantiene su primacía profesional

08 dic 2017 / 16:46 h - Actualizado: 08 dic 2017 / 16:47 h.
"Toros"
  • El Juli: los galones del mariscal

sevilla{Al Juli le ha espoleado la savia nueva. El maestro precoz ha sacado lo mejor de sí mismo aceptando el duelo con los jóvenes cachorros. Ha salido más que airoso de una temporada que vio marcharse prematuramente –por unas razones u otras– a Morante y Manzanares, sus compañeros de consulado en estos últimos años. Pero el madrileño ha sabido mantener su primacía desde el autoritario comienzo de la campaña: hubo tres orejas en Olivenza –el patio de su casa– pero sobre todo un triunfo incontestable en Valencia, saldado con tres nuevos trofeos lucrados a sus garcigrandes, que tampoco dieron demasiadas facilidades. Pasó por Castellón después de un lustro ausente y preparó su comparecencia abrileña. Abrió fuego en Sevilla cortando una valiosa oreja ante una corrida decepcionante, la de Garcigrande, en una tarde aciaga en lo meteorológico en la que casi todo se puso en contra. Aún le quedaba la de Daniel Ruiz, peligrosamente emparedado entre los hermanos Rivera Ordóñez, que acapararon la atención mediática y se impusieron en el marcador.

Pero en el horizonte ya se dibujaba Madrid, ese castillo famoso. En Las Ventas siempre han medido con regla a los suyos. El Juli estaba anunciado con una imponente corrida de Alcurrucén para confirmar la alternativa a dos jóvenes y prometedores cachorros: Ginés Marín y Álvaro Lorenzo. Marín, que salió a hombros, se convirtió en triunfador de la isidrada en una tarde que también sirvió para que su padrino, que cortó una oreja de mucho peso, sacara lo mejor de sí mismo. Pero la espada le cerró la Puerta Grande...

El Juli ya navegaba a velocidad de crucero y pasó por Cáceres volviendo a sumar tres orejas. De allí a Sanlúcar de Barrameda, indultando un toro de Zalduendo para cerrar su particular mes de mayo en Aranjuez –en corrida de arte y ensayo– imponiéndose a los estilistas Pepe Luis y Morante. Puntuó en Nimes por Pentecostés; en Toledo por el Corpus... pero Madrid le esperaba de nuevo, culminado San Isidro, para hacer el paseíllo en la corrida de Beneficencia. Había que enseñar los galones; empuñar el bastón de mariscal... Julián se sobrepuso a una corrida de Victoriano del Río en la que prevaleció la mansedumbre. Cortó oreja. El maleficio se había roto.

Comenzaba, ahora sí, el verano taurino que el joven maestro madrileño estrenó en Alicante sumando tres orejas más de un encierro de su propia ganadería, El Freixo, que le erigieron en máximo triunfador del ciclo levantino. Pasó con nota por Burgos y salió a hombros en Santander y Pontevedra alcanzando sus mejores cotas, a punto de mediar el mes de agosto, en El Puerto de Santa María. Allí se llevó cinco orejas y un rabo en una demostración incontestable pero la inesperada retirada de Morante, que aquella misma noche decidió cortar por lo sano, le robó los primeros titulares. A esas alturas tampoco importaba. Un puñado de tardes tibias preludiaron una nueva apoteosis en el mismo rincón del Sur. Julián cortó un rabo en Sanlúcar antes de subir al alto tribunal de Bilbao, en el que no logró alcanzar el triunfo que sí logró, cruzando España de parte a parte, en la feria de la Virgen del Mar de Almería con un encierro de Zalduendo, idéntica ganadería que le permitiría triunfar consecutivamente en Cuenca y Palencia.

La temporada alcanzaba su curso bajo pero el torero no mudó el tono. Las buenas actuaciones de Mérida o Alcázar de San Juan sólo fueron el aperitivo del indulto de un ejemplar de Daniel Ruiz en la feria de Valladolid. Se vistió de goyesco en Arlés; formó un lío con Ginés Marín –que le espolea a tope– en el mano a mano de Andújar y rubricó su gran temporada puntuando en Murcia y Salamanca. Mención aparte merece su doble actuación de Albacete, que resume la gran temporada del madrileño que cerró la agenda en un ruedo menor, Abarán, con otra salida a hombros.

¿Qué pasará en 2018? El propio matador ha admitido que no será un año más. El Juli cumple 20 años de alternativa en plena juventud y ha anunciado que habrá cambio de estrategias. «Cierro una etapa profesional» ha declarado el torero que, previsiblemente, planea un año especial en el que la calidad y la oportunidad de sus contratos ganará a otros retos estadísticos. Lejos quedan esos tiempos de guerras perdidas que han dejado sus cicatrices. Nos interesa más el gran torero, olvidado de sus fías y porfías y hasta de aquel duro toro de Garcigrande que partió en dos su carrera en una tarde abrileña. ~