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Manazanares abrió la Puerta del Príncipe en otoño de 2012. / EFE
Seguimos sin certezas ni sustituto oficial
El asunto empieza a oler a chamusquina. Faltan cuatro días escasos para el comienzo de la breve feria de San Miguel y seguimos sin saber quién abrirá el segundo pase. En los corrillos taurinos se da prácticamente por hecho que José María Manzanares no comparecerá en el Baratillo pero su nombre permanece anunciado y promocionado en la cartelería oficial sin que la empresa ni el interesado confirmen su presencia en la plaza de la Maestranza para dar la alternativa a Rafa Serna. El diestro alicantino, que salió del parchís a raíz de una delicada intervención cervical, se asomó por última vez a una plaza el 25 de julio en Santander. El torero ha sido sustituido en todas las ferias y también ha oficializado la cancelación de su presencia en Logroño, este mismo jueves. Pero Josemari mantiene en su agenda oficial -la que publica su web personal- el compromiso de Sevilla. Si pudiera cumplir el compromiso sería la última corrida contratada en España. La siguiente, el 3 de diciembre, ya es en la feria de los Milagros de Lima.
Un precedente digno de ser recordado
Se ha filtrado por ahí que Manzanares podría tener apalabrada alguna sala para celebrar el fin de la temporada en Sevilla pero chocaría que forzara la reaparición para cumplir esa única función, asumiendo los riesgos que conlleva. No hay otra fecha en su agenda. En descargo del Manzana y su identificación con la plaza de Sevilla hay que desempolvar un glorioso precedente. Hace cinco años justos también se había dado por hecho que el alicantino no estaría presente en la feria de San Miguel, la de 2012. El artista levantino -como ahora- había tenido que cortar dos largos meses en la yema de la temporada. La culpa la tuvo una compleja lesión de tendones que le obligó a pasar por el quirófano en el mes de julio. Manzanares reapareció entonces en Valladolid pero volvió a resentirse en Logroño. Eso sí: salió a torear en Sevilla contra todo pronóstico y abrió la Puerta del Príncipe en una de las tardes más gloriosas de su carrera. Ojalá se repita el argumento. Pero el caso es que se sigue hablando -ya lo hemos comentado en esta ventana semanal- que su sustituto natural -también se hablado de Cayetano- sería Ferrera: es el triunfador indiscutible de abril y gravita en la órbita de la propia empresa. Su presunta encerrona del Pilar ya la hemos comentado... Urge confirmar o desmentir lo que sea.
Algunos toreros han pisado el acelerador
Entre los tres reyes de la campaña -Ponce, El Juli y Ferrera- suman 66 años de alternativa. Pueden tomar el dato como quieran pero revela el ancho vacío generacional del escalafón de los matadores de toros. En los tres casos podemos hablar de tres temporadas para enmarcar. Ése es, indiscutiblemente, el cartel de un año que ha visto cambiar ligerísimamente el trazado de la primera línea. Tampoco les va a la zaga, con 13 años de matador, otro de los capitanes de este año incierto. Hablamos de Miguel Ángel Perera, que sirve de último nexo con Ginés Marín y Roca Rey, príncipes con derecho a sucesión de esta campaña que apura sus últimos capítulos marcando el signo de los carteles de la temporada que vendrá... si las empresas tomaran buena nota. En el apartado novilleril brilla el nombre de otro torero llegado de allende los mares. Es ese Colombo que tomará la alternativa en El Pilar y ya promete batirle el cobre a los grandes. Y vamos recogiendo recordando el dicho: bendita la rama que del tronco sale. El nuevo Manolo Vázquez se acordó de la sangre de los suyos en su presentación en público en la placita de Higuera de la Sierra, que llenó hasta los topes. Una cosa nos lleva a la otra: hay que felicitar a la familia Murube-Algarra por los éxitos encadenados de sus dos hierros. Enhorabuena y adelante. Ah, del tema de Padilla no añadimos ni una palabra más: Non invenio in eo causam.