Fallece Juan Benjumea: de novillero a misionero comboniano

Natural de Paradas, fue novillero de cierto éxito en los años sesenta del siglo XX. Se ordenó como sacerdote en 1990 y estuvo destinado en la selva de Ecuador

23 sep 2018 / 18:16 h - Actualizado: 23 sep 2018 / 18:32 h.
"Toros"
  • Juan Benjumea en un festival. / El Correo
    Juan Benjumea en un festival. / El Correo
  • Fallece Juan Benjumea: de novillero a misionero comboniano

Este sábado, día 22 de septiembre, ha fallecido en Valencia a los 80 años el sacerdote y misionero comboniano Juan Benjumea, natural de la localidad sevillana de Paradas. Benjumea fue un novillero de cierto éxito en los años sesenta del siglo XX que abandonó una esperanzadora carrera taurina para iniciar una nueva vida en el mundo religioso, tal y como ha recordado a El Correo el historiador y escritor paradeño Álvaro Pastor Torres, responsable de rescatar la noticia y la memoria taurina de este religioso que antes de vestir el hábito llevó un traje de luces.

Benjumea abandonó el oficio taurino después de que el siguió el célebre diestro gaditano Juan García ‘Mondeño’ colgara los hábitos. El torero de Puerto Real había ingresado en la orden dominica pero acabó volviendo al toreo, mientras que el novillero de Paradas “perseveró hasta el final de sus días en el compromiso con los más desfavorecidos”, tal y como precisa Pastor Torres.

Benjumea, nacido en el seno de una familia numerosa y humilde, compaginó múltiples trabajos -jornalero, aprendiz de carpintero, desbravador de caballos en la finca del conde de Aguilar, encofrador en las obras de construcción del estadio Sánchez Pizjuán o extra en la película «Rey de Reyes»- con su vocación taurina.

En sus primeros pasos en la profesión destacó por su valor en tentaderos de ganaderías cercanas a su pueblo como las del Conde la de Maza o José Benítez Cubero antes de empezar a torear a finales de los años cincuenta en plazas de talanqueras montadas en Móstoles, Mocejón, Fuente la Higuera o la misma Paradas.

Juan Benjumea alcanzaría durante la década posterior su máxima proyección después de debutar como novillero con picadores. Se presentó en Sevilla en agosto de 1961 y toreó con cierta asiduidad en la plaza madrileña de Vista Alegre, por entonces vivero de nuevos aspirantes antes de presentarse en la plaza de Las Ventas el 7 de agosto de 1965 en una nocturna donde lidió ganado de Miguel Zaballos.

El ganadero sevillano Carlos Urquijo le ofreció ayudarlo para tomar la alternativa en la feria de Málaga de ese mismo año, pero Juan Benjumea ya había sentido la vocación religiosa en los cursillos de cristiandad y en las Hermandades del Trabajo por lo que abandonó el toreo para ingresar en el seminario que los combonianos tienen en la localidad valenciana de Moncada. Tras muchos años de misión se ordenó como sacerdote en 1990. Estuvo destinado en la selva de Ecuador en misiones como Borbón, El Carmen o San Lorenzo y en los barrios más pobres de diversas capitales sudamericanas.