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Imagen de archivo de Iván Fandiño. / Efe
El largo serial isidril había abierto la puerta a una tarde de tantas, camuflada en el verano taurino y solapada con la llamada corrida de la Cultura que se televisaba desde Madrid con la presencia rutiulante de Morante, Cayetano y Ginés Marín, triunfador de la isidrada. La cita era en el ruedo francés de Aire-Sur-l´Adour y el toro asesino ni siquiera había correspondido al diestro vasco en el clásico sorteo matinal. Iván Fandiño tropezó o se trastabilló en su propio capote cuando quitaba a un ejemplar de Baltasar Ibán que había sorteado Juan del Álamo, otro de los recentísimos triunfadores de la feria de San Isidro, pero la suerte no estaba de cara. El cartel lo completaba el diestro francés Thomas Dufau. La fecha, fatídicamente, ya figura en los anales más trágicos del toreo aunque lo peor de las redes sociales convirtió la luctuosa noticia, en una dudosa fiesta que volvió a revelar las aristas de una sociedad enferma.
A esas horas y en ese lugar la atención estaba en otros escenarios pero el animal derribó a Fandiño y le alcanzó en el costado derecho después de cornearle contra el suelo. El pitonazo le llegó al pulmón, reeditando la fatal impresión del percance mortal de Víctor Barrio en la plaza de Teruel, hace menos de un año. La sensación fue de cornada gravísima pero nadie podía atisbar el desenlace que se certificó irremediablemente en un centro hospitalario de Mont de Marsan, al que fue trasladado después de ser atendido en la enfermería de la propia plaza. Iván Fandiño había muerto, posiblemente en el traslado en ambulancia. Los médicos habían determinado el alcance de la cornada. No había nada que hacer. El matador de Orduña habías cortado una oreja a su primer enemigo, marcado con el mismo hierro de Ibán.
Iván Fandiño contaba con 36 años. Había nacido en la localidad vizcaína de Orduña el 29 de septimbre de 1980. No había mamado el toreo en su casa pero se acabó envenenando con el mundo taurino a los 14 años. En su haber hay que destacar su trayectoria como pelotari aunque se vistió de luces por primera vez en Llodio el 16 de agosto de 1999. El debut con caballos llegó el 2 de junio de 2002 en su localidad natal con utreros de Javier Pérez Tabernero, compartiendo cartel con Julien Lescarret y Javier Lara. Había tomado la aternativa en la Semana Grande de Bilbao el 25 de agosto de 2005 de manos de El Juli con un toro de El Ventorrillo. El 12 de mayo de 2009 llegó su confirmación de alternativa en Madrid, de manos de Antonio Ferrera y en presencia de MOrenito de Aranda con un toro de La Dehesilla
Su definitiva eclosión como matador llegó algunos años después haciendo pareja profesional con el diestro toledano David Mora y colocándose en las principales ferias del circuito taurino. Fue en 2011, cortando cuatro orejas en la plaza de Las Ventas que le situaron como triunfador del ciclo madrileño. En 2012 abrió la puerta grande de la plaza de Valencia. Después destacó en Sevilla y Madrid alzándose como ganador de la Oreja de Oro de Radio Nacional. En 2013 hay que anotar sus grandes actuaciones en Bilbao o Mont de Marsan y vuelve a ganar la Oreja de Oro. En los últimos tiempos luchaba por mantener esa posición mientras aunque su nombre empezaba a desaparecer de los grandes abonos. Su fallecimiento ha causado un hondo pesar en el mundillo taurino y sigue en el tiempo al de diestro segoviano Víctor Barrio. Descanse en paz.