La cita es este domingo. Y el escenario, el recuperado coso de Morón de la Frontera, una plaza propiedad de su antiguo apoderado, Manuel Morilla, que ahora gestiona Carmelo García, banderillero de confianza en los años locos y el apogeo de Jesulín. El diestro de Ubrique vuelve a vestirse de luces. Ya lo hizo de forma puntual el pasado año en Cuenca volviéndole a tomar el pulso a la profesión y el peso al traje de luces, definitiva frontera de esta nueva vuelta que se organiza como aperitivo del verdadero objetivo: conmemorar su trigésimo aniversario de alternativa en la temporada 2020.
Antes de esa corrida de Cuenca se había prodigado muy poco. Reaparecido en 2010 para conmemorar su vigésimo aniversario de alternativa, Jesulín cumplió 19 corridas en 2010; 5 en 2011 y una única función en 2012. Después de eso, nada. En cualquier caso, su presencia en festivales del tercer circuito sí ha sido una constante en los últimos tiempos y le ha permitido seguir en la cara el toro. Eso sí: su nombre ya había ido desapareciendo de los carteles de las principales ferias en los primeros años del siglo XXI después de algunas idas y venidas paralelas a las andanzas televisivas de su prole. Esas plazas grandes, recalcó Jesulín en la rueda de prensa celebrada en el hotel Vincci el pasado mes de febrero, ya no entran en sus planes. “Ahí tengo los deberes hechos”, declaró el torero de Ubrique reiterando que esta vuelta –en la que sólo toreará donde se respeté su caché- dejará aparte plazas y ferias de primera –mencionó Pamplona, Madrid, Sevilla o Bilbao- a las que calificó como “capítulos cerrados”.
Pero Jesús Janeiro sí alberga otros deseos e ilusiones, como volver a la Goyesca de Ronda acartelado con Francisco Rivera Ordóñez y Espartaco, que tendrían que reaparecer para la ocasión para materializar un peculiar ‘revival’: el de la alternativa del propio Paquirri, que se hizo matador con un cartel idéntico en 1995. Pero hay que centrarse en los planes más inmediatos. Jesulín ha admitido conversaciones con otros empresarios que podrían fructificar este mismo año en función de los resultados de Morón. Las plazas de Granada y Algeciras, que comanda el empresario sevillano José María Garzón, podrían entrar en los planes del torero.
El toro, y su definitivo estado de forma y fondo en la corrida de este domingo tendrán la última palabra. Esas contrataciones serán gestionadas directamente por el propio matador, que ha rehusado nombrar un apoderado al uso para defender sus intereses profesionales. “Yo soy el que trata directamente con el empresario” advirtió Jesulín en la misma rueda de prensa precisando que su propia experiencia le había dado “confianza” para sentarse con las empresas “con tranquilidad y hablado de todo: de cuestiones económicas, de toreros, de ganaderías, de días concretos...”.
Hay que recordar que Jesús Janeiro Bazán, Jesulín de Ubrique en los carteles, constituyó todo un caso de precocidad taurina. Antes de debutar con picadores ya se había labrado un gran ambiente por los pueblos de Cádiz y la serranía de Ronda. Formó junto a Finito de Córdoba y Chamaco un atractivo cartel que constituyó la última edad de oro de los novilleros en la bisagra entre las decádas de los 80 y 90 del pasado siglo XX. La alternativa, con sólo dieciséis años, constituyó todo un acontecimiento. Jesulín se hizo matador el 21 de septiembre de 1990 de manos de José María Manzanares en el coliseo romano de Nimes y llegó a meter a toda la prensa taurina en un avión que le siguió hasta Francia y luego les llevó a Écija para cumplir su primer contrato como matador en un ruedo español.
Las corridas organizadas exclusivamente para mujeres, la breve incursión en el mundo de la canción o la forja de su personaje televisivo empañaron en parte la auténtica valía taurina del diestro de Ubrique, más allá de sus parejas o declaraciones. Dentro de su currículum hay que recordar que en 1995 pulverizó el récord de los matadores de toros llegando a sumar 161 corridas de toros. En 2001 sufrió un gravísimo accidente de coche que estuvo a punto de acabar con su vida y constituyó un punto de inflexión en su gran exposición mediática.
Este domingo vuelve a la palestra aunque el cartel definitivo ha tenido que ser recompuesto por la grave lesión de Enrique Ponce, que abría plaza. Finalmente será el propio Jesulín el primer espada de una terna que completan Cayetano Rivera Ordóñez y Pablo Aguado, que ha entrado como sustituto del maestro valenciano después de pasar con nota por la feria de Fallas. Los toros reseñados para la ocasión pertenecen al hierro de El Torero.