El novillero chiclanero José Ruiz Muñoz estrena mentor con el nuevo año. Se trata del matador retirado José Luis Peralta, que ya había dirigido anteriormente las carreras de toreros como Morante de la Puebla o, más recientemente, la del joven diestro de Espartinas Javier Jiménez que vivió los triunfos más resonantes de su breve carrera bajo la batuta del taurino de La Puebla del Río. Ruiz Muñoz, por su parte, busca relanzar una carrera que se encontraba prácticamente varada en las últimas campañas a causa de algunos percances a destiempo y la falta de contratos.
El nombre de Ruiz Muñoz saltó a la primera línea de actualidad en los primeros compases de su carrera. Nieto de una hermana de Curro Romero, alcanzó su presentación con caballos en medio de una expectación que, a la larga, no sirvió de beneficio. El exigente espejo familiar también jugó en contra de la evolución natural del joven lidiador, que logró gustar a los aficionados en su presentación ante el público sevillano –fue también su debut con picadores- y en una novillada posterior en Santander en el verano de 2014.
Aquel mismo año sufriría un duro percance de Navalcarnero, que llegó a poner en peligro la visión de un ojo. La temporada siguiente se puso cuesta arriba. Y en la temporada de 2016, después de quemar los últimos cartuchos entre las plazas de Sevilla y Madrid sin que pasara nada llegó el eclipse. En la temporada 2017 sólo pudo torear dos festejos en México y la campaña de 2018 pasó absolutamente en blanco.
El propio novillero, en una entrevista concedida a este periódico, reconocía las dificultades que había encontrado después de aquel esperanzador debut con caballos: “Debuté en Sevilla sin haber toreado mucho pero, como en Santander, embistieron los novillos, estuve bien y la gente empezó a ir a la plaza con la disposición de ver a un torero cuajado”, recordaba el novillero gaditano antes de sincerarse y admitir que, “realmente estaba aún por hacer”.
En la misma entrevista, José Ruiz Muñoz aludía al difícil fielato que suponía la comparación con su tío abuelo, al que recordaba en sus formas al comienzo de su andadura. “Me afectaba mucho a la hora de ir a la plaza”, reconocía José. “La gente iba con la idea preconcebida del ‘sobrino de’ y todas las cosas que conlleva ser familiar de un maestro pero yo no estaba formado como torero, no había fomentado mi propia personalidad y quería verme reflejado en toreros como mi tío Curro”, añadía el novillero que se encuentra concentrado, intensificando los entrenamientos bajo la dirección de José Luis Peralta que, además de apoderado, asume la condición de preparador y mentalizador de su toreros. Ahora se trata de afrontar la temporada 2019 y aprovechar las mínimas oportunidades que se presenten.