“Cuando decidí ponerme por primera vez el vestido de torero tenía claro que algún día me lo quitaría; este maravilloso vestido te lo puede arrancar definitivamente un toro; te lo puede quitar un médico; te lo puede quitar la afición o te lo puedes quitar tú mismo”. Así arrancaba el diestro jerezano Juan José Padilla la rueda de prensa en la que ha anunciado su sorpresiva retirada de los ruedos. Será al término de la temporada 2018 y al cumplir 25 años de una carrera dividida claramente en torno al antes y después que marcó aquella espantosa cornada de Zaragoza. Ese percance le puso a las puertas de la muerte para, paradójicamente, marcar su resurrección como torero.
“Hoy le pido a Dios un último esfuerzo para que me permita ser yo mismo el que me quite el traje de luces después de una temporada dedicada a agradecer con toda la fuerza del ‘Ciclón’ el inmenso cariño, respeto y apoyo que he recibido estos años, muy especialmente los seis después del percance de Zaragoza”, afirmaba el torero en medio de una gran expectación mediática en los salones del Gran Melía Colón. “Han sido 25 años extraordinarios en los que no han faltado ni éxitos ni fracasos pero los unos y los otros me han ayudado a escribir este inolvidable capítulo de mi vida por el que tengo que dar gracias a Dios y a todos los que me han ayudado a que sea tan fructífero personal y profesionalmente”, sentenciaba el matador precisando que pretendía despedirse “de una forma más o menos ordenada de todos aquellos que me han ayudado durante estos años a disfrutar del toreo”.
PADILLA ANUNCIA SU RETIRADA from Toromedia on Vimeo.
Padilla afirmó sentirse igual de ilusionado que en sus comienzos y aunque aún no ha trazado un calendario concreto de actuaciones sí expresó su intención de estar presente en ruedos estrechamente vinculados a su carrera. El Ciclón de Jerez hizo una mención especial a la plaza de Pamplona. “Una corrida de Miura en San Fermín me lanzó a todas las ferias”, evocó el torero recordando también otras actuaciones de referencia como su encerrona con seis toros en Bilbao o la Puerta del Príncipe de Sevilla. Zaragoza, el ruedo en el que estuvo a punto de perder la vida, también figura en su agenda. “Significa mucho; allí pudo terminar todo pero realmente todo empezó en Zaragoza”, apostilló el torero.
“Ha sido emocionante decidir esta despedida pero lo bonito es que lo he decidido yo” ha afirmado el matador teniendo siempre presente el recuerdo de su familia. “Cuando reaparecí en Olivenza tuve su apoyo y no era fácil”, recordó Padilla. “Empezaba de cero y ellos me ayudaron a cumplir mis objetivos; ahora me han vuelto a apoyar con mucha ilusión”, ha apostillado.
“Me voy en el mejor momento, física y mentalmente” ha asegurado el diestro de Jerez reconociendo que había llegado el momento del adiós. “Debo hacerlo ahora” ha asegurado, dando un repaso apresurado a los principales hitos de su carrera. “La idea es disfrutar de la parte amable del toreo; de mis compañeros, de las sensaciones bonitas que mi profesión me ha regalado y que, por qué no decirlo, me lo he ganado. Ahora hago falta en mi casa y tengo en mente otros proyectos. Pero no puedo adelantar nada”, ha precisado.
“Dios me ha regalado mucho más de lo que siempre había soñado. Jamás pude soñar que podría abrir la Puerta del Príncipe y cruzar ese umbral tan importante; jamás pude soñar que iba a indultar un toro en la Monumental de México y lo he logrado. Jamás pude soñar que iba a matar seis toros de Miura en Bilbao y los he matado. Eso ha quedado en el curriculum”, ha narrado el torero que, en un arranque de sinceridad no ha tenido empacho en confesar “muchos fracasos”. “Dios me tenía guardados muchos más regalos de los que esperaba”, ha precisado.
Padilla ha explicado que empezó a barruntar este adiós al terminar la pasada campaña. “Después de seis temporadas tras el percance, tres de ellas liderando el escalafón, he cumplido unos sueños maravillosos y he podido disfrutar de la parte amable del toreo, matando corridas que yo no podía imaginar” ha referido el matador recordando el tramo más áspero de su carrera en el que estuvo “dieciocho años matando corridas duras”. “Creo que no podría haber aguantado más tiempo si hubiera reaparecido para matar corridas de Victorino, Miura, Cebada... con ese tipo de corridas quizá no habría vuelto”, ha reconocido.
“Reaparecí en Olivenza y a partir de ahí he toreado más de 500 corridas de toros. Después de ese ciclo torear una temporada más sería exigirle y pedirle a Dios mucho más de lo que ya me ha dado con lo que cumplir 25 temporadas es un número muy bonito” ha explicado Padilla afirmando que esta despedida supone “cumplir y cerrar una página en un momento fabuloso”. “Es el momento ideal para decir adiós y retirarme de los ruedos en un momento pletórico”, ha recalcado desvelando que esa despedida se hará extensiva a los ruedos americanos. Padilla afirmó sentir “emociones contradictorias” y tuvo un recuerdo especial para su padre, presente en la rueda de prensa. “Le debo toda mi carrera”, concluyó.
BREVE FICHA BIOGRÁFICA
Juan José Padilla Bernal nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 23 de mayo de 1973. Tomó la alternativa en Algeciras (Cádiz) el 18 de junio de 1994, con Pedro Castillo como padrino y Niño de la Taurina como testigo y toros de Benítez Cubero. Confirmó en Madrid el 10 de septiembre de 1995 con toros del Marqués de Albarrada y Frascuelo como padrino y Juan Carlos Vera de testigo. Su presentación en la plaza de Sevilla fue el 6 de junio de 1999. Ese mismo año se puede fechar su eclosión, que se produjo en Pamplona. Ha sufrido duros percances en su carrera, el más grave el que le hizo perder un ojo en Zaragoza en octubre de 2011, del que milagrosamente se recuperó para cuajar después las mejores temporadas de su carrera como matador de toros.