Manuel Escribano aún no ha podido poner fecha a su reaparición aunque continúa dando pasos para recuperarse de la gravísima cornada sufrida el pasado 25 de junio en Alicante que le produjo severos destrozos vasculares y le obligo a pasar dos veces por el quirófano. Escribano admite que aún no ha podido poner plazos definitivos a esa rehabilitación por problemas de movilidad y retorno de circulación en el pie de la pierna herida. “Aunque voy recuperando la fuerza poco a poco todavía no tengo la funcionalidad total de mi pie aunque estamos trabajando duro en ello”, señala el torero.
“Siento un montón no poder estar en la feria de Santander y haber tenido que suspender mis primeros compromisos; haber perdido San Fermín, Mont de Marsan, el festival de Palos...”, explica el torero, que está intensificando sus entrenamientos en la plaza de tientas de la hacienda El Esparragal, muy cerca de Gerena. “Nos estamos dejando la piel día a día y está siendo todo muy duro y doloroso”, precisa Escribano. “Estoy en manos de los doctores: de José María Reyes, Alberto, Domingo Jiménez, el fisio José Antonio Salas... todos se están dejando la piel igual que yo, día a día, casi 24 horas....”, subraya el matador afirmando que “el día que reaparezca será para estar al cien por cien y dar todo de mí”.
Manuel Escribano había puesto todo su empeño para volver a la palestra en Santander este mismo sábado. Desde entonces hasta el final de la campaña está anunciado en numerosas ferias del calendario taurino destacando su compromiso en Bilbao el 25 de agosto, mano a mano con Paco Ureña para estoquear un encierro de Victorino Martín.
La cornada sufrida en Alicante por el diestro de Gerena ha sido una de las más graves de una temporada particularmente sangrienta. El parte emitido por el doctor José María Reyes, que calificó la lesión como “muy grave”, señalaba que el torero había sufrido una “herida por asta de toro en triángulo de Scarpa de 12-14 centímetros de profundidad que produce arrancamiento completo de vena femoral y safena interna”. El mismo documento detallaba que Manuel Escribano también tuvo que ser intervenido de una “evisceración de testículo izquierdo con pérdida de superficie escrotal”. El matador de Gerena, además, llegó a la enfermería sufriendo un “cuadro hemorrágico severo con shock hipovolémico”. Posteriormente tuvo que ser intervenido de nuevo en el hospital para favorecer la circulación de la pierna herida.