Luis García Montero: «El 27 entendió la Tauromaquia como una tradición culta»

El poeta y catedrático granadino centró la atención en la primera jornada del ciclo organizado por la Cátedra Sánchez Mejías de la Universidad Hispalense

26 oct 2017 / 08:24 h - Actualizado: 26 oct 2017 / 10:18 h.
  • El escritor granadino -en la imagen junto a Juan carlos Gil- desgranó las claves literarias del ‘Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías’/ Manuel Gómez
    El escritor granadino -en la imagen junto a Juan carlos Gil- desgranó las claves literarias del ‘Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías’/ Manuel Gómez

Dos intensas jornadas académicas vertebran el IX seminario organizado por la Cátedra Taurina Sánchez Mejías de la Hispalense en colaboración con la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica. Entre ayer y hoy se sucederán diversas ponencias en el Salón de los Carteles de la plaza de toros de la Real Maestranza bajo un paraguas común: los nexos entre la Tauromaquia y la generación literaria del 27 con el telón de fondo que presta la Edad de Plata de la cultura española.

La presentación protocolaria, bajo la presidencia de Santiago de León, flamante teniente de Hermano Mayor del cuerpo nobiliario, contó con el espaldarazo del director general de Emergencias e Interior, Demetrio Pérez, que renovó la vocación taurina de la Junta de Andalucía definiendo las jornadas de la cátedra que dirige Juan Carlos Gil como «un punto de encuentro que aporta valor añadido y sensatez al espacio de la libertad para defender algo: el derecho a que nos gusten los toros».

Se trataba de hablar de literatura, sin perder la perspectiva taurina de un ciclo en el que brillaba con luz propia la ponencia del poeta y catedrático granadino Luis García Montero. Tenía que desgranar las claves poéticas del Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, esa elegía de Federico García Lorca que, a su juicio, «resume como testamento vital toda su trayectoria poética». Buceando en las esquinas del Llanto, García Montero alumbró ideas y reflexiones sorprendentes. El poeta hizo una fascinante comparación entre el mundo de la Tauromaquia y las metáforas que vertebran la obra literaria de los poetas del 27. Luis García Montero advirtió que se trata de «un grupo que no quiere ser vanguardista sino generación para regenerar el futuro y están llamados no a romper con las tradiciones sino a leerlas con ojos nuevos». En esa línea, añadió García Montero, «el diálogo con el mundo de los toros forma parte del diálogo con las tradiciones cultas y populares». El poeta fue más allá trazando un asombroso paralelismo entre la literatura y el lenguaje taurino: “si crear arte significa ordenar el caos de la realidad o convertir en belleza la fuerza bruta de la realidad, el mundo de los toros tiene una interpretación cubista en la lucha de la fuerza bruta –el toro– con el arte de un torero capaz de formalizar belleza a la hora de ordenar la embestida».

García Montero resaltó la importancia de Ignacio Sánchez Mejías como referente del grupo de poetas antes de adentrarse por los vericuetos del poema que mejor simboliza la unión de aquella generación con el torero caído en Manzanares en 1934. Sin solución de continuidad, la jornada se completó con un coloquio de altura protagonizado por Rogelio Reyes, Carlos Marzal y Juan José Téllez.