Manuel Escribano rompe con el Tato

El diestro de Gerena, que ha estado vinculado las dos últimas temporadas al matador maño, anuncia un invierno de cambios

17 oct 2018 / 11:12 h - Actualizado: 17 oct 2018 / 11:18 h.
"Toros"
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Sigue el revuelo de despachos, certificando las dificultades de una temporada en la que no ha llovido a gusto de todos. El último en salir a las palestra –por ahora- para dar carpetazo a su última etapa profesional ha sido Manuel Escribano. El diestro de Gerena ha dejado de ser apoderado por el matador retirado Raúl Gracia ‘El Tato’ al que había permanecido vinculado las dos últimas temporadas. El torero, como es habitual en estos casos, ha señalado que esta ruptura se ha producido “dentro de la más absoluta cordialidad” a través de un escueto comunicado en el que, ojo, anuncia “un invierno de cambios” de los que aún se desconoce el alcance.

El Tato había sucedido en enero de 2017 a la empresa Taurodelta, que llevó las riendas de la carrera del torero de Gerena otras dos temporadas, las de 2015 y 2016. La firma comandada por Manuel Martínez Uranga y su hijo Manuel Martínez Erice ya había dejado de ser la concesionaria de la plaza de toros de Las Ventas después del concurso que puso el coso madrileño en manos de Simón Casas y su empresa Plaza 1. En ese punto, se separaban los caminos del torero y sus antiguos apoderados que, a su vez, habían relevado al francés Roberto Piles, asociado con el mismo Casas.

Escribano ha concluido la temporada 2018 con 25 corridas de toros en ruedos españoles y franceses a las que hay que sumar sus incursiones americanas y portuguesas. Hay que recordar de una manera especial que el torero sufrió, además, un percance en la plaza de la localidad conquense de Belmonte en la tarde del 27 de agosto. Los médicos de la UVI móvil no advirtieron la auténtica gravedad de la herida y sólo la insistencia de El Tato logró que fuera trasladado hasta Albacete para ser operado de nuevo.

Dos años antes, el 25 de junio de 2016, había sufrido el percance más grave de su carrera al ser cogido por un toro de Adolfo Martín en la feria de Alicante. La cornada le produjo severos destrozos vasculares que pusieron en peligro su vida y le obligaron a sumergirse en un durísimo proceso de rehabilitación que retrasó su puesta a punto hasta la feria de Fallas de 2017. Esa había sido la cara amarga de 2016, un año en el que había logrado el indulto del toro ‘Cobradiezmos’, el celebérrimo ejemplar de la ganadería de Victorino Martín que acaparó todos los titulares y los premios de la Feria de Abril de Sevilla de aquel año. En el mismo ruedo había logrado resucitar taurinamente después de tomar la sustitución de El Juli –cogido en esa misma Feria- para estoquear la corrida de Miura en el ciclo abrileño de 2013.