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No es país para niños...

La pólvora gastada en salvas en torno a la hipotética revocación de la prohibición catalana animó el comienzo de una semana taurina que se ha acabado ensombreciendo por la vileza de unos cuantos

11 oct 2016 / 14:27 h - Actualizado: 11 oct 2016 / 14:35 h.
"Toros","Observatorio taurino"
  • El niño Adrián Hinojosa, atacado en las redes sociales. / EFE
    El niño Adrián Hinojosa, atacado en las redes sociales. / EFE

Nada que no sepan: algunos desalmados han vuelto a emplear las redes sociales para escupir su bilis putrefacta. Desear la muerte de un chico enfermo, Adrián Hinojosa, que ha encontrado en el toro un trozo de ilusión para seguir peleándose con la vida sólo retrata la catadura moral de unos individuos que han perdido la cabeza. No se puede explicar de otra manera. A pesar de la cobardía mostrada -borraron sus perfiles después del vómito- sus nombres galopan por las mismas redes que usaron para retratar su infamia. La Fundación del Toro ya anda tras ellos pero la peor condena será su propia conciencia.


(Casi)todos con Soto

La gente del toro es otra cosa y lo ha demostrado -con alguna ausencia que aún escuece- organizando ese festival en homenaje y beneficio de José Manuel Soto. La cita es mañana mismo y la taquilla de la plaza de la Real Maestranza, además de la preceptiva fila cero, permanece abierta. Manuel Escribano, que aún no puede torear, sí ha comprado un porrón de entradas para regalarlas a los aficionados. Quizá quede aún alguna disponible en el punto de distribución: la tienda Single Bow de la calle Zaragoza. No falten. Será, de paso, el último capítulo de la temporada en el coso del Baratillo


Cataluña: habrá que esperar otra semana...

La información aventada por La Vanguardia había hecho descorchar las botellas de cava -venía al pelo- antes de tiempo. El dictamen del Tribunal Constitucional en torno al recurso de la abolición catalana tendrá que esperar una semana más aunque los que presumen de informados insisten en que será favorable al mundo taurino. En el lado contrario ya han dicho que se limpiarán las narices con el fallo. Pero con eso ya se contaba. Ese fallo, desgraciadamente, hará poco, muy poco, por revocar la irreversible destaurinización de un trozo de España que algunos se empeñan en separar. ¿Quién se atrevería hoy y ahora -con la que está cayendo- a abrir las puertas de la Monumental? La familia Balañá, también es verdad, no ha tocado ni un clavo del monumento ni ha accedido a las jugosas ofertas que le han llovido para su venta o reconversión. La plaza sigue ahí, intacta, pero será muy difícil que un toro bravo vuelva a salir por su puerta de chiqueros. El derrumbre comenzó mucho antes, hace casi treinta, años, con las primeras leyes y normativas que comenzaron a socavar el toreo plaza a plaza. Podemos ir más allá: la Generalitat detentaría la potestad de reglamentar el espectáculo en el hipotético -y parece que posible- escenario de su vuelta a la legalidad. Quien hace la ley hace la trampa y, para qué vamos a engañarnos: un reglamento catalán sólo alumbraría disparates. El precedente servirá para futuras intentonas pero permitan que este Observatorio se reserve el entusiasmo. Ya lo dijo el señor Lobo...