Voy a darles a ustedes una primicia...
El tradicional acto de presentación del cartel que anunciará la temporada taurina en la plaza de la Maestranza experimentó un giro inesperado, más allá de la afortunada –o no- interpretación pictórica de Chicuelo a través de los pinceles de la creadora charra María Gómez. Santiago León, teniente de Hermano Mayor del cuerpo nobiliario, dio la palabra a Ramón Valencia después de las habituales explicaciones en torno a la autora y su obra. Y el gerente de Pagés, rompiendo su habitual hermetismo en torno a la gestación de los carteles, confirmó lo que ya había comenzado a filtrarse: Morante sí estará en Sevilla en la temporada 2019 –con cuatro tardes rubricadas- más allá de la cacareada aversión a las cámaras de televisión que había atrancado su primer encaje en los carteles. Pero conviene ir por partes. En los tiras y aflojas, resueltos con la firma del contrato el pasado viernes, se había dejado ir la tarde del Domingo de Resurrección, recompuesta –ya se lo avanzamos hace siete días- con otros tres actores avalados para actuar en la película: El Juli, Manzanares y Roca Rey. La corrida pascual iba a ser televisada. Sí o sí. También lo será el ciclo continuado de festejos que se abre el primero de mayo y concluye en el muy tardío día 12. Y será ahí, precisamente, donde se encajen los tres primeros compromisos del diestro cigarrero que aún sumará una cuarta función en San Miguel. Quedan fuera de los planes esas fechas rumoreadas y tan a contrapelo del 28 de abril y la noche veraniega del Corpus, que volverá a resolverse con una novillada. Entonces... ¿Qué ha pasado con las cámaras? Esa fue única cuestión, que se le formuló a Ramón Valencia el pasado viernes. “No hay preguntas” contestó el empresario... Morante ya dijo que su problema no pasaba por la retransmisión en sí misma sin en la forma y las voces que las locutaban. ¿Habrá forzado cambios en las manos que empuñan los micrófonos para dejarse televisar? Sería la salida más lógica para este enredo que tenía atascada la confección de una feria que, por fin, entra en velocidad de crucero. Dicen que el nombre del periodista Fernando Fernández Román podría estar sobre la mesa. Pues ya veremos...
Otras cosas que se hablan de la Feria
Y si Morante ha firmado cuatro bolos en el abono sevillano, los últimos rumores –y las informaciones de algunos compañeros de la prensa especializada- apuntan a que resto del póquer de ases también se sumarán a ese cuarteto. Sí: hablamos de El Juli, Manzanares y Roca Rey, que reforzarían así el esqueleto fundamental de una temporada en la que también deben tener cancha toreros revalorizados como Urdiales, Emilio de Justo o el sevillano Pablo Aguado. Ya se da hasta un cartel por hecho: sería el día 6 de mayo, antiguo Lunes de Alumbrado, que reuniría a Morante con Manzanares y Roca para estoquear una corrida de Núñez del Cuvillo. Y en el apartado ganadero ya se sabe que la empresa dejará en barbecho la ganadería de los Matilla, que se estrelló con todo el equipo en su doble pase de la temporada 2018. Sin salir del campo charro también sabemos que, además del doblete conocido de Garcigrande, repite El Pilar, que sumará su undécima feria consecutiva con una excelente hoja de servicios. No faltarán los ‘victorinos’, una o dos corridas de Cuvillo, La Palmosilla... Dicen que los carteles podrían estar saliendo del horno a finales de mes. Tampoco queda tanto...
La importancia del año Chicuelo
El Salón de los Carteles acoge este martes la primera sesión de esas ‘Lecciones Magistrales’ organizadas por Aula Taurina que sirven para calentar motores y entretener la pretemporada. El hilo conductor de la charla, inexcusablemente, girará en torno a la conmemoración del centenario de la alternativa de un torero genial sin el que no se puede desenredar el hilo del toreo moderno. La sesión contará con el testimonio de los que mejor conocen su legado: su hijo Rafael y su nieto Manuel, también Chicuelos y toreros, guardianes del universo sensorial y personal del matador en su casa de la Alameda de Hércules. La charla, de alguna manera, servirá de definitivo pistoletazo de salida para conmemorar y poner en valor la figura de un torero al que el tiempo y el creciente revisionismo de algunos tópicos están sabiendo poner en su verdadero lugar. Chicuelo, que viajó por tres épocas artísticas absolutamente distintas, supo ser el transmisor de los secretos del toreo ligado que había bebido de su ídolo Joselito. Aquella insospechada revolución taurina fue ensayada en los ruedos mexicanos antes de estallar definitivamente en la célebre faena al toro ‘Corchaíto’ de Graciliano Pérez Tabernero en 1928. A Chicuelo, posiblemente, sí le faltó fuelle para imponer la nueva ley, cristalizada definitivamente en manos de Manolete, al que dio la alternativa en Sevilla en 1939. Se había cerrado el círculo, terminando de cimentar la arquitectura del toreo moderno. La cita, reiteramos, es este martes en el Salón de los Carteles. Comienza a las 18.00 horas y presenta un servidor. Comienza el año Chicuelo...