El recentísimo percance de Enrique Ponce ha obligado a modificar los primeros carteles. El primero, este mismo domingo, será el de la reaparición de Jesulín de Ubrique en Morón de la Frontera junto a Cayetano para estoquear un encierro de El Torero. El maestro valenciano, que sufre una cornada y una compleja lesión de ligamentos, será sustituido por el matador Pablo Aguado, uno de los triunfadores de la feria de Fallas en la que cortó una oreja a un toro de Alcurrucén. Más allá del trofeo obtenido, la actuación del torero sevillano ha tenido una gran repercusión entre los aficionados y profesionales que le coloca en un lugar destacado de la nueva hornada de matadores.
La reaparición de Jesulín de Ubrique hay que entenderla como preparación para su definitivo objetivo, que es hacer una temporada testimonial en 2020, año en el que cumple su trigésimo aniversario de alternativa. La corrida de Morón ha sido organizada por el empresario y banderillero retirado Carmelo García, que formó parte de la propia cuadrilla del torero de Ubrique en los años centrales de su carrera.
Jesulín ya se había vestido de luces el 19 de agosto de 2018 en la feria de San Julián de Cuenca. El cartel lo completaban Juan José Padilla –que ya ha dicho adiós a los ruedos- y Miguel Abellán, que entonces tuvo que sustituir al anunciado Cayetano Rivera Ordóñez. El torero concluyó ese empeño cortando dos orejas, saliendo por la puerta grande y atendiendo a los medios en una inusitada rueda de prensa sin despojarse del traje de luces.
El antiguo ídolo de masas llevaba entonces siete años sin enfundarse el vestido de torear aunque su presencia en festivales del tercer circuito sí había sido una constante en los últimos tiempos. En cualquier caso, su nombre fue desapareciendo de los carteles de las principales ferias en los primeros años del siglo XXI después de algunas idas y venidas paralelas a la exposición mediática de su propia familia y su ex pareja, Belén Esteban.