Pepe Moral: «El valor es vencer al miedo»

El diestro palaciego Pepe Moral fue uno de los grandes triunfadores de la última Feria de Abril. La simbiosis con dos importantes toros de Miura evidenció de nuevo las posibilidades de un torero que sigue navegando en las orillas del sistema con la vista puesta en las ferias

06 ago 2017 / 20:02 h - Actualizado: 06 ago 2017 / 20:02 h.
"Toros"
  • El matador palaciego posa en las inmediaciones de la plaza de la Maestranza, en la que cortó dos orejas en la pasada Feria de Abril. / Manuel Gómez
    El matador palaciego posa en las inmediaciones de la plaza de la Maestranza, en la que cortó dos orejas en la pasada Feria de Abril. / Manuel Gómez

Manolo Cortés, el recordado maestro de Ginés le enseñó a esperar su momento. Pepe Moral sigue contando en ese listado interior que manejan los buenos aficionados. Desgraciadamente, no corren buenos tiempos para la lírica...

–La tarde de los miuras se vivió con pasión en la plaza pero no ha tenido la repercusión que se esperaba.

–Fue una tarea muy importante para todos los aficionados. Todo el que estaba en la plaza lo vivió intensamente pero no tuvo la repercusión que yo esperaba a nivel empresarial. A lo mejor, con la Puerta del Príncipe habría cambiado la cosa...

–¿Pudo faltar sensibilidad a la hora de sacar el pañuelo?

–Cada uno tiene sus motivos a la hora de actuar pero cuando la plaza está de acuerdo y te hacen dar dos vueltas al ruedo... la Puerta del Príncipe no era la única salida pero sí habría sido un empujón clave.

–Era el único cartucho y fue difícil entrar en la Feria.

–Es que era mi único contrato. Antes de Sevilla se había puesto todo muy difícil y ni siquiera sabíamos si íbamos a entrar en abril. Cuando nos hablaron de la corrida de Miura vi un filón para abrirme camino en un tipo de corridas que te permiten estar en las ferias. Me agarré a eso como un clavo ardiendo.

–Su compañero Manuel Escribano le animó especialmente en esos momentos.

–Cuando me lo dijeron hablé con él. «Pepe, hazlo con los ojos cerrados. Ya verás que poniéndote allí de verdad le van a dar una importancia que no le dan a otras ganaderías». Tenía razón...

–Antes de esos toros de Miura hubo otro, del conde de la Maza, que cambió su vida el día del Corpus de 2014.

–Farrucoso. Ése es el toro que me cambió la vida. Llegaba a Sevilla a quemar un único cartucho después de casi cinco años sin torear. Era el sexto bis de la tarde. Aquello lo cambió todo; fue una faena muy emotiva. Lo toreé muy bien con la izquierda y gracias a ese animal pude empezar de nuevo.

–Poca gente sabe que Pepe Moral no estaba en los carteles de aquel año el día antes de su presentación.

–Es verdad. Sabía que no estaba puesto. La suerte o la mano de una persona concreta me permitieron entrar en los carteles. El entrenamiento y el sacrificio no tenían recompensa ninguna pero Dios me aflojó un poco la soga y pude respirar.

–En ese punto es obligado recordar la figura de Manolo Cortés. No se puede separar de su carrera.

–Ha sido una de las personas que más me ha motivado día a día. Ha sido mi maestro como torero y como persona y gracias a él aprendí a esperar y estar tranquilo, confiando en mis propias posibilidades. A partir de ahí todo es más fácil. Querría torear más de lo que estoy toreando pero ahora vivo cada tarde como una ocasión única. Ahí sale lo mejor de uno mismo.

–Hay un momento en el que vuestros caminos se separaron. ¿Se ha quedado con las ganas de decirle algo?

–Las cosas no salieron como yo hubiera querido en la última etapa. Tuvimos algún encontronazo de torero a torero. Teníamos mucha confianza y complicidad... posiblemente él pensaba a la antigua y no tenía en cuenta la actualidad. ¿Qué le podría haber dicho? Se lo dije muchas veces... Estoy agradecido a todo lo que hizo por mí y a día de hoy sigo las pautas que él me marcó.

–Por cierto, ha sido padre...

–Mi hijo nació a los quince o veinte días de torear en Sevilla. Ya había nacido cuando toreé en Pamplona. El traje de luces es transparente y esa felicidad se transmite.

–El actual panorama social convierte al toreo en profesión de riesgo en la calle.

–Ahí está el fallecimiento de dos compañeros como Fandiño y Víctor Barrio. Los insultos recibidos de ese sector demuestran su inhumanidad. Nos quieren poner al nivel de los animales.

–¿Y si su hijo le dice que quiere ser torero un día?

–Preferiría que fuera un buen aficionado y que entendiera el toreo. Aquí se pasa mucho miedo y se soportan sacrificios e injusticias. No me gustaría que él viviera lo que yo he vivido.

–Los toreros hablan poco de sus miedos...

–Tienes miedo al fracaso, al ridículo, a que te coja un toro y que te quite la vida. Tienes miedo a la muerte, al público... sabes que cuando te pones delante de verdad te lo juegas todo y ahí llega el miedo al animal. Somos toreros y tenemos que luchar contra ello. El valor es tener mucho miedo y superarlo.