Rocío Romero marcó la diferencia

La novillera cordobesa, que cortó una oreja, sorprendió por una faena plena de cadencia, buen gusto y sentido de la medida

14 jul 2017 / 10:24 h - Actualizado: 14 jul 2017 / 11:42 h.
"Novilladas de promoción en la Maestranza"
  • Rocío Romero remata con una revolera en su turno de quites. / Toromedia
    Rocío Romero remata con una revolera en su turno de quites. / Toromedia
  • La novillera cordobesa cortó una oreja de peso. / Toromedia
    La novillera cordobesa cortó una oreja de peso. / Toromedia
  • Buen muletazo diestro del aspirante Adrián Ruiz. / Toromedia
    Buen muletazo diestro del aspirante Adrián Ruiz. / Toromedia
  • Jesús Cuesta pasa al tercero sobre la mano izquierda. / Toromedia
    Jesús Cuesta pasa al tercero sobre la mano izquierda. / Toromedia
  • Pase cambiado por la espalda de Ramón Serrano. / Toromedia
    Pase cambiado por la espalda de Ramón Serrano. / Toromedia
  • Largo natural de Ismael Jiménez. / Toromedia
    Largo natural de Ismael Jiménez. / Toromedia
  • Ronquillo resultó cogido feamente por el sexto de la noche. / Toromedia
    Ronquillo resultó cogido feamente por el sexto de la noche. / Toromedia
  • Excelente verónica del valenciano Miguel Polope. / Toromedia
    Excelente verónica del valenciano Miguel Polope. / Toromedia

La sorpresa llegó, río abajo, desde la ciudad de los califas. Era la única chica entre dieciocho aspirantes de toda la geografía taurina pero también ha sido, hasta ahora, la mejor de este ciclo y alguno más. Rocío no abdica de su belleza y femeneidad pero es que además se mostró como un pedazo de torero. ¿Cuáles fueron sus armas? La más poderosa, el temple; pero también sobresalieron la cadencia, el buen gusto y, ojo, un infrecuente sentido de la medida.

La aspirante cordobesa sumó a esas virtudes la excelente embestida y la clase del eral de Villamarta. Pero había que torearlo y Rocío lo hizo rescatando las claves del toreo más clásico. La novillera no había perdonado la réplica al sevillano Jesús Cuesta. Seguramente era una declaración de intenciones pero lo bueno estaba por venir. La chica brindó a su padre, compañero infatigable de este viaje incierto, y se puso a torear.

Y lo hizo templando desde el primer muletazo, sacando lo mejor de sí misma para estructurar la faena e imprimir una sorprendente suavidad a su quehacer que nos devolvió el toreo entendido como tratado de armonía. Quería hacer las cosas bien pero es que las estaba haciendo bien en Sevilla. Seguramente era su día y su hora pero lo mejor de todo es que supo aprovecharlo. Una tersa serie al natural marcó la altura artística de la faena, en la que no faltó el sentido del ritmo y el dominio de los tiempos. El trasteo estaba dicho y hecho y se fue por la espada que cayó en mal sitio. No importó. La oreja era de peso y le ha abierto un hueco en la final. Su nombre ya ésta en la boca de los buenos aficionados.

Resumen Maestranza 13 Julio 2017 internet from Maestranza Pagés on Vimeo.

Ése fue el auténtico suceso de la novillada de este jueves aunque hay que precisar que el nivel de los chavales presentados este año –al menos hasta ahora- mejora mucho los desencantos de otras ediciones. Había abierto plaza el novillero nazareno Adrián Ruiz, formado en la escuela camera del Almendro. Gustaron sus formas ‘retro’ con el capote y supo darlo todo con la muleta con un novillo que no le puso las cosas nada fáciles. Su frescura caló en el tendido que pidió mayoritariamente un trofeo que el usía de turno se negó en conceder. Él mismo.

El tercero en discordia era el aspirante sevillano Jesús Cuesta que sorteó un eral cargado de posibilidades, de gran duración y un pelín exigente con el que mostró oficio pero escaso sentido de la medida. Cuesta está puesto y se sabe la lección pero se pasó de rosca en una larguísima faena a la que le faltó dejar huella. El siguiente en la lista era el novillero murciano Ramón Serrano, que también contó con uno de los buenos ejemplares de Villamarta. Tiene buen gusto, sabe pulsear las embestidas y en algunos momentos hasta se queda quieto de verdad. Eso sí, pecó de cierto encimismo.

En quinto lugar actuó Ismael Jiménez que volvió a enseñar la buena preparación de los pupilos de la escuela del Patronato Provincial de Tauromaquia de Badajoz aunque pecó de torear algo despegado, forzando la postura y pasándose al novillo demasiado lejos. Tiene oficio y puede y debe mejorar. El sexto fue el valenciano Miguel Polope que estrelló sus ganas con el garbanzo negro del encierro que dio el susto de la noche cogiendo aparatosamente a Ronquillo. No tuvo ni un pase.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de la Real Maestranza

Ganado: Se lidiaron seis erales de Villamarta, desiguales de presentación. Destacó por su clase el lidiado en segundo lugar. Segundo, tercero y cuarto también resultaron muy potables. El primero, que fue una raspa, se acobardó y resultó muy deslucido pero el garbanzo negro fue el intoreable sexto.

Aspirantes: Adrián Ruiz, de púrpura y oro, vuelta al ruedo tras petición

Rocío Romero, de buganvilla y oro, oreja

Jesús Cuesta, de blanco y plata, ovación tras aviso.

Ramón Serrano, de manzana Golden y oro, silencio tras aviso

Ismael Jiménez, de rosa pálido y oro, vuelta tras aviso

Miguel Polope, de geranio y oro, silencio

Incidencias: La plaza registró casi dos tercios de entrada en noche de color sofocante. El banderillero Antonio Ronquillo, que resultó alcanzado por el sexto a la salida de un par de banderillas, tuvo que ser atendido en la enfermería de un “varetazo corrido en región inguinal derecha y contusión en el párpado izquierdo”. El pronóstico fue leve.