Sin noticias de Sevilla...

Observatorio taurino | La empresa Pagés suele esperar al paso de los Reyes Magos para comenzar a hilar los carteles de la Feria de Abril. El encaje de Morante volverá a ser la pieza maestra de unas combinaciones de las que aún no se sabe casi nada

21 ene 2019 / 12:56 h - Actualizado: 21 ene 2019 / 13:01 h.
"Toros"
  • El diestro Morante de la Puebla. EFE/Nacho Gallego
    El diestro Morante de la Puebla. EFE/Nacho Gallego

Morante: en primera línea informativa

Seguro que Morante ha olvidado los disgustos. Ya saben: las pintadas amenazantes y el posterior incendio en la Huerta de San Antonio, ese parnaso personal que se ha construido a las orillas del Guadalquivir y a un tiro de piedra del casco urbano de su patria chica. El baño de multitudes y el éxito consagrado de las fiestas de San Sebastián –con el encierro como mascarón de proa- le habrán consolado con creces de esos contratiempos. Gallito dijo que quién no había visto toros en El Puerto no sabe lo que es un día de toros. Se podría parafrasear al coloso de Gelves afirmando que el que no hay vivido San Sebastián en la Puebla del Río no sabe lo que es un día de fiesta... Pero Morante ya había sido noticia por su apoyo decidido a VOX antes de ese impresionante jolgorio. Y después de la tempestad electoral y el papel determinante que ha jugado la emergente formación en el cambio político llega la calma del invierno taurino para el matador. Morante quiere estar en Sevilla. No podría ser de otra forma. Pero conviene rebobinar ligeramente para recordar las estrategias del diestro cigarrero en su reaparición –que no fue tal- del pasado año. Los contratos baratilleros fueron los primeros que firmó y los últimos que cumplió. El mismísimo Ramón Valencia compareció en el santuario morantista para rubricar el acuerdo sobre el escritorio que había pertenecido a Joselito. El plan de Morante pasaba por dejar atrás el Domingo de Resurrección y la Feria de Abril retrasando su doble bolo sevillano hasta la feria de San Miguel. Ya saben que no le embistió ni uno solo de los toros que lidio, incluyendo el inservible envío de Matilla –su nuevo mentor- que sirvió de piedra de toque de un escándalo que aún resuena.

La aversión catódica...

El caso es que Morante tendría intención de retomar su sitio en el Domingo de Resurrección; torear otras dos tardes en el ciclo continuado y afrontar un cuarto compromiso por San Miguel. ¿Cuál es el problema? La televisión. Así lo había venido reconociendo el propio torero en distintas declaraciones públicas y privadas y lo acaba de confirmar en la entrevista concedida a la compañera –y sin embargo amiga- Lorena Muñoz. El problema no es la retransmisión en sí misma sino la manera de locutarla. Ni más ni menos. “La manera en que se retransmiten las corridas de toros no es la más adecuada” ha afirmado Morante sin rodeos. Pero el torero ha ido más allá. “Los toros pertenecen a la mística y a la cultura. No me imagino que a un cantaor le estén diciendo a la vez lo que tiene o no que hacer o si lo hace bien o mal. Cuando se mueve el toro y embiste al torero creo que no tiene que haber tantos comentarios. Llevo luchando mucho tiempo con esto pero siempre pierdo...” ha insistido Morante que también habla de variar “el estilo” de las retransmisiones asegurando que su ajuste en la Feria de Abril, que será pilotado por Toño Matilla, sigue en vías de negociación. En dicha entrevista Morante llega a mencionar la fecha del domingo previo al ciclo continuado –hablamos del 28 de abril- para poder sortear las cámaras. Sería darle un rumbo nuevo a una jornada varada en tierra de nadie que se suele resolver con un cartel de circunstancias. Pero hay más: Morante tiene intención de afrontar un número de compromisos muy parecido a la temporada anterior. No más de 30 ó 35 funciones para una agenda que ya tiene anotada la primera fecha: el 9 de marzo en el coso cubierto de Illescas. Mientras tanto, ¿qué más se sabe de Sevilla? Absolutamente nada, más allá de las dificultades para redondear el elenco ganadero que antes servía para felicitar las pascuas a los abonados. Dicen que el precio desorbitado de cierta corrida podría estar atrancando el asunto. Pronto saldremos de dudas.

¿Habrá toros en Cataluña?

La semana pasada hablábamos del caso de la localidad de Villena. Hay que recordar que un tribunal alicantino había anulado la prohibición de dicho ayuntamiento para celebrar toros en el coso local. La sentencia abría puertas a otros casos similares y en ese caldo de cultivo se ha cocido la pretensión de la Fundación del Toro de Lidia de solicitar la plaza de toros de Olot para celebrar una corrida de toros en 2019. Es uno de los escasos recintos taurinos que sobreviven en medio del añorado –y ajado- circuito de la Costa Brava que se hartaba de dar festejos cuando Cataluña aún no naufragaba en el fango nacionalista. Hay que recordar otra sentencia, la del Tribunal Constitucional, que anuló –demasiado tarde- la polémica abolición catalana que, en la práctica, sólo acabó con la vida taurina de la única plaza que ya daba toros en 2011: la Monumental de Barcelona, que permanece intacta pero sin futuro definido. Hay que ser realistas. El empeño de la FTL tiene un alto valor simbólico pero es muy complicado de realizar. La ley está de parte del toro pero la plaza de Olot es de propiedad municipal. A partir de ahí los escollos pueden ser de todos los colores... Nos vamos marchando, bastante sorprendidos por la reaparición puntual de Antonio Borrero ‘Chamaco’, aquel novillero que revolucionó el cotarro a comienzos de los 90 en unión de otros nombres ilustres como los de Finito o Jesulín. Esa terna reventó las ferias y desplazó a muchos carteles de matadores. Pero el torero choquero –hijo del diestro del mismo nombre- no terminó de perseverar en el empeño. Se retiró pronto y –hasta ahora- no había vuelto a pisar un ruedo, ni siquiera en festivales. En Sevilla aún se recuerda aquella heroica faena al toro de Juan Pedro bajo la lluvia de un 28 de abril de 1993. Ha llovido aún más desde entonces. Se le desea mucha suerte...