Un inocuo encuentro familiar

Los grandes triunfos de Pablo Hermoso de Mendoza permanecen en la memoria. Ahí quedó, para los anales de la historia de la propia plaza, el último rabo que se ha cortado en Sevilla. Lo paseó el jinete navarro hace ya 20 años. El centauro de Estella se encontraba en la cúspide de su fama, espoleando aquella revolución taurina y ecuestre que cambió para siempre los fines de la especialidad. Aún quedaba algún tiempo para que empezara a sonar el nombre de un rejoneador de formas heterodoxas pero de impresionante potencial llamado Diego Ventura...

Su nombre, pasados los años, brilla tanto como su propia ausencia en este festejo preparado por Hermoso de Mendoza para dar la alternativa a su vástago Guillermo, al que ha placeado convenientemente en carteles a modo antes de afrontar su doctorado en el templo sevillano. En esa tesitura, el duelo definitivo entre Hermoso padre y Ventura ha ido quedando aplazado mientras uno pasaba a la tercera actividad y el otro asumía retos y más retos de los que ha salido airoso y triunfante hasta coronarse como número uno indiscutible de la especialidad ecuestre.

Ese enfrentamiento demorado ha tenido algunos efectos colaterales. El más importante ha sido el empobrecimiento del propio espectáculo de rejones. La sima profesional que se abre entre la tauromaquia de Hermoso y Ventura y el pelotón de la caballería andante es abismal. La corrida de rejones en las ferias, sin sus nombres, tiene poco sentido. Pero el navarro ha querido que cada uno camine por separado. ¿Estaba preparando el terreno para el neófito que hoy recibirá el simbólico rejón de manos de su padre? Puede ser...

Pero también lo es que el festejo que se ofrece es una mera fiestecilla familiar, sin opción a verdadera competencia, en el que se ha invitado a la polivalente amazona Lea Vicens –que lo mismo da para un que para un descosido- para echar unas risas. Ese hueco pertenecía por derecho propio a Diego Ventura, que ha tenido que acogerse a la fórmula de la corrida mixta para volver a la plaza de la Maestranza después de un año de ausencia. Hablaremos de ello en su momento...

Para la ocasión se va a lidiar una corrida de Fermín Bohórquez. La misma que se convirtió en piedra de toque el pasado año por la negativa –otra vez sale su nombre- de Diego Ventura a lidiarla en el escenario maestrante. Los ‘murubes’ jerezanos son el ingrediente habitual de este tipo de festejos aunque la deriva del espectáculo –ahí vuelve a tener razón el de la Puebla del Río- demanda la entrada de otros hierros y encastes para dotar de nuevo nervio a la lidia.

No sabemos si la de esta tarde será la última corrida de Hermoso de Mendoza en la plaza en la que escribió tantas páginas de gloria. Eso quedará para siempre en los anales de su propia historia. En los márgenes también quedará anotado el indisimulado veto a su rival, hurtando a los aficionados una verdadera Edad de Oro del rejoneo que se ha quedado por escribir. Ya lo decían los viejos juramentos: Que Dios os lo premie... u os lo demande.

1. Número 11. Sobrio. Negro bragado. 548 kilos. 01/2014
2. Número 84. Reducido. Negro. 529 kilos. 09/2014
3. Número 56. Ojeado. Negro. 550 kilos. 02/2015
4. Número 67. Brioso. Negro bragado. 573 kilos. 01/2015
5. Número 82. Resultón. Negro. 525 kilos. 12/2013
6. Número 96. Lucero. Negro. 585 kilos. 10/2014

SOBREROS

1. Número 30. Sobrado. Negro. 601 kilos. 11/2014
2. Número 77. Servidor. Negro bragado. 552 kilos. 01/2014

PABLO HERMOSO DE MENDOZA

AUXILIARES:
José Francisco Serrano (champán y azabache)
Luis Carlos Castellanos (Azul rey y plata)
Diego Valladar (Pizarra y azabache)

LEA VICENS

AUXILIARES:
José Bejarano (Caña y azabache)
Joaquín Oliveira (Gris plomo y azabache)
Francisco Alarcón (Burdeos y plata)

GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA

AUXILIARES:
Ricardo Raimundo (Grana y plata)
Diego Ramón Jiménez (Azul eléctrico y azabache)
Pedro Arellano (Azul y azabache)

EQUIPO PRESIDENCIAL

Presidente:
Gabriel Fernández Rey
As. Artístico:
Antonio Ramón Jiménez
Veterinario:
Alfonso Herruzo Herrero