Un Ateneo de «crímenes y besos»

El escritor Edmundo Díaz Conde (Ourense, 1966) se ha alzado con el premio Ateneo de Sevilla en su XLVII edición con El hombre que amó a Eve Paradise, una novela «de crímenes y de besos», según el ganador, ambientada en la guerra entre bandas en el Chicago de los años 20. El Ateneo Joven, que cumplía su XX edición, ha ido a parar a manos de Jimina Sabadú (Madrid, 1981) con su novela Los supervivientes, una ficción en torno a un centro educativo amenazado de cierre.

«Esta novela está dedicada a aquellas mujeres que, habiendo sobrepasado la edad de la inocencia, tienen la audacia o la imaginación para enamorarse de un hombre joven», comenta Díaz Conde, que pretende llevar al lector a los tiempos de la Ley Seca para dejarse atrapar por una diva del cine mudo de orígenes sevillanos «que es víctima de un drama de proporciones trágicas. Eve Paradise tiene debilidad por los chicos jóvenes, pero se da la circunstancia de que algunos de sus amantes han sido brutalmente asesinados. Se enamora de un joven hipnotizador que, de algún modo, servirá de catalizador de toda su historia», adelanta el autor, que se embolsa 24.000 euros con este galardón y cuya obra será publicada en octubre por Algaida.

Díaz Conde, que hasta ahora estaba más bien relacionado con la novela histórica con títulos como El veneno de Napoleón o El príncipe de los piratas y que debuta ahora en el género negro, subraya que su obra «está también repleta de emociones y pasiones, la intriga no es la parte fundamental». «De hecho, hay una línea de investigación y otra que es un proceso judicial. Ambas se van alternando y se explican la una a la otra. El desafío era conciliar la intriga de la novela detectivesca tradicional con la narrativa más clásica, la evasión y la literatura conmovedora, agilidad y delicadeza».

Para el gallego, finalista del Ateneo en 2002 con La ciudad invisible, «ganar este premio es una alegría inmensa. No hay que olvidar que se trata de un premio con unas connotaciones sentimentales enormes, y es un orgullo pertenecer a la lista de escritores que lo han obtenido».

Por su parte, Jimina Sabadú, que se ha llevado los 6.000 euros de dotación del Ateneo Joven, se declara feliz por «el prestigio de este premio al que me presenté sin hacerme muchas ilusiones, por si sonaba la flauta, aunque mi novela me encanta». Los supervivientes se ambienta en un colegio privado del extrarradio de Madrid que acaba de comenzar un nuevo curso escolar. Pero una mala noticia se abate sobre el centro: la familia dueña del centro lo va a poner en venta. «El lugar, como la gente que convive en él, se está destruyendo: el edificio se cae de viejo y será vendido; las personas son destruidas por sí mismas, por su estupidez, y nadie se librará de la autodestrucción mientras se albergue bajo ese techo», adelantó la editorial.

«Creo que mi novela refleja de algún modo lo que está pasando en España en los últimos tiempos, pero he intentado enfocar la trama, sin que suene pretencioso, desde un punto de vista humanista, a largo plazo», explica la autora. «Sí que habla de esa sociedad del pelotazo de la que venimos, en la que todos teníamos que ser banqueros, ingenieros o pilotos si queríamos ser algo. Cuando se educa a una sociedad para centrarse en lo material, es fácil que se descuiden otros aspectos como ser buen hermano, buen amigo, buena persona». Sabadú, escritora y guionista, ha publicado en varias antologías (Artifex, Madrid con Perdón, Última Temporada) y obtuvo el Premio Lengua de Trapo con Celacanto.

El jurado de los Premios Ateneo de Sevilla 2015 estuvo compuesto por Alberto Máximo Pérez Calero en calidad de pesidente, Félix G. Modroño, Ramón Pernas, Miguel Ángel Matellanes, Miguel Cruz Giráldez y María A. Prior.