Cuando el actual editor de El Correo de Andalucía recibió distintas peticiones de estamentos de la ciudad para salvar la prensa decana, él vio y compró el periódico aun siendo perfectamente consciente de las dificultades por las que, ya en ese momento, la prensa escrita, en el formato tradicional de papel, estaba pasando. Las ventas de periódicos bajaban estrepitosamente. Por el apoyo que sintió en ese momento, y único momento, pues en estos años todo el apoyo fue ficticio. Comprobó que el mundo de la comunicación estaba cambiando con rapidez. Sin embargo, Antonio Morera Vallejo, sabiendo que el patrimonio que representa una cabecera como El Correo de Andalucía es más que importante, apostó por realizar un esfuerzo a pesar de todo. Así, adquiría el periódico y se hacía cargo del pasivo, por lo que tuvo que hacer frente a deudas a proveedores y nóminas atrasadas de todos los empleados, entre otras cosas. Desde ese momento, ninguna factura ha dejado de pagarse, ninguna nómina ha dejado de abonarse.
Sumando el diario a la cadena de televisión que se había adquirido anteriormente, el proyecto multimedia que estaba proyectado comenzaba a ser una realidad. Y, pasados unos años, justo cuando las pérdidas millonarias que se iban acumulando a causa de la situación del periódico y de la televisión parecía que podían ir cediendo terreno, justo cuando el esfuerzo del editor y todo su equipo iba a tener efecto; el proyecto de televisión presentado en la Junta de Andalucía quedó sin valorar dentro del ámbito creado para desarrollar un concurso público con el que asignar licencias de emisión, por faltar un soporte digital, «un CD con el mismo contenido de lo que se presentaba en papel». No faltaba ni un solo documento en la información entregada aunque el soporte digital, el CD, no aparecía según se comunicó desde la Junta de Andalucía. El concurso era el resultado de otro anterior que había quedado sin efecto por diversas irregularidades de la Junta de Andalucía.
El proyecto multimedia ayudaba a mitigar las pérdidas. Incluso arrojando pérdidas que el editor hubiera estado dispuesto a asumir. Ahora, después de desaparecer la posibilidad de seguir emitiendo a través del canal de televisión, el proyecto se hace inviable tal y como se conoce en la actualidad.
Y es por ello por lo que el actual editor no ha tenido más remedio que acometer un procedimiento de reestructuración, dejando la puerta abierta a pactar con los trabajadores una transformación de una de las mejores y más antiguas cabeceras de España. Es por ello por lo que el editor del diario ha propuesto a los trabajadores potenciar su formato digital, modernizándolo para ofrecer la actualidad informativa en tiempo real. La propuesta de continuidad pasa por sustituir la edición en papel por un semanario que estará presente en los quioscos de sábado a lunes para ofrecer periodismo de investigación y artículos de fondo en los que se tratarán distintos asuntos de interés general.
Es por ello por lo que se propone que el semanario se entregue junto a las revistas que en este momento ya se pueden adquirir junto al periódico de los domingos.
Antonio Morera Vallejo, editor de El Correo de Andalucía, nunca ha manejado la posibilidad de acabar con El Correo de Andalucía, aunque sí es consciente de que la transformación exige acometer la medida de reestructuración y obtener el consenso con los trabajadores, para lograr que siga existiendo durante los próximos años.
El coste de todo ello será alto y muy posiblemente los resultados económicos sigan sin acompañar. Es el deseo que el equipo tenga la ilusión con la que se iniciará la nueva etapa y se consiga la satisfacción de todo seguidor de esta cabecera. Si Sevilla necesita a El Correo de Andalucía, El Correo de Andalucía necesita a Sevilla con sus gentes, para hacer sostenible y mantener con vida un periódico decano muchos siglos más, y de este modo compensaría casi todo.