Fabián se va de vacaciones con el abrazo de su pueblo

El Ayuntamiento de Los Palacios y Villafranca recibe al futbolista estrella de la campeona Sub-21 y le regala su peso en los sabrosos tomates de la tierra: 77,7 kilos de bombones coloraos

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
04 jul 2019 / 11:54 h - Actualizado: 04 jul 2019 / 09:44 h.
"Deportes"
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Como la Asociación de Productores de Tomate de Los Palacios y Villafranca no se mira en unos kilos, le entregó ayer a Fabián Ruiz Peña 80 kilos de tomates del pueblo que más orgulloso se siente de criarlos. Para redondear. El futbolista, que iniciaba así sus vacaciones después de haber sido el jugador más destacado de la flamante campeona Selección Española Sub-21, se prestó incluso a pesarse en un salón de plenos abarrotado no solo de gente de su pueblo que lo entendía como un nuevo ídolo, sino de medios de comunicación de todo el país ansiosos por que Fabián les facilitara un titular relacionado con el Real Madrid.

El peso digital arrojó una cifra exacta: 77,7 kilos, lo cual no está mal para un futbolista. Hace años le hicieron el mismo regalo al campeón del mundo Jesús Navas, también hijo del pueblo, y se llevó algunas cajas menos. Pero como la intención es lo que cuenta, el rojo de los tomates rimaba perfectamente con el rojo de su camiseta, la de La Roja, que ha puesto en el candelero al joven futbolista palaciego que ayer sintió el cariño de un pueblo orgulloso de él. Media Plaza de Andalucía llena de fans también lo aclamaba al llegar y cuando, minutos después, lo escuchó desde el balcón consistorial.

En el despacho de Alcaldía, el jugador se había sentado junto a Juan Manuel Valle (IU) para firmar en el libro de honor del Ayuntamiento. La verdad es que el momento fue poco íntimo, porque por allí pululaba casi todo el equipo de gobierno, un par de concejales del PSOE y otro par del PP, trabajadores municipales, una nube de fotógrafos, la propia familia del jugador y cuantos palaciegos pudieron colarse por las rendijas de la emoción momentánea.

Los periodistas deportivos tenían clara la pregunta, que le repitieron por activa, por pasiva, velada, directa e indirectamente: ¿se vendrá Fabián del Nápoles al Real Madrid? Pero el futbolista ya venía preparado: “Tengo mi contrato en el Nápoles y estoy muy feliz”. “Pero nunca se sabe, ¿no?”, le insistieron, esperando el titular: “Nunca se sabe”. Pero Fabián no dio titular y se limitó a repetir la fórmula que le habían encargado sus asesores. “¿Qué opinión le merece como entrenador Zidane?”, le preguntaron. Y él contestó con corrección y punto, para seguir soñando con sus vacaciones, con su familia, a la que hace un año que echa de menos por su carrera en el Nápoles, que lo ha terminado de consolidar como un jugador codiciado en toda Europa.

En la puerta del Ayuntamiento, una nube de chiquillos lo esperaba para fotografiarse con él, para que les firmara un autógrafo, para que les diera la mano. La víspera de los Reyes Magos de este año, el jugador recibió en este mismo escenario el galardón Joven del Año 2018, y dejó para este periódico una declaración que también vale su peso en tomates: “Es tan importante ser buen futbolista como ser buena persona”. Ayer lo volvió a demostrar. Y su madre, Chari, que ya dejó su trabajo de limpiadora en el Real Betis, de donde salió su hijo hecho un jugador de Primera, sonreía para sus adentros. Probablemente porque es su principal fan y esperaba a que se apaciguara el gentío para volver a recordárselo. Al fin y al cabo, ya están de vacaciones.