125 aniversario de El Correo de Andalucía

De la Expo de 1929 a la Expo de 1992: cronología de una modernización

El Correo de Andalucía recorre la historia contemporánea de Sevilla tras 63 años de efemérides y acontecimientos. El traslado de la Feria, el nacimiento de Astilleros o la inauguración del Virgen del Rocío o el Puente de San Telmo, claves en el siglo XX  

Histótrica portada del día de la presentación del logo de la Expo 92

Histótrica portada del día de la presentación del logo de la Expo 92 / El Correo

Bernardo Ruiz

Bernardo Ruiz

21 de junio de 1930. Sevilla clausura la Exposición Iberoamericana que significó una metamorfosis del entramado urbanístico de la capital y, por ende, la reorganización arquitectónica global de un centro de la ciudad que hasta entonces respondía a un laberíntico mapa de calles estrechas. La Expo de 1929, que multiplicó la incipiente fama de la Plaza de España y el Parque de María Luisa a nivel mundial, fue el escaparate perfecto para Sevilla, donde aterrizaron las delegaciones civiles e institucionales de Argentina, Chile, Guatemala, Uruguay, Perú, Colombia, México, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Estados Unidos, Portugal, Brasil, El Salvador, Panamá, Costa Rica, Bolivia y Ecuador.

Aquella exposición que alteró el entramado urbanístico del centro, donde se acometieron obras de envergadura en la plaza de La Campana, la calle San Jacinto, la Puerta de Jerez o la avenida de la Constitución, entonces calle Génova, supuso un punto de inflexión en la progresiva y eficaz modernización de la ciudad. En enero de 1931, con un censo de 228.729 habitantes según consta en los archivos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Sevilla disponía de sólo tres puentes y la zona que hoy se alza en pleno barrio de Los Remedios era una de las más pujantes en número de nuevos residentes.

En enero de 1931, con un censo de 228.729 habitantes, Sevilla disponía de sólo tres puentes y la zona que hoy se alza en pleno barrio de Los Remedios era una de las más pujantes en número de nuevos residentes

El proyecto inicial del Ayuntamiento de Sevilla era dotar de una pasarela que permitiera cruzar el Río Guadalquivir a los habitantes de Triana o Los Remedios antes de la celebración de la Expo, aunque la obra no se completó hasta agosto de 1931, fecha en la que se realizaron las primeras pruebas de carga. La inauguración de la infraestructura, ejecutada por la compañía de capital español Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles y que supuso una inversión de unos 5,8 millones de las antiguas pesetas -unos 34.700 euros-, supuso la modernización del área sur del centro de la ciudad.

Un drama obrero en el Cerro del Águila

Tras la Guerra Civil, una contienda de desoladoras consecuencias para Sevilla y su provincia, la capital de Andalucía trataba de recuperar el pulso económico y laboral de forma progresiva. Uno de los barrios que congregó a una mayor masa obrera fue el Cerro del Águila, cuyos orígenes nacieron en los años 20 gracias a la venta de parcelas, -a cinco pesetas el metro cuadrado según detalló El Correo de Andalucía-, de la cortijada de Maestre Escuela. Aquel proyecto ideado por el arquitecto Juan Talavera y Heredia supuso una revolución en el distrito sur de la ciudad. En marzo de 1941, la zona sufrió una devastación a causa de la explosión del polvorín de Santa Bárbara, dependencias que pertenecían a la Sociedad Española de Explosivos.

Uno de los barrios que congregó a una mayor masa obrera fue el Cerro del Águila, cuyos orígenes nacieron en los años 20 gracias a la venta de parcelas, -a cinco pesetas el metro cuadrado según detalló El Correo de Andalucía-, de la cortijada de Maestre Escuela

Aquella catástrofe, que originó la muerte de un número indeterminado de personas que la censura de aquel tiempo ocultó para evitar la depuración de responsabilidades, propició que alrededor de 2.500 personas perdieran sus viviendas y fueran alojadas de forma provisional y con urgencia en el antiguo Matadero Provincial, hoy convertido en el centro educativo CEIP Ortiz de Zúñiga. La explosión y sus devastadoras consecuencias, que provocaron la suspensión de la Feria de Sevilla por razones económicas y de solidaridad, supusieron que el barrio se sometiera a un profundo proceso de reorganización urbanística que fue la semilla del diseño actual de la zona.

Sevilla, pionera en el coche eléctrico

Los años 40 fueron sinónimo de carestía económica en Sevilla, aunque hubo efemérides que aún perduran en el libro de la ciencia y la tecnología. En 1946, con el veto a España para ingresar en la ONU reciente y el nuevo orden mundial recién establecido tras la II Guerra Mundial, un doctor en Ingeniería Industrial y catedrático de Hidráulica y Motores Térmicos fabrica el primer coche eléctrico del país.

Respondía al nombre de Francisco Domínguez-Adame Romero y en el sótano de un chalet familiar del Porvenir fabricó un coche con dos motores eléctricos totalmente silenciosos que disponían de ejes de acero, chapa magnética y una carcasa de hierro de dos centímetros de espesor. Sin apenas combustible en el mercado nacional, su vehículo, que fue inscrito como marca propia con el nombre de DAR en honor a sus apellidos, fue matriculado en Sevilla, ciudad en la que rodó con capacidad para cinco personas durante 12 años. Una de las principales peculiaridades del motor, según publicó El Correo de Andalucía en 1946, era que el coche no emitía ningún tipo de humo.

Nacen los Astilleros y se inaugura el Virgen del Rocío

Mientras la dictadura trataba de dibujar una tímida apertura económica a Europa y aterrizaban en la Costa del Sol los primeros turistas de origen nórdico, Sevilla vivía en los 50 dos hitos que marcaron su historia contemporánea. En 1955, un año antes de la recepción oficial de Franco para inaugurar la sociedad, se botó el primer buque ejecutado en los Astilleros, cuyos obreros se instalaron en la primitiva barriada de Elcano, germen del emplazamiento de Los Bermejales.

En 1955, un año antes de la recepción oficial de Franco para inaugurar la sociedad, se botó el primer buque ejecutado en los Astilleros, cuyos obreros se instalaron en la primitiva barriada de Elcano, germen del emplazamiento de Los Bermejales.

Pero 1955 fue, además, el año en el que se modernizaron las infraestructuras médicas de aquel tiempo. En enero de aquel lejano 1955 en el que España ingresó en la ONU y en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en clara señal de un incipiente aperturismo, la ciudad inauguró la Residencia Sanitaria García Morato, semilla y germen de la actual Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío. Aquel moderno edificio en el que los médicos que atendían las urgencias vivían en la primera planta de la residencia y en el que se registraban los primeros nacimientos en un hospital en lugar de en las viviendas de las futuras madres supuso un antes y un después en la historia de la medicina de Andalucía. “Los nidos de los recién nacidos cuelgan de los techos para que sus primorosas madres puedan atender a sus criaturas en todo momento”, explicó El Correo de Andalucía en la crónica del estreno del centro.

El boom de los nuevos barrios en los 60 y 70

En la década de los 60, con el turismo creciendo sin límite en la Costa del Sol y con los primeros alemanes y británicos perplejos ante las imágenes de la Semana Santa por las calles de la vieja Híspalis, el entramado urbanístico de Sevilla se somete a una absoluta transformación. Nacen en aquel tiempo nuevas barriadas que engullirán las huertas que se alzaban sedientas de mano de obra en el extrarradio. La ciudad avanza sin control allende las fronteras de una muralla que no logra contener el crecimiento demográfico.

Después del trágico desbordamiento del Río Tamarguillo en 1961, una catástrofe que arrasó más de 7.000 viviendas y los hogares de unos 30.000 sevillanos, los planes de desarrollo se adaptan a la necesidad de crear un nuevo cinturón alejado del cauce de ríos y arroyos. Durante más de 20 años de sustanciales cambios nacen los barrios de Pío XII, Santa Aurelia o Pino Montano en un claro ensanchamiento del trazado hacia el Norte.

La Feria, a Los Remedios

Otro de los años que supuso un antes y un después en la idiosincrasia de Sevilla fue el del traslado del recinto ferial desde el Prado de San Sebastián hasta Los Remedios, emplazamiento que hasta el día de hoy ocupa la ciudad efímera del Real. El 30 de abril de 1973, el entonces alcalde, Juan Fernández Rodríguez-García del Busto, una nutrida representación de autoridades locales y un gentío sin control asistieron al primer Alumbrao en los terrenos de Tablada, en la que se levantaron en total 630 casetas repartidas, junto a los populares cacharritos, en 64.000 metros cuadrados.

El 30 de abril de 1973, el entonces alcalde, Juan Fernández Rodríguez-García del Busto, una nutrida representación de autoridades locales y un gentío sin control asistieron al primer Alumbrao en los terrenos de Tablada

La década de los 70 fue especialmente prolija en acontecimientos, ya que en el verano de 1975 la crónica negra de España dedicó cientos y cientos de hojas de periódicos y revistas al crimen de Los Galindos, un suceso en el que fueron asesinadas cinco personas en un cortijo de Paradas. En aquella noticia que inquietó a España, El Correo de Andalucía adquirió una relevancia absoluta a nivel nacional, ya que el decano de la prensa provincial fue el primer medio de comunicación en visitar la finca propiedad de los marqueses de Grañina, -tal y como confesó recientemente en un programa de televisión el juez de paz de la localidad de la Campiña, Joaquín Torres-, y uno de los que aportó claves del lento proceso judicial que aún hoy, 49 años después, continúa envuelto en dudas y misterios.

Luis Uruñuela, el primer alcalde democrático

En 1979, concretamente el 21 de abril, se celebraron en Sevilla los primeros comicios a la alcaldía desde la II República. Luis Uruñuela, fundador del Partido Socialista de Andalucía (PSA), antecesor histórico del Partido Andalucista, fue el primer alcalde de una ciudad que pronto caminaría hacia el segundo ensanche arquitectónico y que en 1982 sería testigo de la visita del entonces papa, un Juan Pablo II que siempre admitió su amor por Andalucía.

Histótrica portada del día de la presentación del logo de la Expo 92

Histótrica portada del día de la presentación del logo de la Expo 92 / El Correo

La Movida y la modernización en aras de adaptarse a la Expo

Los 80 fueron años de aires de libertad política y social. Sevilla respondió a la demanda de bares de copas en los que las nuevas tribus urbanas se agolpaban para disfrutar de la versión sureña de la movida. Holiday, Piruetas, Hola Ola o Groucho fueron algunos de los lugares de peregrinación de cientos de jóvenes que proclamaron una nueva forma de vivir en zonas como Los Remedios, el templo del mítico Monte Carmelo, la Gavidia o el Arenal.

La progresiva eliminación de focos de venta de droga en el centro y la rehabilitación de edificios singulares que hasta entonces presentaban un alarmante estado de deterioro fueron el germen previo a la transformación absoluta a causa de la Exposición Universal de 1992, el año que modificó para siempre la piel de una ciudad única en la que El Correo de Andalucía siempre fue testigo y cronista oficioso de sus éxitos y dramas.