125 aniversario
El Correo de Andalucía y la Semana Santa de Sevilla
Desde las primeras reseñas al boom de las promociones, recorremos 125 años de relación del decano de la prensa andaluza con el universo de las cofradías
Hasta catorce diarios se imprimían en Sevilla el día que Marcelo Spínola y Maestre, isleño de nacimiento y universal tras su beatificación, tuvo la idea de fundar un periódico que llevara por nombre El Correo de Andalucía. Para lograr que el medio viera la luz, el arzobispo, atendiendo a las consignas del papa León XIII y secundado por personalidades sevillanas como Muñoz y Pabón, Luis Montoto o el Padre Tarín, aportó el capital inicial.
Asimismo, el primer número de la publicación, que vio la luz el 1 de febrero de 1899, dejó clara sus intenciones con el subtítulo: Diario católico de noticias. Más allá de su carrera eclesiástica, Marcelo Spínola, al que la ciudad rebautizó como el Arzobispo mendigo, fue un consumado cofrade, siendo la estancia como párroco de San Lorenzo la que afianzó su amor por las hermandades.
Tras ingresar en la Soledad y el Gran Poder, a su buen hacer le debemos la Concordia firmada en 1903 entre las corporaciones de la Macarena y el Señor de Sevilla, que posibilitó el orden que ambas mantienen en la Madrugá.
En consecuencia, resultaba inevitable que un medio fundado por el prelado atendiese al mundo de las cofradías. No obstante, en sus primeros años, El Correo, que por entonces tenía un precio de 5 céntimos, contaba únicamente con cuatro páginas, por lo que en Semana Santa dedicaba un apartado a las procesiones del día y una breve reseña de la jornada anterior. Y todo ello en un formato que incrementó su tamaño entre 1899 y 1902 y que no incluía fotografías.
Un buen ejemplo lo hallamos en la edición del domingo 12 de abril de 1908, cuando en algo menos de la mitad de una columna se nos informa de las procesiones del Domingo de Ramos bajo el título Las Cofradías. Como curiosidad, además de referir el número de pasos y el misterio que representaba cada uno, se daba cuenta de los días alternativos en que podrían salir en caso de lluvia.
De la reseña a la crónica
Uno de los principales hitos cubiertos por el diario en su etapa inicial fue la celebración del primer Santo Entierro Grande del siglo XX. Este tuvo lugar el 25 de marzo de 1910, participando en el mismo un total de 17 pasos, el mayor número registrado hasta la fecha desde su primera edición de 1850. Al margen de los Titulares, que hicieron las delicias de los cofrades sevillanos, aquel inolvidable Viernes Santo, las páginas de El Correo de Andalucía pusieron el foco en los touristas que, atraídos por el evento, llegaron en trenes especiales desde Madrid.
Cuatro años más tarde, en vísperas del estallido de la Gran Guerra, el volumen informativo aumentó considerablemente, lo que conllevó que las páginas se incrementaran de cuatro a seis, manteniéndose el diseño a cinco columnas. Esto permitió ampliar la información cofrade, incluyendo notas sobre los cultos, citando a ilustres que presidían los desfiles y depurando el estilo hasta dar como resultado una completa crónica. En el caso de 1921, El Correo se tomaría la licencia de pedir a las corporaciones que cumpliesen "con la mayor exactitud el horario que desde hace años está vigente para su llegada a la Campana y entrada en la Santa Iglesia Catedral", un asunto más que complejo.
El ‘Programa’ de Semana Santa
Y así llegamos hasta 1926, cuando Francisco Abaurrea y Alvarez-Ossorio, consejero-delegado y colaborador habitual en el periódico, en unión del entonces redactor-jefe, Luis Ortiz Muñoz, alumbran un proyecto que marcaría un antes y un después en las publicaciones cofrades. Nos estamos refiriendo a la creación del Programa de Semana Santa, una separata ubicada en la parte central que contenía, en palabras de Felipe García de Pesquera, "una información amplia, veraz y exacta de las cofradías".
Dicha idea, que rápidamente caló entre los lectores, pudo llevarse a cabo merced a un grupo de cofrades entusiastas, los cuales irían variando el concepto hasta darle su forma definitiva en 1940. A partir de entonces, el Programa de El Correo se imprimiría aparte, poseyendo un formato de entre 12 y 13 centímetros de ancho por 16 a 18 de alto, y un contenido que iría ampliándose desde las 150 a las 350 páginas.
El mismo contaba con una cubierta impresa que incluía una fotografía de un Cristo o una Virgen en la portada y una contraportada publicitaria. El éxito del producto superó todas las expectativas. Tanto es así que, como bien indica el periodista Rafael Guerrero Moreno, "el programa puesto a la venta aquel Viernes de Dolores se agotó de inmediato, por lo que hubo que hacer una segunda edición, que se puso a la venta el Martes Santo".
Juan Carrero recoge en sus Anales de las Cofradías Sevillanas que dicho programa se editó de manera ininterrumpida, salvo en varios años de la República y en un año de la Guerra Civil, convirtiéndose en un clásico de la Semana Santa. Dado que se adquiria al margen del periódico, su precio comenzó siendo de 25 pesetas y acabó costando 500, contando con mecenas como Peyré, el mítico comercio de la calle Francos, que durante años patrocinó las cubiertas.
El boom de las promociones
Finalizada la etapa del programa de mano, al frente del cual estuvo Filiberto Mira —uno de los miembros fundadores del Consejo de Cofradías en 1954—, el decano de la prensa andaluza apostó por un suplemento especial que, cada Viernes de Dolores, podía adquirise en los quioscos de la ciudad. Era 1985, y el mismo incluía novedades sobre las cofradías, los estrenos de cada jornada y un amplio repertorio de entrevistas y artículos realizados por firmas de prestigio.
Por aquel entonces, El Correo de Andalucía estaba dirigido por José María Javierre, sacerdote y periodista que llegaría a pronunciar el Pregón de la Semana Santa de Sevilla en el Teatro de la Maestranza. Dicha etapa desembocó en el boom de las promociones, las cuales contribuyeron a que el periódico triplicase su difusión y lograse un récord de crecimiento durante dos años consecutivos. Concluida la Transición, y contra todo pronóstico, la fiesta evolucionó hacia la masiva manifestación religiosa, popular y turística que es en la actualidad, sacándola de la escasez y del encorsetamiento que vivió durante el franquismo, y este fenómeno fue reflejado en las páginas del diario.
La primera de las colecciones lanzadas por El Correo fue Paso a Paso, una serie de láminas sobre las cofradías hispalenses que incluían fotografías a todo color y que vieron la luz a partir de 1993. Seguidamente, el decano marcó un hito al vender cintas de VHS con títulos como Aquella Semana Santa, La Campana, Paso a Paso o Caminos de Pasión; oferta que se amplió con cedes de la banda de Las Cigarreras o el maestro Abel Moreno.
Para cerrar su década dorada, El Correo sorprendió a los cofrades con la Enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla, que a través de 20 tomos de 150 páginas, abordaba la fiesta de manera global; un proyecto que complementaría con la Enciclopedia Multimedia, que causó furor entre los más jóvenes. Junto a esta novedosa oferta, el periódico continuó ampliando su información sobre las hermandades y proponiendo nuevos coleccionables, desde postales a llamadores, pasando por escudos, nazarenos metálicos y pasos en miniatura. Ningún medio de comunicación había hecho tanto por difundir la celebración religiosa en toda su historia.
Más de 21 millones de usuarios
Llegado el siglo XXI, la oferta destinada a los cofrades volvió a experimentar una revolución. Las cintas de VHS fueron sustituidas por los DVD, y los contenidos volcados en el diario se ampliaron con una publicación titulada Más Pasión 7. Corría el mes de noviembre de 2006, y acababa de nacer el primer magazine cofrade de la Semana Santa de Sevilla. Abarcando temas como las cabañuelas, los años perdidos de Juan de Mesa, o la salida de la Estrella en 1932, el primer número incluyó las imágenes más íntimas del proceso de restauración del Gran Poder por los hermanos Cruz Solís.
El colofón a todo lo expuesto se materializó en 2014 con la creación de El Correo de Andalucía TV, canal destinado a reforzar la oferta informativa tanto del diario como de la web, prestando una especial atención a la actualidad cofrade a través de profesionales como Victor García-Rayo.
Memorables fueron las retransmisiones de las cofradías hasta el año 2018, siendo la única televisión de la ciudad que emitía por aquel entonces en formato 16.9. Por último, en 2019, El Correo inició una nueva etapa con La Recogía, proyecto ideado por Juan Miguel Vega Rosa que reforzó los contenidos cofrades poniendo el foco en las redes sociales —más de 21 millones de usuarios apostaron por este medio en 2020—. Una apuesta que continúa en la actualidad y que cobrará nuevos bríos con motivo del 125 aniversario.
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