- Nathan Devers, autor de ‘Los vínculos artificiales’.
Julien Libérat es, desde todos los puntos de vista, un fracasado. Tanto su carrera como su vida personal han tocado fondo. Con treinta años y a la deriva en su día a día monótono, Julien llega al borde de la depresión. Entonces descubre el Antimundo, un videojuego que recrea con absoluta precisión la realidad, un espejo de nuestro universo donde las posibilidades son infinitas. La regla principal es mantener el anonimato. En este universo paralelo, a Julien las cosas le van mucho mejor. Un éxito sigue a otro y la vida se convierte finalmente en lo que había soñado. Además de amasar una gran fortuna, salta a la fama por los poemas que publica. Todo parece ir de maravilla hasta que recibe un encargo que no solo afectará a su vida, sino también el orden mundial. Entonces, caerá en una peligrosa espiral que lo llevará muy lejos del mundo real.
Este es el argumento de ‘Los vínculos artificiales’, la segunda novela del francés Nathan Devers, quien anteriormente había publicado los ensayos ‘Généalogie de la religion’ (2019) y ‘Espace fumeur’ (2021). Con su primera novela, ‘Ciel et terre’ (2020), este joven profesor de filosofía se alzó con el premio Edmée de La Rochefoucauld, mientras que ‘Los vínculos artificiales’ ya ha sido reconocida con el Premio Choix Goncourt de L’Orient 2022, siendo además finalista de los Premios Goncourt y Renaudot 2022.

«La primera gran sátira sobre el metaverso»
La obra llega a España este jueves 4 de mayo publicada por Alianza de Novelas (AdN) y precedida de unas críticas excelentes. Sin ir más lejos, Le Figaro Magazine la define como «La primera gran sátira sobre el metaverso», mientras que L’Appel la denomina «Una fábula contemporánea llena de preguntas, dudas y temores sobre la llegada de un mundo irreal, que no será mejor que el real». Y lo cierto es que nos les falta razón, pues ‘Los vínculos artificiales’ es, ante todo, una novela original que a nadie deja indiferente. Hija del confinamiento —como muchos de los ejercicios de ficción de los últimos años—, su autor confiesa que durante su escritura, «solo y en su apartamento», llegó a convertirse en «una extensión de su pantalla», algo así como un «ratón con rostro de hombre». Y es que, al contrario de lo que esperaba, aquella experiencia no se pareció en absoluto a un período de aislamiento, estando más bien «asediado por el mundo exterior». Dicha sensación es la que han querido reflejar los editores en la cubierta, donde un solitario Narciso cambia el espejo de las aguas por un smartphone, ya que «su rostro no vale nada si no se refleja». Esta es una de las muchas referencias clásicas que posee un libro cuya puntuación en páginas especializadas como Babelio roza las cinco estrellas. No en vano, la mayoría de lectores coincide en que está muy bien escrita y que su autor posee un innegable talento. La misma puntuación recibe en Goodreads, una de las web referenciales para los amantes de los libros, donde algunos la califican de «pseudodistopía» y subrayan su humor.
De Woody Allen a Baudelaire
Entre las muchas virtudes de ‘Los vínculos artificiales’ nos quedamos con su excelente recreación de la generación Z —personas nacidas a finales de la década de 1990 e inicio de los 2000 que están familiarizadas con el uso de la tecnología digital desde edades muy tempranas—, la cual tiene en su protagonista, Julien, a un representante muy a la altura. Asimismo con los poderosos guiños a la cultura pop, los cuales permiten recorrer los escenarios de ‘Medianoche en París’ —la bellísima película de Woody Allen—, alojarse en el lujoso hotel Mandarin Oriental de Nueva York, o codearse con el cantante Serge Gainsbourg mientras escuchamos la ‘Sonata Facile’ de Mozart. Por último, merece la pena destacarse el esfuerzo de Nathan Devers por dotar de lirismo y profundidad a un texto aparentemente sencillo, el cual incluye innumerables citas literarias, homenajes a autores de prestigio —desde Baudelaire a Elena Ferrante—, y unas conexiones con la Biblia dignas de estudio.