Da Vinci y la Sábana Santa: un misterio en forma de novela

David Zurdo y Ángel Gutiérrez recrean en «El último secreto de Leonardo» (Algaida, 2022) el viaje de la Síndone desde la Jerusalén del siglo I a la Italia del quinientos. Un periplo donde la reliquia más importante de la cristiandad sufrirá multitud de avatares, llegando a ser copiada por el gran artista del Renacimiento, Leonardo Da Vinci, por encargo del Papa

30 may 2022 / 16:16 h - Actualizado: 30 may 2022 / 16:18 h.
"Libros","Libros - Aladar"
  • Da Vinci y la Sábana Santa: un misterio en forma de novela

El 13 de octubre de 1988, los informativos de medio mundo abrieron su primera edición con una noticia impactante: la famosa Sábana Santa de Turín, considerada por los católicos como la reliquia más importante de todos los tiempos por haber envuelto, según la tradición, el cuerpo de Jesús de Nazaret, era falsa. Aunque los medios ya conocían el dato desde semanas atrás, ese día, el arzobispo de Turín, Anastasio Ballestrero, lo confirmó en una conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por el portavoz del Papa, Joaquín Navarro Valis, llegado ex profeso de Roma en representación del Vaticano. Perteneciente a la Orden del Carmen, el cardenal Ballestrero informó de que el tejido de la Síndone debía fecharse entre los años 160 y 1390 después de Cristo, según los análisis de carbono 14 realizados por tres laboratorios especializados de las universidades de Arizona, Oxford y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich. Una conclusión que nos dejó boquiabiertos y que el arzobispo turinés trató de matizar con las siguientes palabras: «dejando a la ciencia la valoración de esos resultados, la Iglesia seguirá venerando la reliquia, que continua siendo objeto de culto de los fieles».

La polémica estaba servida, pues, tiempo atrás, Willard Libby, premio Nobel de Física en 1960 y descubridor del método del carbono 14, se había negado rotundamente a que se le hiciese la prueba a la Sábana Santa, entendiendo que la pieza en cuestión «no reunía las condiciones adecuadas para que el método apuntase una fecha probable». Algo que, en base a un estudio estadístico, se pudo comprobar que era cierto, ya que el método resulta exacto únicamente en el sesenta y siete por ciento de los casos, mientras que en un nueve por cierto de ellos, da una fecha dudosa, y en un veintidós por ciento, el resultado genera unos años que son, sencillamente, imposibles. Esto quiere decir que en uno de cada cuatro casos, el carbono 14 falla por una razón primordial: la prueba únicamente resulta fiable con muestras que presenten determinadas condiciones de conservación y limpieza, algo que no se cumple con la pieza de lino conservada en Turín. ¿La razón? Si damos por hecho que la Síndone sirvió para amortajar el cadáver de Jesús, el periplo sufrido por la misma desde su fabricación en el siglo I hasta su llegada a la ciudad italiana en 1578, la invalida completamente. No hay más que echar un vistazo al relato completo de su viaje, observar las marcas que dejó el incendio de 1532 —en aquella época, la sábana se custodiaba en Chambéry (Francia)— o analizar los desperfectos ocasionados por miles de devotos de todas las épocas para entender la enorme «contaminación» sufrida por la reliquia.

Precisamente esa travesía (desde la Jerusalén del año 33 a la Turín del siglo XVI) es el principal fuerte de la novela El último secreto de Leonardo, escrita por David Zurdo y Ángel Gutiérrez y publicada por el sello hispalense Algaida Editores, que acaba de llegar a las librerías tras vender los derechos a once países y ser traducida a ocho idiomas. En ella, sus autores no solo recrean con detalle las últimas horas del Rabí de Galilea, su entierro tras la crucifixión y el destino de su mortaja, sino también la búsqueda de una pieza que ha fascinado a millones de cristianos durante siglos. Esta incluye escenarios como Edesa (ciudad perteneciente a la antigua Mesopotamia que hoy recibe el nombre de Sanliurfa y se alza en la región del sureste de Anatolia, Turquía), Constantinopla (actual Estambul), o Lirey (Francia). A estos lugares, ya de por sí atractivos, hemos de sumar la Italia renacentista, donde la figura de Leonardo Da Vinci, apodado el Divino, cobra un protagonismo especial al aceptar el reto de copiar la Sábana Santa —en la novela, el encargo procede del mismísimo Alejandro VI, el Papa Borgia— o la París del siglo XIX, donde un pescadero descubre en el Sena un misterioso medallón templario relacionado con la Síndone. Rincones que, sumados a los personajes que jalonan sus páginas —desde Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, al legendario rey de Abgar—, y al ritmo vertiginoso que posee cada uno de sus capítulos, convierten El último secreto de Leonardo en un interesante ejercicio de ficción con tintes históricos cuyo epílogo trata de dar respuesta a uno de los grandes misterios de la humanidad. Y por si esto fuera poco, la novela, que cuenta con 360 páginas y un lenguaje apto para todo tipo de lectores, incluye un ilustrativo anexo cuyas conclusiones nos permiten comprender la gran dimensión que posee la reliquia.

Da Vinci y la Sábana Santa: un misterio en forma de novela