DCODE 2018: Fiesta fin de verano

El pasado 8 de septiembre tenía lugar una de las citas musicales de Madrid más esperadas. DCODE celebraba una nueva edición en la que ha apostado por un cartel infalible como garantía de éxito. Veinte conciertos llenaron el Campus de la Universidad Complutense de Madrid. Ni la lluvia fue capaz de parar la maquinaria que mueve un evento consolidado al máximo

15 sep 2018 / 08:37 h - Actualizado: 12 sep 2018 / 11:40 h.
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  • Imagine Dragons. / Fotografía cortesía de la organización
    Imagine Dragons. / Fotografía cortesía de la organización
  • Sidonie. / Fotografía cortesía de la organización
    Sidonie. / Fotografía cortesía de la organización
  • Viva Suecia. / Viva Suecia
    Viva Suecia. / Viva Suecia

DCODE, el festival conocido como la última gran cita musical del verano, tenía lugar un año más en Madrid. El 8 de septiembre la capital celebraba una nueva edición, la octava, pero en esta ocasión el verano parecía haberse esfumado por completo y la lluvia y las nubes acompañaron durante casi toda la jornada. Finalmente su cartel más que accesible y las ganas de música en directo se impusieron ante la mala predicción meteorológica dando como resultado casi 17 horas de música en directo. A lo largo de ellas pudimos disfrutar de bandas internacionales de la talla de Imagine Dragons o Bastille que compartían escenario con afianzados nacionales como Izal y emergentes como Volver, ganadores del BDCODER. ¿El resultado? Una veintena de conciertos que llenaron por completo el Campus de la Universidad Complutense de Madrid hasta agotar todas las entradas.

La franja de la mañana apostó por nombres fuertes del panorama nacional: La M.O.D.A., Clairo y Sidonie. Las tres bandas tuvieron que hace frente a una lluvia persistente durante toda la sesión. La misma lluvia que se prolongó hasta las primeras horas de la tarde, con Volver o Nat Simons encargados de inaugurar los dos escenarios principales. Tras ellos no paró la música y las ganas de festival se extendieron por todo el recinto en un discurrir constante de artistas. Primero en un escenario y justo al término de éste en el otro. Como dos hermanos gemelos el escenario DCODE #1 y DCODE #2 se dieron paso el uno al otro hasta bien entrada la madrugada.

La lluvia se detuvo casi al mismo tiempo que Jorja Smith salía a actuar, y lo hizo para no volver. Los asistentes se despojaron de sus chubasqueros poco a poco del mismo modo que iban entrando en ambiente gracias a los ritmos soul de la cantante británica, auténtica revelación de la temporada. La presencia escénica de esta joven de 21 años es innegable y su madurez vocal e interpretativa se percibía tema a tema. Tan solo 50 minutos después, otra joven revelación la sucedía en el escenario contiguo: Sam Fender. El artista británico ha sabido moldear un repertorio, aún sin álbum publicado, bastante defendible en el directo pese a que en su caso en lugar de madurez encontráramos contención. En esta puesta de largo ante el público español jugó una importante baza, la de tirar de los clásicos. Para ello versionó el «Born in the U.S.A» de Bruce Springsteen despertando a algunos de los aún reticentes.

Viva Suecia se llevó a casa el orgullo de ser la primera banda del día bañada por la luz del sol. Puede que esto influyera en el público a la hora de entregarse al directo de los murcianos, o puede que simplemente lo hicieran por el hecho de que la banda cuenta con un repertorio pensado para mover a las masas. Viva Suecia ha construido en sus dos trabajos discográficos posicionarse como una de las bandas más coreadas y su líder, Rafa Val, sabe cómo manejar la situación: juegos de coros, canciones que parecen terminar para al final no hacerlo y arrojo, sobre todo mucho arrojo ante la audiencia. Por su parte, Albert Hammond Jr., mantenía su pugna particular con los asistentes ya que muchos de ellos estaban más concentrados en no perder posiciones de cara a la actuación posterior que en oírle. Pese a todo, el músico estadounidense derrochó alegría y entusiasmo, con un setlist fortalecido en gran parte por los temas de su bien recibido último trabajo: «Francis Trouble».

Y llegó la hora de ese concierto posterior. Bastille inauguraba el prime time festivalero con «Good Grief» destilando todo el buen rollo del que la banda es capaz. Los británicos dejaron una estampa de éxito: Las masas entregadas, un Dan Smith pasándoselo como un niño pequeño y la noche cerniéndose sobre el campus en el mejor de los ambientes. También sonó «Happier», el reciente lanzamiento de la banda junto a Marshmello. Al término de éstos, a su lado, Izal se abría paso en un recinto abarrotado para recordar por qué podían presumir de ser los auténticos cabeza de cartel nacional del festival. Su setlist se plagó de hits de esos que corear a voz en grito. Mikel Izal, líder de la banda, no quiso dejar pasar la oportunidad de recordar sus inicios en el festival hace ahora cinco años, con las mismas ganas pero una afluencia de público mucho menor.

Y de cabeza de cartel nacional a cabeza de cartel internacional: Imagine Dragons. La puesta en escena plagada de pantallas y estímulos visuales contrastaba con la sencilla presencia del vocalista Dan Reynolds sobre el escenario: un ligero pantalón deportivo. Reynolds se paseó por el escenario como el auténtico líder de masas que es, capaz de emocionar y llevar al éxtasis musical a las masas con facilidad de un tema a otro. Su directo está a la altura de una banda de su peso y altura, con numerosos hits preparados para hacer temblar a su público. Desde el inicio, con «Radioactive» a la cabeza, hasta el fin, con «Believer». Entre tanto, una particular cover de «Every Breath You Take» de The Police o su defensa de la libertad de elección sexual con «It's Time», bandera LGTBI a los hombros incluida. Finalmente una lluvia de confeti anunciaba el final del concierto.

Tras él, nos dirigimos con ganas de continuar la fiesta a los pies del escenario DCODE #2. En él suena el «Dancing Queen» de ABBA y Justing Young y su banda The Vaccines no tardan en aparecer en escena. Con The Vaccines el baile está asegurado y rápidamente nos entregamos a corear sus icónicos temas: desde el «Post Break-Up Sex» al «I Can't Quit». No muy lejos de allí, en el tercer escenario, los gallegos Triángulo de Amor Bizarro entonaban su 'Desmadre estigio', tema que abre «Salve Discordia», su más reciente disco. Lo hacían en una demostración más de sonido y energía, como viene siendo habitual.

La noche enfilaba su final con los aires de fiesta de los noruegos Kakkmaddafakka primero y la selección de Ocho y medio & Friends después. Los más valientes resistieron hasta las 5 de la madrugada, hora en la que la música de DCODE 2018 se apagaba tras 17 horas de espectáculo.

En esta nueva edición DCODE ha sabido demostrar madurez y previsión en una octava edición enfocada al gran público, ensalzando sus puntos fuertes y reforzándose de cara a futuras ediciones. Al final los augurios de mal tiempo no han podido con él, aunque después de 17 horas sea inevitable volver a casa arrastrando un poco los pies, con una sonrisa en la cara y pensando que DCODE sí que ha podido con nosotros, de hecho nos ha atrapado nuevamente.