«Despertares»: La alegría de estar vivo

El año 1990, la realizadora Penny Marshall entregaba una cinta amable y honesta que habla sobre cómo las enfermedades pueden tratarse con bondad, implicación, amor y la química necesaria, claro. Robert De Niro, candidato al Oscar al Mejor Actor de aquel año, está sensacional

08 abr 2020 / 11:32 h - Actualizado: 08 abr 2020 / 11:52 h.
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  • Robert De Niro y Robin Williams son los protagonistas de ‘Despertares’. / El Correo
    Robert De Niro y Robin Williams son los protagonistas de ‘Despertares’. / El Correo

«Despertares» («Awakenings», 1990) cuenta la historia de un doctor que logra recuperar a enfermos de encefalitis letárgica veinticinco años después de comenzar a padecer esa enfermedad. Todos han quedado inmóviles y ausentes, y una nueva droga experimental será probada con todos los pacientes ingresados en el centro médico al que acaba de incorporarse. Eso cuenta, pero «Despertares» trata de la alegría de vivir, de lo espléndido que resulta gozar del don de la vida; de cómo el ser humano no puede dejar de ser consciente de lo que es. Por otra parte, cuestiona la necesidad de dar algo si luego hay que arrancarlo necesariamente. ¿Se debe, es ético, traer a la vida a un ser humano que lleva 25 años inmóvil y ausente para un mes después devolverle al ese mismo estado? En ese sentido, «Despertare»s recuerda mucho a la novela de Daniel Kayes «Flores para Algernon», un excelente relato del todo recomendable.

El guion de la película es honesto (como toda la cinta en general) y está basado en una historia real, en un libro de Oliver Sacks que relata su propia experiencia en el tratamiento de enfermos con la L-DOPA. Es por esta razón por la que uno de los anclajes del guion a la realidad es la entrañable relación del médico y el paciente. La adaptación de esa novela fue cosa de Steven Zaillian que, también, firmó el libreto de «Gangs of New York» o «La lista de Shindler».

«Despertares»: La alegría de estar vivo
En ’Despertares’ se plantean los límites de la ciencia si afectan a la vida de las personas. / El Correo

Por otra parte, la dirección de Penny Marshall es cuidadosa y quiere pasar desapercibida. La realizadora mueve la cámara con mimo y la importancia recae sobre la interpretación de los actores. Robert De Niro encarna al enfermo Leonard Lowe y logra un trabajo descomunal. El final de la cinta nos enseña a un personaje lleno de tics, de rabia, de miedo y de pena. Y De Niro nos lo acerca como si fuese una cosa normal y corriente. Robin Williams interpreta el papel de médico. Malcolm Sayer es Oliver Sacks. Williams está muy bien aunque en algunos momentos roza la sobreactuación. Penelope Ann Miller tiene un papel muy corto aunque le toca actuar en la escena más entrañable y lacrimógena de la película.

«Despertares»: La alegría de estar vivo
Robin Williams interpreta el papel del neurólogo que trata de vencer a la encefalitis letárgica. / El Correo

La música es algo excesiva. Randy Newman («Cars» y «Toy Story» son otros trabajos de este músico) entrega una partitura que acompaña a los personajes matizando sus estados de ánimo, pero en algunos momentos busca lágrimas fáciles y eso enturbia un poco la cosa.

«Despertares» en un melodrama aunque irradia optimismo, es una película estupenda para ver en familia y pensar sobre lo que supone la mano del hombre en algunos capítulos en los que parecemos como dioses aunque condenados al fracaso. Y, si me permiten una licencia, les recomiendo echar un vistazo a la película antes de leer la excelente novela de Almudena Grandes «La madre de Frankenstein». Si lo hacen ya entenderán la razón.

«Despertares»: La alegría de estar vivo
Cartel de ‘Despertares’. / El Correo