Educar la voz para transmitir la Palabra de Dios

El convencimiento, el tono, el volumen, las inflexiones de voz... son factores clave para entender bien cualquier tipo de mensaje. Y si se trata de las Sagradas Escrituras, muchísimo más, pues su lectura representa una parte fundamental dentro del ejercicio de la Eucaristía. Por ello, resulta imprescindible leer despacio, alto y claro, con ritmo y vocalizando; de ese modo lograremos que el sonido llegue de manera adecuada al oído del receptor. Estos, y otros muchos consejos, forman parte del curso para lectores en Misa que desde hace años viene impartiendo Ángel Manuel Pérez Vázquez por numerosos rincones de España —desde Toledo a Sevilla, pasando por Getafe, Alcalá de Henares, Cuenca o Guadalajara—. Y es que, cuando la vergüenza por leer en público nos ataca y no sabemos cómo reaccionar, nada mejor que ponerse en manos de un profesional.

Publicista, locutor, actor de doblaje, presentador, speaker... ¿qué condujo a un profesional de su experiencia a crear cursos específicos para leer en Misa?

Cuando voy a Misa, compruebo que a los lectores ni se les oye ni se les entiende, por lo que decido ayudar a la Iglesia impartiendo estos cursos en Parroquias, Hermandades, Seminarios e Instituciones Eclesiásticas.

¿Hasta qué punto valoran los feligreses una buena lectura en el templo?

Hasta el punto en que comienzan a ser conscientes de que se les oye y entiende cuando leen en Misa. A partir de ese momento, todo empieza a cambiar, y el lector, poco a poco, se va sintiendo más seguro.

Si tuviera que calificar el nivel actual de los lectores, ¿qué nota media les pondría?

Un cinco.

Dejando a un lado a los laicos, ¿están suficientemente preparados los sacerdotes a la hora de leer la Palabra de Dios?

Tenemos de todo. Aunque la mayoría lo hace con gran dignidad.

¿Piensa que la Iglesia debería invertir más esfuerzos en este sentido?

Sí, pero es un esfuerzo colectivo de todos los que pertenecemos a la Iglesia, no solo de los Párrocos.

¿Tiene que ver la edad para enfrentarse con mayor o menor seguridad a los textos sagrados?

Un poco sí. Las personas muy mayores lo suelen hacer razonablemente bien; en su juventud leían en voz alta, algo que ayuda muchísimo.

A efectos prácticos, ¿cuál sería el primer consejo que le daría a alguien que va a aproximarse por primera vez a un ambón?

Que lea dos veces, y en voz alta, lo que tiene que leer en Misa.

En los últimos años, ha impartido cursos en archidiócesis y diócesis de toda España, amén de recorrer parroquias, seminarios y otras instituciones de la Iglesia. ¿Alguna anécdota al respecto?

Recuerdo a una chica joven que se emocionaba mucho al leer la Palabra de Dios; tanto que incluso se le rompía la voz y se le escapaba alguna lágrima. Le dije que aprovechase esa intensa emoción, pues de ese modo lograría una lectura más sentida.

Recientemente ha contado con sus servicios la junta de gobierno de La Estrella (Sevilla). Háblenos de su experiencia con las hermandades.

Las Hermandades me han sorprendido gratamente. Pensaba que todo era lo externo, pero no. Están dando una lección al cuidar la Eucaristía, formando bien a los lectores.

Por último, ¿cuánto duran sus cursos y cómo se puede acceder a ellos?

Es un curso intensivo de tres horas y media de duración. Me suelen decir que se les queda corto. Se puede acceder a través de la web www.vozdemisa.com. Ahí, los interesados podrán encontrar toda la información y mi número de móvil.