El apagón–Cese de alerta

12 oct 2015 / 12:07 h - Actualizado: 12 oct 2015 / 12:09 h.
  • El apagón–Cese de alerta

A Connie Willis la presentan como la gran dama de la ciencia ficción. No discutiremos este título. Pero los libros El apagón y la segunda parte de esta novela titulada Cese de alerta no son exactamente novelas que podamos encuadrar en este género literario sin, cuando menos, mostrar ciertas reservas.

Es verdad que tenemos una máquina del tiempo. Es verdad que los protagonistas viven en el año 2060. Tan cierto como que la novela trata, fundamentalmente, de mostrar al lector la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial. Lo que vamos conociendo es el carácter de los londinenses durante los bombardeos que ordenó Hitler en 1940; la tragedia en las playas de Dunkerque; el día a día de una criada al cuidado de niños desplazados desde la capital a lugares seguros lejos de las explosiones.

Y lo conocemos de una forma algo sesgada. Se echa en falta que aparezcan saqueadores, hombres y mujeres desquiciados por la fatiga que debe provocar un ataque sin pausa del ejército enemigo, la parte fea y más desagradable de la guerra. Y se echa en falta conocer algo de la máquina que transporta a los protagonistas, de cómo el ser humano ha llegado hasta ahí...

El Apagón fue premio Nébula, Locus y Hugo, el año 2011. Tres premios importantísimos en el ámbito literario. Y eso es una garantía para el aficionado al género. Pero insisto en que el que se acerque a estas novelas debe saber con qué se va a encontrar.

Michael Davies, Merope Ward y Churchill Polly son los tres historiadores que viajan en el tiempo para observar diferentes ambientes, diferentes comportamientos de los británicos en época de guerra. No deberían influir en los acontecimientos para que nada cambiase en la historia.

Pero no está claro que lo que van haciendo no influya decisivamente en el desarrollo de la guerra, de la vida cotidiana de los contemporáneos. Tanto es así que los tres quedan atrapados en 1940 y todo se va complicando. Tras 623 páginas de lectura, un lector no avisado se encuentra con un final inesperado y desconcertante. Y se entera de que existe una segunda parte (no se avisa en el primer volumen). En Cese de alerta la trama continua. Toman sentido algunos capítulos de El apagón que no se terminaban de entender y se cierra la trama.

Las dos son novelas entretenidas y las dos se leen con facilidad a pesar de su extensión. El retrato de la sociedad británica es extenso y cuidadoso. Pero Willis se extiende con los diálogos de una forma incomprensible. Siendo este un recurso literario de enorme importancia, los personajes no avanzan al hablar, al hacer que sus logos se enfrenten. Posiblemente, se podría reducir el número de páginas de forma importante. Además, esto hace que la empatía del lector quede mermada. Si no sabemos quién es el personaje, cuáles son sus motivaciones o cuál es su estado de ánimo, llega un momento en que deja de interesarnos lo que le sucede.

¿Merece la pena leer El apagón y Cese de alerta? Desde luego si el lector busca profundidad literaria mejor que no pierda su tiempo. Pero si el despliegue de información histórica o una trama muy entretenida y original son suficiente botín, esta es una excelente posibilidad de disfrutar de la literatura de género. Si es que lo es realmente. ~

Calificación: No están nada mal los dos volúmenes.

Tipo de lectura: Divertida.

Tipo de lector: Los interesados no tanto en la ciencia ficción como en la historia de la Segunda Guerra Mundial.


Personajes: Desdibujados; sin gran profundidad.

Argumento: Londres durante los bombardeos de 1940 y la posibilidad de que la historia pudiera cambiar para siempre.

¿Dónde puede leerse?: En el metro de la ciudad de Londres.