«El confinado»: ¿la novela de la cuarentena?

Maeva lanza en formato electrónico una de las primeras novelas de ficción sobre la pandemia. Ambientada en Madrid, su autor es Roberto Domínguez Moro

16 may 2020 / 15:49 h - Actualizado: 16 may 2020 / 15:53 h.
"Cultura","Libros","Libros - Aladar","Ocio durante el coronavirus"
  • Detalle de la portada de ‘El confinado’ (Maeva). / El Correo
    Detalle de la portada de ‘El confinado’ (Maeva). / El Correo

A nadie escapa que en los próximos meses (y años) asistiremos a la proliferación de libros, documentales y películas sobre la pandemia del coronavirus. Pues, al igual que el Crack de 1929, la Segunda Guerra Mundial o los atentados del 11-S generaron (y aún generan) un buen número de creaciones en todo el mundo, qué duda cabe que el impacto que el virus está provocando en nuestra sociedad debe tener su reflejo en la cultura. Y como siempre ocurre, el mercado sacará a la luz productos buenos, regulares y mediocres, y el público y el tiempo ejercerán de jueces. Así que vayan preparando el cuerpo para el aluvión de títulos relacionados con el COVID-19. Una campaña que, en lo tocante a la literatura, ya comenzó hace varias semanas, y que incluye cuentos infantiles, colecciones de relatos, y ensayos, muchos ensayos, la mayoría de los cuales están destinados a informar a la población sobre cómo prevenir y actuar ante la enfermedad, qué consecuencias económicas puede traernos a corto y largo plazo, o a qué «nueva normalidad» nos enfrentamos.

En el caso de la ficción, me gustaría destacar una obra cuyo título deja poco a la imaginación y que se presenta como «el primer thriller sobre el confinamiento». Me estoy refiriendo a El confinado, novela del salmantino Roberto Domínguez Moro editada por Maeva que, en sus escasas 120 páginas, condensa gran parte de las preocupaciones, situaciones anómalas y conductas variopintas que está provocando la pandemia a nuestro alrededor. Escrita en primera persona, casi a modo de diario, y dotada de un lenguaje ágil, cercano y sin artificios, he de decir a su favor que, pese a que podamos considerarlo un libro oportunista y de tarifa low cost —puede adquirirse por 4,99€ en formato electrónico—, no solo te atrapa desde las primeras páginas, sino que te impulsa a leerlo de una sentada. Y eso, francamente, bien merece una reseña.

«El confinado»: ¿la novela de la cuarentena?
Cubierta de ‘El confinado’. / El Correo

¿Y de qué va esta historia de título obvio y cubierta poco imaginativa? Pues de un informático treintañero llamado Juan que, como muchas otras personas de este país, vive con angustia los momentos previos al confinamiento y la primera semana de encierro por el coronavirus. En su caso, en el centro de Madrid. Por esta razón, mientras asiste con sorpresa a la clausura de colegios y universidades, él comienza a hacer acopio de víveres y a estar cada vez más preocupado por lo que le espera: un aislamiento en soledad, con una crisis de pareja en curso, su familia lejos y nadie en su inmueble aparte de una vecina, su perro... y unos turistas con síntomas de estar contagiados. Y lo que es peor, las redes sociales, los aplausos colectivos y los encuentros con Julia, su vecina, no servirán para sosegar a Juan, más obsesionado cada día que pasa con el estado de salud de sus vecinos. Al contrario, la declaración del estado de alarma, la intoxicación de noticias y la tos que escucha a través de la pared le llevarán a una paranoia de consecuencias impredecibles, de la que el lector será testigo y confidente.

Un final impactante

Dicho esto, lo que a priori podría parecer una historia sencilla y sin demasiadas pretensiones, conforme avanzan las páginas, va convirtiéndose en algo sorprendentemente distinto; un verdadero thriller que nos mueve a elucubrar, hacernos preguntas y devorar cada párrafo en busca de respuestas, hasta darnos de bruces con un final impactante, de esos que te obligan a tomar aire, replantearte muchas cosas y estar al loro de quienes te rodean (por si acaso). En suma, un desenlace a la altura de Stephen King e incluso Todd Philips, de cuyas fuentes bebe el autor de manera implícita.

Entre los aspectos mejorables, qué duda cabe que los personajes secundarios piden a gritos más páginas, una mayor profundidad en sus retratos e incluso voz propia en determinados momentos de la trama. Pero, de haberles concedido ese espacio, tal vez estaríamos ante una novela al uso, en contenido y forma; mientras que uno de los mayores aciertos de El confinado es precisamente su extensión, a caballo entre la nouvelle y el guion de un mediometraje, donde los lugares comunes, lejos de provocar desidia, nos ayudan a empatizar con el protagonista y vigilar sus movimientos, como en un Gran Hermano de andar por casa. Eso, y el desnudar las miserias de nuestra sociedad con buenas dosis de ironía y sarcasmo, son sus mayores logros.