El espejo colocado en el lugar exacto

Pese a su exitosa carrera como guionista de cine, una de las frases más celebres del dramaturgo estadounidense Arthur Miller fue la siguiente; “el teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la Humanidad se enfrenta a sí misma”, Angela G. Olivencia, Fernando Moreno, Edu Bulnes y Pablo López, son los integrantes de la compañía teatral Los rincones de la Castaña

02 jun 2018 / 08:03 h - Actualizado: 29 may 2018 / 23:09 h.
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  • Integrantes de Los rincones de la Castaña. / Ignacio Bascón
    Integrantes de Los rincones de la Castaña. / Ignacio Bascón
  • Un momento del encuentro con Angela G. Olivencia, Fernando Moreno, Edu Bulnes y Pablo López. / Ignacio Bascón
    Un momento del encuentro con Angela G. Olivencia, Fernando Moreno, Edu Bulnes y Pablo López. / Ignacio Bascón
  • Los rincones de la castaña hace comedia, cuya estructura se subdivide en distintos sketches. / Ignacio Bascón
    Los rincones de la castaña hace comedia, cuya estructura se subdivide en distintos sketches. / Ignacio Bascón

Cierto es que ni el cine ni la literatura consiguen situar, con el descaro con el que lo realiza el teatro, ese espejo en donde nos vemos reflejados, prueba fehaciente de nuestro cinismo e hipocresía.

Y buen ejemplo de este ejercicio de auto conocimiento es el que nos han ayudado a realizar durante toda esta temporada - que cerró la misma este pasado jueves con lleno absoluto – la compañía teatral Los rincones de la Castaña. Con el fin de extraer las distintas sensaciones, y conocer de primera mano cómo se gestó este proyecto, nos hemos reunido con sus integrantes.

¿Qué y quiénes son Los rincones de la Castaña?

Pablo: «Los integrantes somos Angela G. Olivencia, Fernando Moreno, Edu Bulnes y Pablo López, y desarrollamos un espectáculo esencialmente catalogable como comedia, cuya estructura se subdivide en distintos sketches».

Ángela: «Estos sketches presentan a veces una línea temporal, referenciándose al espectáculo pasado, pero son siempre auto conclusivos. Aclarar además que cada función es única, escrita y representada exclusivamente para esa ocasión».

¿Por qué comedia?

Edu: «La comedia, según mi visión, tiene el poder de atraer al público sin que este se percate de ello, consiguiendo alojar un mensaje en su interior mientras distraes su atención por medio de la risa. Con el drama en cambio, el receptor ya sabe con qué mensaje va a toparse, está obligado a empatizar y dicha responsabilidad puede llegar a ser contraproducente, puede suponer más una losa que un punto de confluencia».

Ya que hablas de la contraposición comedia/drama ¿Esta peor valorado en su gremio el oficio de comediante?

Fernando: «Quizás sí que esté algo peor visto . El hecho de que se te considere una persona graciosa y seas comediante a veces puede llevar a creer erróneamente que no hay una preparación previa, un estudio del público y un enfoque en la preparación del personaje para tener al espectador interesado en tu propuesta».

A: «Sin ánimo de sonar a cliché, en mi opinión es incluso más sencillo hacer llorar que reír. El sentido del humor es muy personal, hay mucha variabilidad con respecto al mismo, pero en cuanto al drama todos nos emocionamos por situaciones semejantes; el desamor, la muerte de un ser querido... Es más fácil llevarlos a la catarsis cuando el público se hace homogéneo».

En boga está el debate de los límites del humor, qué se considera de buen gusto y qué es pasar la línea de lo desagradable. ¿Sentís que coqueteáis con estos límites a la hora de representar vuestras funciones?

P: «Sí , siento que requerimos de un acercamiento a dichos límites para conformar un análisis crítico de la situación actual, al menos si queremos que el envolvente, en apariencia liviano, lleve dentro algún tipo de aliciente para el espectador».

F: «Es reconfortante ver como esa responsabilidad cambia de bando. Comienzas un diálogo, detectas cierto matiz de hilaridad y cuando llegas al climax elevas radicalmente el tono y percibes la risa desatada pareja a miradas de complicidad y censura».

¿En qué situación se encuentra el mundo de las subvenciones en vuestro sector?

E: «A día de hoy ese tipo de opción ni siquiera es planteable ya que estas siempre suelen recaer en las mismas salas o compañías, unas pocas reciben mucho. Lo óptimo sería plantear un reparto equitativo, ya que, sin ánimo de querer insinuar que las que la reciben no lo necesiten o merezcan, si es cierto que perciben cantidades muy altas que podrían distribuirse, y conseguir que redundase en un beneficio más expansivo».

F: «Esto dificulta que nazcan nuevos estilos, nuevas conversaciones en el teatro local. Y nos obliga a recurrir a trabajos precarios en otros sectores que nos impiden enfocar nuestros esfuerzos para desarrollarnos en nuestra profesión».

¿Es frustrante que por el hecho de ser jóvenes se os encasille en el teatro emergente?

P: «Es un término complejo ese, lo cierto es que algunos de nuestros integrantes llevan, por curioso que resulte sabiendo su edad, más de diez años actuando. El espectáculo puede considerarse reciente, poco longevo en el tiempo pero es evidente la calidad y experiencia atesorada por los actores al presenciarlo».

F: «Cierto, a veces puede resultar un poco cargante que se asocie con un tipo de teatro que se vincula erróneamente al teatro poco profesionalizado pese a los años encima de escenarios».

E: «Algo parecido pasa en los premios Goya, el premio revelación se da años tras año a actores que ya previamente atesoraban una gran experiencia a sus espaldas, pero que simplemente no habían actuado en una producción galardonada».

Hablando de la escena local ¿En qué condición se encuentra la escena andaluza?

E: «El cambio en los últimos años es patente. Hasta la crisis la escena estaba acomodada. Cuando ésta llego no se supo reaccionar, hubo años de turbación, pero pasados unos años es la nueva generación la que ha encontrado nuevas vías, modelos distintos a los ya conocidos, formatos más íntimos o formas de pago más amables para el espectador. El nivel de riesgo es mayor quizá, y recae el peso sobre tu capacidad de asombrar pero sabiendo canalizar esa situación de inseguridad hallas oportunidades para crecer como actor».

¿Uno de esos modelos a los que haces mención podría ser el microteatro, por ejemplo?

A: «Quizás al menos en Sevilla el microteatro no fraguó pero, gracias a él , se empezó a creer en el teatro corto, la performance, en locales alejados del teatro escénico tal como lo conocemos...»

F: «Lo considero una forma de devolver el teatro al público, porque para muchos se había convertido en algo elitista. Recintos cuyas localidades no eran asumibles para ciertos sectores sociales, y espectáculos que bebían demasiado del teatro clásico, o directamente lo eran. Nosotros ahora estamos rompiendo esas barreras que se habían impuesto y buscamos crear sinergias con el espectador, incluso interaccionando directamente con él, para desarrollar una función única, que no pueda replicarse de nuevo».

Vuestro tipo de humor bebe claramente del humor andaluz, ¿Creéis que esto la limita a ser representada solo en esta región o es extrapolable a otras zonas?

P: «Hay tintes, recursos usados en ciertas fases del espectáculo que pueden recordar a expresiones o tópicos andaluces, pero a la hora de la creación del guion intentamos alejarnos de la idea de generar un argumento asentando sobre situaciones localistas, las referencias son más extensivas. Es un teatro crítico que trata temas universales, de ahí que no haya límites ni de lugar de nacimiento ni tampoco de edad a la hora de disfrutar del mismo».

Muchas gracias por vuestra atención y sinceridad, os deseo que en la siguiente temporada sigáis cosechando los éxitos de la pasada, o incluso los superéis.

A: «Muchas gracias, ¡ojalá sea así!»