«El mundo entero»: Hablar con los muertos para que todo el mundo se entere

Una verdadera bocanada de aire fresco es lo que supone el trabajo de Julián Quintanilla. Su cortometraje, más alabado fuera que dentro de España, lanza mensajes tan necesarios como intensos

14 sep 2020 / 12:10 h - Actualizado: 14 sep 2020 / 12:43 h.
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  • Loles León interpreta el papel de ‘La Chary’ en el corto de Julián Quintanilla. / El Correo
    Loles León interpreta el papel de ‘La Chary’ en el corto de Julián Quintanilla. / El Correo

«El mundo entero» es un corto firmado por Julián Quintanilla. Es un homenaje a su madre. Es un grito contra la homofobia y contra los prejuicios que en España hemos tenido que arrastrar tantos y tantos años a causa de un nacional catolicismo demoledor. Y es un alegato a favor del feminismo más puro.

«El mundo entero» ha recibido un buen número de premios en diversos festivales y, hace unas semanas, un fragmento del cortometraje se ha hecho viral en redes sociales con cientos de miles de visualizaciones. Fue cualificado a los Premios Oscar (2018), fue candidato al Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción y, por poner otro ejemplo, se le concedió el Gran Premio del Jurado al mejor cortometraje del festival Internacional de Cleveland.

Se le pueden poner algunas pegas al trabajo de Quintanilla (el montaje no es el mejor y la diferencia entre la calidad interpretativa de Loles León respecto a otros miembros del elenco es excesiva por lo que una ventaja se convierte en un elemento distorsionador), pero el conjunto es especialmente atractivo, necesario por el claro mensaje que se maneja y se quiere lanzar por los cuatro costados, y un trabajo que rezuma honestidad y verdad.

Julián, el personaje masculino principal, habla con su madre cada año. El día del cumpleaños de ‘La Chary’. El problema es que ‘La Chary’ está muerta desde hace años. Pero hablan y ella le pide que haga cosas, misiones. Por supuesto, él cumple con su obligación. Todo sucede en el barrio de San Roque de Badajoz y en el cementerio antiguo de la ciudad.

Descubrimos en ‘La Chary’ a la mujer adelantada a su tiempo que debió ser, a una luchadora incansable que sabía que las batallas se ganan a base de echar valor al asunto, a una madre soltera que en la España postfranquista era un escándalo y a una madre que tenía que aguantar la homofobia que soportaba su propio hijo.

Loles León brilla y hace que el corto sea chispeante, sugerente, divertido y entrañable. El papel está escrito a su medida con toda seguridad. Además, Loles León tiene mucho de ‘La Chary’. El propio Julián Quintanilla, director y guionista, no lo hace nada mal. Cándido Gómez, al igual que Eric Francés o Soledad Benítez, tienes papeles muy cortos y bastantes planos que les impide hacer mucho más de lo que logran.

Técnicamente, el cortometraje pasa el corte y sería injusto poner pegas (las hay) mientras tantas cosas se dejan ver en cada secuencia.

«El mundo entero» también es un homenaje al barrio de San Roque de Badajoz. De hecho el realizador busca incansable los encuadres en los que más y mejor lucen esos alicatados tan característicos con los que se cubren las fachadas de las casas de esa zona en España. La vida de ese barrio y lo original que resulta arrastra un glamour provocado por la extravagancia de la España franquista que solo se puede encontrar en el ámbito más cañí.

Merece la pena echar un vistazo al corto de Julián Quintanilla. Emociones a flor de piel. Y mucha verdad.