«El sentido de la vida es cruzar fronteras»

Llega a las librerías «Atlas de fronteras insólitas», ilustrativo trabajo de Zoran Nikolić publicado por geoPlaneta, que nos descubre límites estatales, territorios sorprendentes y otras curiosidades geográficas de los cinco continentes

11 nov 2020 / 11:01 h - Actualizado: 16 nov 2020 / 07:21 h.
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  • Büsingen am Hochrhein, municipio ubicado entre Alemania y Suiza.
    Büsingen am Hochrhein, municipio ubicado entre Alemania y Suiza.

El término frontera es definido en Derecho internacional como la línea que marca el límite exterior del territorio de un Estado, es decir, la línea que determina el ámbito espacial donde un Estado ejerce su soberanía con exclusión de otros. Asimismo, el Diccionario panhispánico del español jurídico distingue entre fronteras terrestres, marítimas y aéreas en función de la naturaleza física del espacio delimitado.

Esto sería sobre el papel, porque lo cierto es que las fronteras que definen nuestro mundo no están tan claras como cabría pensar. Y es que, como afirma Zoran Nikolić en «Atlas de fronteras insólitas», “Algunos países han quedado divididos, a menudo devastados, por siglos de conflictos que han desgajado fragmentos de su territorio”, a lo que se suma que “las fronteras no siempre ‘se comportan’ de forma predecible”. Por ello, su obra, recién publicada en España por la editorial geoPlaneta (Grupo Planeta), trata de descubrir al lector cómo las peculiaridades de la geografía pueden llegar a afectar a la vida cotidiana de las personas. Algo que puede apreciarse en todos los continentes y que, en el caso de este libro, viene presentado de una forma amena y rigurosa.

«El sentido de la vida es cruzar fronteras»
Panorámica de Llívia, un pueblo español en Francia.

De Serbia a los cantones suizos

Quizás porque el autor de este sugestivo atlas nació en los alrededores de Belgrado en 1975, el primer capítulo está dedicado a Meðurjeèje, un pequeño pueblo ubicado a solo 15 kilómetros de la triple frontera entre Serbia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina, que pese a pertenecer a esta última, está totalmente rodeado por territorio serbio. Ello se debe a una curiosa historia que se remonta a los tiempos del Imperio otomano, cuando un rey bosnio regaló a una de sus mujeres 400 hectáreas de tierras y bosque en las inmediaciones de Priboj, en Serbia. Cuando se estableció la frontera entre Austria-Hungría y Turquía, este territorio se anexionó a Bosnia, ocupada por aquel entonces por el Imperio de los Habsburgo. Desde entonces este sitio, que abarca una superficie de unos 550 estadios de fútbol, ha sido considerado como parte del municipio de Rudo, en Bosnia y Herzegovina, aunque al hallarse apenas a un kilómetro de la República Srpska, ha llevado a sus escasos 270 habitantes a poseer la nacionalidad serbia o la doble nacionalidad. Igualmente, los niños de Meðurjeèje, pese a pisar suelo bosnio, siguen el plan de estudios serbio.

Otra curiosa anécdota recogida por Nikolić es la de Büsingen am Hochrhein, un pequeño pueblo de Alemania completamente rodeado por los cantones suizos de Schaffhausen, Thurgau y Zúrich, que, aunque nos pueda sorprender, no pertenece a la Unión Europea. Para hallar una explicación hemos de remontarnos a los siglos XVIII y XIX, cuando los conflictos entre Schaffhausen y Austria dieron lugar a que Büsingen se convirtiera en un territorio austriaco rodeado por el cantón suizo. Sin embargo, tiempo después, Alemania se hizo con el control del municipio. Acabada la Primera Guerra Mundial, un referéndum local arrojó que el 96% de sus habitantes deseaba unirse a Suiza, aunque, a falta de poseer un territorio para intercambiar con los germanos, los suizos desecharon la idea. Pese a su insistencia, los vecinos tampoco lo lograron en las décadas siguientes, y aunque en la actualidad el municipio pertenece a la ciudad alemana de Konstanz, donde las matrículas de los vehículos llevan el indicativo KZ, Büsingen tiene su propia matrícula, con el indicativo BÜS. Otra curiosidad es que la protección policial del enclave recae tanto en Suiza como en Alemania, o que los servicios postales y de telecomunicaciones los proporcionan empresas de ambos países. Y para rematar la historia, el equipo local de fútbol es el único club alemán que compite en la liga suiza.

«El sentido de la vida es cruzar fronteras»
Cubierta de ‘Atlas de fronteras insólitas’. / El Correo

Islas, cuatrifinios y plazas de soberanía

Como ya hemos explicado, «Atlas de fronteras insólitas» no solo explora las curiosidades geográficas europeas; sus 255 páginas, impresas a color y con una encuadernación vistosa en tonos amarillos, azules y rojos, incluyen capítulos dedicados a enclaves americanos, africanos o asiáticos. Un caso muy llamativo es el de Chandigarh, ciudad india que, pese a ser la capital de los estados de Punyab y Haryana, no forma parte de ninguno de ellos, aunque sí goza de estatus de territorio de la unión. También sorprende la situación de Plymouth, que pese a haber sido evacuada completamente tras la erupción volcánica de 1995, todavía es la capital de la isla de Montserrat (un territorio británico de ultramar en aguas del Caribe).

El ramillete de límites, ciudades abandonadas y escenarios sorprendentes («El sentido de la vida es cruzar fronteras», según Ryszard Kapuściński), también se detiene en los cuatrifinios, punto geográfico en el que se tocan cuatro regiones distintas —caso de Namibia, Zambia, Zimbabue y Botsuana—; e incluso en las fronteras estatales, sobresaliendo Oceanía, donde apenas 85 metros separan Tasmania de Australia en el diminuto islote de Boundary Islet, situado en el estrecho de Bass.

Ni que decir tiene que España también aparece reflejada en el atlas, concretamente a través de sus plazas de soberanía en Marruecos —desde la isla de Perejil al peñón de Vélez de la Gomera—, y muy especialmente con Llívia, localidad catalana ubicada a 20 km de Andorra, que se halla dentro de territorio francés. Como curiosidad, este hermoso municipio de 1500 habitantes cuenta con la farmacia más antigua de Europa, fundada a principios del siglo XV, y cada año acoge un destacado festival que reúne a los músicos más conocidos de la región de la Cerdaña.