Buscar el conocimiento, saber cómo podemos conocer, hacer las cosas buenas evitando el mal o, sencillamente, echar la culpa de todo a la figura de la deidad, son cosas muy humanas. Somos muy curiosos y desde siempre hemos corrido detrás de la realidad, de lo que la explica, de las preguntas que nos arrastran hasta otras de mayor calado. El ser humano busca y ama la sabiduría. El ser humano es filósofo.
Filosofía en viñetas es un ensayo gráfico que firman Michael F. Patton (catedrático y director del programa de filosofía y religión de la Universidad de Montevallo en Alabama – USA) y Kevin Cannon que, además de escribir el guion junto a Patton, ilustra maravillosamente bien una historia de la filosofía muy breve, muy parcial y tan divertida como necesaria. Porque más de un jovencito se apuntará a esto de la filosofía después de leer este tebeo, porque la vocación divulgativa es patente y no la de construir un libro profundo, clásico y de enorme dificultad.
No obstante, los autores indagan en el territorio de la lógica, la epistemología (percepción y mente), la metafísica (libre albedrío y Dios) y la ética. Para ello, acuden a diversos autores: Sócrates, David Chalmers, Spinoza, Berkeley, Kant, Santo Tomás de Aquino o Aristóteles, entre otros; autores que aportaron auténticos cimientos para el pensamiento del ser humano.
El uso y distribución de las páginas en muy clásico. Se busca más ilustrar con precisión que hacer virguerías con el lápiz. Cannon tiende a la caricatura como recurso expresivo y a situaciones cómicas (peleas entre filósofos y cosas así); el trazo es detallista y evocador al mismo tiempo. Y juega muy bien con las sombras y luces en los distintos lugares que dibuja para adecuar el dibujo a la intensidad de las ideas, a la simplicidad o a la enorme complejidad de algunos personajes. Los tránsitos que se plantean se resuelven con solvencia y con gracia. El libro resulta muy divertido. Porque, además, el texto no es especialmente complicado. Algunas ideas no resultan fáciles porque no lo son en sí mismas, pero, claro, eso es inevitable.