Gonzalo Navarro: «Hay que ceñirse a las normas que impone la iconografía»

Entrevista al proyectista especializado en arte sacro Gonzalo Navarro Ambrojo

28 may 2021 / 12:25 h - Actualizado: 28 may 2021 / 12:33 h.
"Cofradías","Arte"
  • Gonzalo Navarro. / Fotografía cortsía del señor Navarro
    Gonzalo Navarro. / Fotografía cortsía del señor Navarro

El arte y las tradiciones populares son pilares sobre los que se sustentan buena parte de las sociedades. El arte y las tradiciones populares están estrechamente ligadas y se encuentran es constante movimiento. Aunque en el caso de las tradiciones resulta paradójico, esa cercanía que casi les permite confundirse entre ellas, hace que efectivamente el movimiento y la revisión constante se imponga cada día.

Gonzalo Navarro Ambrojo se dedica al diseño de artes decorativas y especialmente, ya que reside en Sevilla y la demanda es muy alta, al diseño de arte sacro. La mayor producción se centra en el bordado, la orfebrería y en la cerámica. Aunque se puede mover en cualquier otro ámbito, Sevilla obliga por su demanda a que esté centrado en el arte sacro.

Gonzalo Navarro es un excelente conversador y domina el territorio en el que desarrolla su actividad profesional. Habla con calma y seguridad. Le pregunto sobre su actividad habitual.

«Me encargo de la fase de proyecto, es decir, cuando se hace una obra de arte decorativa (bordado, pintura mural o orfebrería, por ejemplo) existe una fase previa de diseño del desarrollo del diseño en cuanto a ornamentación, teniendo en cuenta, lógicamente, el arte en el que se va a desarrollar. No es lo mismo dibujar para luego ejecutar en joyería que en bordado. Entonces, me encargo del diseño en toda su extensión, desde los bocetos previos hasta la realización de los dibujos a tamaño natural. Por eso, los que nos dedicamos a esto nos llamamos, más que encargados de diseño, proyectistas ya que el trabajo engloba dirigir la ejecución del taller que lo ejecute. También es cierto que, a veces, esa dirección la asume otra persona y quedamos al margen de la ejecución. No ha y que olvidar que se reciben encargos desde personas particulares a instituciones o hermandades, e incluso de los propios talleres que encargan, a su vez, el diseño a alguien externo. Dependiendo del caso, mi trabajo se puede quedar más a menos reducido. Hay talleres que buscan un diseño y luego que el artista interprete y ejecute. En cualquier caso, suelo intentar estar cerca de la ejecución de una forma u otra, aunque solo sea asesorando para que el resultado final se parezca lo más posible a la idea original que yo manejé en su momento como creador. Al fin y al cabo, soy el autor de la parte intelectual de la pieza y me gusta estar cerca sea como sea».

Gonzalo Navarro: «Hay que ceñirse a las normas que impone la iconografía»

¿Es posible que pase en este ámbito lo que en el cine con un montador? Porque a un montador de películas le dejas el material y puede contar algo completamente distinto a la idea original...

«A mí no me ha pasado mucho. Planteo los proyectos desde la recopilación de ideas hasta la ejecución final y no me sucede. Mis proyectos quedan muy, muy, terminados; con muchas indicaciones y con un dibujo final a tamaño natural de ejecución que deja poco margen a interpretaciones que no sean la planteada. Yo no dejo un esbozo que interpreta el artista ejecutor. Lo dejo terminado para asegurarme eso. Además, he tenido la suerte de trabajar con artistas muy profesionales que han estado en permanente contacto conmigo durante todo el proceso y eso es estupendo».

¿Cómo ha afectado la pandemia a los proyectistas en el ámbito del arte sacro?

«Durante la pandemia, la demanda de trabajo ha sido muy irregular. En este sector, los proyectos son a muy largo plazo y no se ha notado una disminución grande de los encargos. Ni yo ni los talleres con los que trabajo hemos notado grandes cambios. Piensa que no se sabía qué iba a pasar y si existe un proyecto a cinco años se sigue tramitando. Tal vez, si seguimos como ahora, sin duda, tendremos un descenso. Pero en definitiva, hemos podido seguir trabajando».

Gonzalo Navarro: «Hay que ceñirse a las normas que impone la iconografía»

¿Se puede ser hortera vistiendo imágenes?

«En el arte sacro, hay opciones para todos los gustos. Desde las más tradicionales a las más llamativas o innovadoras. Por otra parte, el contexto cofrade de Sevilla no es igual al de Málaga o al de Huelva, y eso también cuenta. La religiosidad popular es algo común que se comparte a lo largo de toda la geografía española y provoca diferencias como es natural. Pero estamos hablando de gustos, de detalles subjetivos. Lo que es seguro es que hay que ceñirse a las normas que impone la iconografía que sirve, precisamente, para diferenciar cada imagen del resto. Es impensable que la innovación vaya más allá de los límites que plantean la tradición, la religiosidad y el contexto cofrade de cada ciudad o pueblo de España. Convertir el arte sacro en parte del abstracto será difícil, pero existe una revisión constante que se mueve despacio en todos los estratos. Lo que hacemos en el siglo XXI poco tiene que ver con la obra del anterior y mucho menos con la del XIX. La evolución es menos notable que el arte en general. La tendencia hacia lo figurativo o lo ornamental es evidente aunque también lo es la evolución».

Gonzalo Navarro: «Hay que ceñirse a las normas que impone la iconografía»

En este momento Gonzalo Navarro Ambrojo se encuentra sumergido en un proyecto más que interesante.

«Sí, trabajo en un nuevo palio que me ha encargado la Hermandad de la Paz de Sevilla. El actual es un palio muy característico que supuso en sus inicios, allá por los años 40, un revulsivo por su estilo, por la morfología, por el concepto que se dibuja en él y que ha tenido repercusión en lugares distintos a Sevilla en los que se ha convertido en motivo de inspiración. Por circunstancias de conservación o de calidad artística, la hermandad se plantea hacer uno nuevo y ello estoy. Comenzamos a trabajar ahora mismo y el diseño llevará un año al menos. Es un proyecto muy ilusionante».