Hazlo tú mismo, sé punk

El punk surgió a finales de los ‘70. Al grito de ‘no future’, miles de jóvenes comenzaron a vestir de una forma muy concreta: agujereando sus camisetas, rompiendo sus pantalones... Su aspecto era sucio y, en principio, no se les perdonó. Son muchos los que siguen sin hacerlo. Aunque algunos diseñadores se han apuntado y son capaces de romper una camiseta para venderla por una cantidad enorme de diero

07 oct 2017 / 08:58 h - Actualizado: 07 oct 2017 / 17:39 h.
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  • El movimiento punk no sólo fue música. A su alrededor se organizó una estética total. / El Correo
    El movimiento punk no sólo fue música. A su alrededor se organizó una estética total. / El Correo

Punk, una palabra de origen inglés sumamente despectiva que significa basura, escoria. Nombrar un movimiento cultural con dicha palabra, lo libera automáticamente de cualquier imposición social. Aunque ya se atisbaba sus orígenes sobre mediados de los ´60, el punk como tal surgió a finales de los ´70 a través de la evolución del rock hacia fórmulas más sencillas y un sonido especialmente fuerte. Se contextualiza dentro de una sociedad anglosajona llena de estereotipos y tabúes y coincidiendo con una crisis económica. Los jóvenes se revelaron, no veían futuro tal y como se presentaban las cosas en aquel momento (el famoso grito punk no future). El punk no fue el primer movimiento que rechazó lo anterior, pero sí el que tuvo una fuerte connotación política. En la música aparecen mensajes con alto contenido social, con afinidad hacia los discursos anarquistas, un mensaje completamente innovador. Los punks son lo opuesto al movimiento hippie, a los que criticaban y acusaban de burgueses y blandos, demasiado conectados a la mística, aunque compartieron con ellos ciertos ideales como la libertad de expresión y creatividad, la tolerancia y ciertas formas de vida alternativas, como las comunas. Sin embargo, los hippies quisieron dar un valor positivo a su discurso, mientras que los punks decidieron ridiculizar lo que les rodeaba.

Pero los mensajes contra culturales y políticos no vinieron sólo a través de la música, también con la moda. Si los hippies sugerían la naturalidad y la libertad a la hora de vestir, los punks se fueron al extremo contrario, la palabra natural se borró del diccionario. Los pantalones campana se volvieron pitillo, skinny, una segunda piel, el cuero, las cazadoras moteras comenzaron a ser seña de identidad. El pelo largo dejó de ser símbolo de rebeldía, los punkis se lo raparon, se lo tiñeron de colores estridentes y se peinaron con crestas cada vez más altas. Los punkis fueron los precursores de algo tan de moda ahora como es customizar su ropa: agujerearon y rompieron sus camisetas, escribían en la tela mensajes políticos y de rechazo al sistema con rotuladores indelebles, llenaron las prendas de imperdibles, pines, tachuelas de cualquier tamaño. Realmente tenían un aspecto sucio y fueron perseguidos por ello, hasta que, poco a poco, el movimiento fue tomando las calles y normalizándose. Las mujeres descubrieron una nueva feminidad en la rudeza, dejando completamente de lado una imagen dulce, fusionaron los vestidos y las minifaldas con prendas que hasta entonces eran meramente masculinas, como las botas militares y no temieron raparse la cabeza. La imagen punk es realmente potente y condensa las tres ideas de su filosofía: Hazlo tú mismo (rompe tu camiseta, pinta tu ropa). Rechaza los dogmas (no hay ropa masculina o femenina en sí). Y rechaza las modas y la sociedad de masas (viste como quieras, compra la ropa en mercadillos, usada, vieja, que incluso no te siente bien).

Curiosa y paradójicamente, la estética punk ha sido la que más ha influido en la moda de las últimas décadas del siglo XX y todos los años del XXI, llegando a estar en museos, recuérdese el sarao glam punk que se montó hace unos años en la Gala MET de Nueva York, debido a una exposición monográfica sobre moda punk con el nombre Punk: Chaos to Couture. Todo comenzó cuando Vivienne Westwood, la gran dama del punk, abrió una tienda de ropa en Londres llamada Let it rock (posteriormente renombrada SEX), grupos como Sex Pistols comenzaron a usar sus diseños en sus actuaciones. Actualmente Vivienne desfila en la Semana de la Moda de Londres, con gran éxito. La estética punk tiene una personalidad muy fuerte y una clara connotación activista, conceptos realmente tentadores en la industria de la moda. Incluso la alta joyería se ha rendido a imperdibles y pinchos, eso sí, realizados en oro y diamantes, sin perder la sofisticación. Diseñadores como Alexander McQueen, Riccardo Tisci para Givenchy o Christophe Decarnin para Balmain han diseñado colecciones con prendas descosidas, rotos... Eso sí, una camiseta rota de firma alcanza la cifra de 2.000 euros y una cazadora, unos 20.000.

¿Dónde quedó entonces el hazlo tú mismo? Quizá el punk sea ahora mismo más una actitud que otra cosa.