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Los personajes de la película son puros estereotipos que sobreviven gracias al humor. / El Correo
«Invasión zombie»: Reírse de los muertos... vivientes
Ya son muchas las películas y las series de televisión llenas de zombies que hemos visto. Y es difícil ser original. Pero siempre queda el recurso de la parodia y de arrastras los territorios comunes hasta los extremos para que todo se rinda ante el cetro del humor
«Invasión zombie» («Cockneys vs Zombies», 2012) es una de esas películas que no pretende ser una obra de arte, es un trabajo honesto realizado por alguien que conoce sus limitaciones y las de lo que hace. La película de Matthias Hoene es muy divertida, muy gamberra, muy superficial, y muy apetecible para pasar un rato entre carcajadas.
Cockneys son los ciudadanos del este de Londres. Hablan muy raro y lo dan todo para defender sus intereses. Son los protagonistas de esta película. «Invasión Zombie» cuenta las peripecias de Andy y Terry Cockney (Harry Treadaway y Rasmus Hardiker, respectivamente) mientras se produce una invasión de muertos vivientes en el este de Londres. Allí tiene la residencia su abuelo (Alan Ford) y en la trama se mezclan robos, posibles desahucios y zombies, para montar una situación casi surrealista en el que el tópico se convierte en un elemento divertido y en pura parodia.
«Invasión zombie» tiene una carga gore más que notable. Los zombies es lo que tienen; por donde pasan dejan sangre, miembros amputados, y casquería monumental. Y los personajes, aunque no progresan y comienzan tal y como acaban, son un grupo de locos estereotipados que nos hacen reír una y otra vez. Un veterano de guerra que está como una cabra, el amigo tontaina, la rubia patosilla aunque de la que todos los chicos quieren ser pareja... Y por otra parte abuelos capaces de todo, otros que son más rápidos que los zombies utilizando el andador, abuelas que coquetean con los jóvenes... Las dos tramas conviven aunque a distancia desde el principio de la cinta y es una de las gracias de esta película. Por cierto, la carrera del abuelo con andador contra un zombie perseguidor no es original de esta película, ya había aparecido en un cortometraje.
«Invasión zombie» es una deliciosa parodia y no se toma muy en serio a sí misma. El surrealismo resulta siempre una herramienta estupenda para provocar el buen humor del espectador. Recuerda mucho a «Zombies Party» y a «Fido», dos referentes convertidos ya en clásicos. Es un trabajo dirigido de una forma algo anodina, algo plana, aunque el resultado final no está nada mal para el que quiere pasar un rato relajado alejándose de los problemas cotidianos. Las interpretaciones son bastante aceptables y destaca el veterano Alan Ford. Bien la fotografía, bien la puesta en escena, y bien peluquería y el maquillaje que en este tipo de películas es fundamental.
«Cockneys vs Zombies» es una opción excelente para pasar un buen rato.
