Rugby y cultura

«Invictus»: Y Nelson Mandela ganó la apuesta

«Invictus», la película dirigida por Clint Eastwood, se ha convertido en un icono para los aficionados al cine y al rugby. Basada en la novela de John Carlin «Playing the enemy» (en España se titula «El factor humano») el guion nos cuenta la importancia del deporte en el mundo global que vivimos. Y es que solo una final de la copa del mundo de fútbol, de baloncesto o de rugby, puede congregar a mil millones de personas frente la pantalla del televisor

27 feb 2020 / 18:45 h - Actualizado: 27 feb 2020 / 19:01 h.
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  • Nelson Mandela felicitando al capitán de los ‘springboks’ tras finalizar la final de la Copa del Mundo de Rugby de 1995. / El Correo
    Nelson Mandela felicitando al capitán de los ‘springboks’ tras finalizar la final de la Copa del Mundo de Rugby de 1995. / El Correo

«Invictus» (2009) es una película dirigida por Clint Eastwood y eso ya dice mucho en su favor. Con su experiencia y su talento, Eastwood es capaz de encontrar petróleo cinematográfico en cualquier desierto narrativo. Eso sí, «Invictus» es una película tan emocionante como repleta de carencias, tan bien contada como vacía de aspectos que en otros trabajos no se perdonarían jamás por los espectadores o por la crítica.

«Invictus»: Y Nelson Mandela ganó la apuesta
Morgan Freeman logra una interpretación excelente. / El Correo

Morgan Freeman encarna a Nelson Mandela y es, lógicamente, el actor principal. Freeman borda su papel. Todo lo hace bien, está contenido, el lenguaje corporal es fantástico. Incluso el acento sudafricano y la cadencia al hablar que caracterizaba a Nelson Mandela lo imita con una solvencia absoluta. Por ello, es conveniente ver la película en versión original. La lección interpretativa es contundente aunque el problema es que el dibujo del personaje se difumina cuando el guionista, Anthony Peckham, se fija exclusivamente en lo bueno de la figura del Mandela, en lo que le hizo enorme. Hubiera sido una maravilla hacerle igual de grande con todas sus miserias intactas rodeándole.

Matt Damon, más discreto que Freeman aunque a una altura interpretativa excelente, encarna a Francois Pienaar, el que era capitán de la selección nacional de rugby sudafricana, la selección que ganó la Copa Mundial de Rugby del año 1995.

«Invictus» es un retrato Mandela, de un equipo de rugby (los springboks), de un deporte que es el rey de todos los deportes y de un país que necesitaba que algo o alguien cerrase una herida por la que se desangraba sin remedio.

«Invictus»: Y Nelson Mandela ganó la apuesta
Matt Damon encarna al capitán de los ‘springboks’. / El Correo

Mandela intuyó que el rugby (la victoria en ese mundial) uniría a los sudafricanos y así fue.

«Invictus» habla, también, del apartheid, de lo que el propio Mandela definió como genocidio moral; de los valores clásicos y poderosos de siempre como forma de supervivencia, de amistad y de compromiso. «Invictus» habla de rugby.

Eastwood logra una dirección sobria y efectiva, centrada en contar lo esencial sin buscar encuadres imposibles o alardes innecesarios. La cámara de Eastwood parece no estar y funcionar con un motor que se nutre de elegancia narrativa. Buena fotografía, un vestuario diseñado de forma exacta, la puesta en escena quirúrgica y un guion que, con todas sus carencias, logra un efecto demoledor por las emociones que despierta entre los espectadores.

No es un documental sobre rugby aunque el realizador sí se detiene en algunos aspectos técnicos y algunos movimientos sobre el campo de juego. Los aficionados al rugby no pueden negar que esa película se ocupa, en serio, del rugby.

Con muy poco (porque el guionista apuesta por lo superfluo) se consigue mucho. Merece la pena echar un vistazo a la película.

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Cartel de la película ‘Invictus’. / El Correo