Joyce DiDonato o el amor por la música

Entre tantos problemas, la música se convierte en válvula de escape para cientos de personas que necesitan un desahogo de vez en cuando. La cultura sigue siendo lo que nos permite seguir avanzando aunque muchos no lo saben

14 ene 2021 / 09:34 h - Actualizado: 14 ene 2021 / 10:20 h.
"Música","Ópera","Música - Aladar","Jazz","Críticas"
  • Joyce DiDonato acompañada por Craig Terry al piano. / Javier del Real
    Joyce DiDonato acompañada por Craig Terry al piano. / Javier del Real

Madrid sigue siendo una ciudad paralizada. Las placas de hielo son enormes, las caídas de hombres, mujeres, niños y ancianos, una constante. La pandemia se muestra terca y avanza sin compasión alguna. Madrid se ha convertido en el arquetipo de todo eso que no permite pensar a las personas atenazadas por la preocupación o el miedo. Y nada parece poder contener la desdicha colectiva.

Decía ayer Joyce DiDonato, sobre el escenario del Teatro Real de Madrid, que a veces le angustia encontrarse con preguntas en este mundo tan difícil y no dar con respuestas de ninguna clase. Y que, por supuesto, el único modo de obtener alguna explicación a las dudas la encuentra en la música, en ese territorio tan extraordinario en el que ella vive a diario. No es extraño que diga algo así puesto que en él mandan las emociones, en esos lugares el dibujo del universo se equilibra desde la mirada única y exclusiva de un artista, alguien que se hizo grande gracias a que fue capaz de descubrir una zona que antes era una enorme sobra y que el aclaró a base de corcheas, redondas, negras y calderones. Esto que dijo tiene mucho que ver con el trabajo que está haciendo el Teatro Real de Madrid desde que comenzó la pandemia. El Teatro Real se ha convertido en ejemplo a seguir en el mundo entero; el Teatro Real es el lugar en el que más empuja la cultura, en el que se proporcionan respuestas y un refugio en medio de este mundo tan hostil.

Por cierto, no me canso de decir que en España hay millones de personas deprimidas y todavía no lo sabemos. Ya son muchos meses, muchos muertos y mucho sufrimiento. Aunque siempre nos quedará la música y tardes tan mágicas como la de ayer.

Joyce DiDonato o el amor por la música
Joyce DiDonato acompañada por Craig Terry al piano. / Javier del Real

Joyce DiDonato es muy querida en Madrid. El público recibió a esta mezzosoprano norteamericana con una ovación larga y cariñosa. Acompañada por Craig Terry al piano, formidable intérprete y arreglista, arrancó con un emocionante «Arianna a Naxos, Hob. XXVIb:2» de Franz Joseph Haydn, llevó en volandas al público hasta el óleo musical de Mahler con una delicadeza exquisita, dejó que disfrutásemos con ímpetu el aria «Morte, col fiero aspetto» de «Marc’Antonio e Cleopatra» de Hasse; y demostró tener un timbre de voz precioso con las arias de Händel y Berlioz de «Giulio Cesare in Egitto» y «Les troyens», respectivamente. La técnica vocal de la mezzosoprano está trabajada y la cantante sabe muy bien dónde colocar la voz en cada momento. Es delicioso escuchar a esta mujer.

Para acabar el recital, Joyce DiDonato se sumergió en el cabaret, en el jazz, en la música más popular. Y lo hizo bien, muy bien. Me quedo con «(In My) Solitude» de Duke Ellington (los arreglos de Terry son estupendos).

No hace falta decir que la mezzosoprano se dejó querer dadas las ovaciones que recibía y que los bises fueron diversos (incluida una pieza interpretada al piano por la propia DiDonato y Terry a cuatro manos)

Más allá de las puertas del Teatro Real se encuentra la realidad. Difícil, sin respuestas que ofrecer. Aunque los buenos conciertos siempre dejan pistas de qué camino es el adecuado para conseguir explicar las cosas.