Me escribís pidiendo títulos de novelas y yo os doy títulos de novelas, aquí van cuatro que yo ya he leído y os están esperando a vosotros.
«Bajo el metal» de Irene Morales. Formato: rústica con solapas. Páginas: 264 La Galera Young. 17,50 €
Novela muy bien estructurada y mejor vendida como Scif o especulativa pero que en realidad se trata de una historia englobada dentro de la temática de romance. Escrita de forma muy correcta, pero en esa narrativa demasiado influenciada por lo audiovisual y que en cierta manera desprecia los recursos propios de la literatura. Gracias a eso consigue un ritmo muy ágil aunque para nada acelerado y contiene un par de giros bastante buenos y alguna escena reseñables.
Logra una inmersión casi inmediata en la ambientación que plantea gracias a los referentes que todos tenemos interiorizados y a lo sencillo del escenario. Los diálogos logran no caer en lo cursi aún cuando son el motor de un argumento en base a un enamoramiento con conspiración de fondo y algo de acción.
Contiene un mensaje humanista, que podría haber estado mejor desarrollado, y aboga por la tolerancia hacia distintas diversidades de todo el complejo entramado que forma la sociedad. La cuidada edición de La Galera acierta para el público young a la que la dirige y también contentará a lectores que busquen una buena historia de ambientación steam neo punk.
He leído en reseñas, sobre todo de público femenino, que es demasiado cruenta y explícita; yo ante eso y tras la lectura, sólo espero que esas jóvenes lectoras no sufran nunca una menorragia fuerte o les dará un patatús.
Primera novela de Irene con más aciertos que fallos.
Tokyo, año 2304, Hotaro e Ichiro se dedican a reparar cualquier cosa en su taller de los bajos fondos. Hasta que un día el jefe de la yakuza les encarga actualizar un androide. La mera existencia de este ser sintético supone un riego para la vida de los dos mecánicos, para la dinastía imperial e incluso para la sociedad del Japón del siglo XXIV.
«Vosotros lo que entráis» de Pedro J. Marín Galiano. Formato: rústica con solapas. Páginas: 300 Ediciones Azimut. 18 €
Leo con gusto la prosa que me recuerda, en dedicación y oficio, a aquellos que nos precedieron y fueron más dignos en el vicio de contar historias. Es bueno encontrarse con un texto escrito como es este y no redactado como es moda. Contiene ubicaciones de escena que se engloban directamente en el naturalismo más clásico, lo que ayuda a generar una atmósfera muy adecuada para la temática de terror que desarrolla. En contra, un formalismo casi forzado y demodé lastra la credibilidad de los diálogos y en cierta manera el ritmo general de una historia inquietante que mezcla elementos detectivescos con el sub género de posesiones demoníacas. Demasiado intelectual en su desarrollo y final para los aficionados a las historias de terror al uso, pero esto la acerca a la realidad y lo hace más inquietante ya que no hay fuegos artificiales ni pirotecnia de pega. El duelo final, sin más armas que los filos de la retórica, es buenísimo.
Mejor forma que fondo para una novela pausada y sin estridencias que agradará sobre todo a lectores de gustos añejos y que servirá a otros para ver cómo se hacían y hacen bien ciertas cosas. Con prólogo de Carlos Sisí.
El padre Martín Escribano sufre una crisis de vocación, aunque no de fe, y decide dejar la orden franciscana durante un tiempo, pero la llamada de su viejo amigo el jesuita Bernardo Aranguren le hará acudir a una casa rural dónde ha sucedido una muerte aparentemente accidental. Las pesquisas del inspector de la policía Abelardo Manresa harán que el sacerdote tenga que plantearse el volver a ser el exorcista que fue.
«Las fuentes perdidas» de Jose Antonio Cotrina. Formato: rústica con solapas. Páginas: 544. Alianza Editorial. 11,50 €
Recuerdo que tuve que piratear esta novela cuando supe de su existencia pues se encontraba descatalogada y aún me duele aquello. Por suerte, ahora los lectores cuentan con esta buena edición de Alianza y no la chapuza con la que me tuve que apañar. Espero que estas líneas sirvan para limpiar mi falta que no me condiciona para escribir lo siguiente: a Cotrina hay que leerlo. Es muy bueno, sólo mejorado cuando escribe al alimón junto a Gabriella Campbell.
Pero «Las fuentes perdidas» las firma sólo él y en ella me centro para decir que es una historia trepidante llena de acción que desprecia cualquier tipo de complejo, idea establecida y protocolo marcado por cualquier género. Aquí hay lugar para armas de calibre militar, filos legendarios, demonios, nigromantes... Es fantasía moderna en su mejor expresión. Todo escrito de tal forma que resulta creíble, fascinante, hermoso y que impide que lo contado quede como un batiburrillo de masturbación friki.
Además apuntala la existencia de un universo personal de autor que va desarrollando en cada nueva obra sin preocuparse de la destrucción del canon y creando uno propio .
Muy buena novela para iniciarse en un autor que no defrauda y cuyas creaciones, en otras latitudes, estarían vendiendo adaptaciones en otros formatos y merchandising del caro.
El juvenil con el que aparece en ciertas catalogaciones (incluso en la de la web del autor) es sólo por rellenar el campo.
Delano Gris es un buscavidas, un mercenario que pone sus habilidades y armas al servicio del mejor postor. Su último encargo es encontrar ‘Las fuentes perdidas’ un lugar dónde todos los deseos se hacen realidad. Junto con un variopinto grupo se embarcará en una búsqueda nada sencilla, y cuyo destino es bastante incierto.
Tabú (Bilogía completa). Noelia Medina. Páginas: 666. Formato: rústica. Autoeditado. 21,99€
Le falta a Medina un pulido de estilo y algunas nociones de técnica y oficio, pero estas taras las suple con lo importante en la literatura que es tener algo que contar. Esta edición la conforman «Tabú» y su continuación «Mi maldita adicción», una historia que casi se podría denominar de descubrimiento vital y paso a la madurez por parte de su protagonistas Nicolle, una joven que arrastra una maleta existencial ajena bastante considerable y que se encuentra con ciertos tipos un poco tóxicos en un momento crucial de su vida.
Es muy explícita a nivel sexual y a esto se le suma el toque escabroso de la minoría de edad de la protagonista y la relación de dependencia que desarrolla respecto a un adicto al sexo que, la verdad, es un sujeto que se me ha antojado bastante cargante.
Recomendable para un público adulto que sepa separar ficción de realidad y que no se escandalice ante ciertas comportamientos y tipos de relaciones.
El ritmo de la trama lo marcan sobre todo los diálogos que contienen cierta filosofía y enseñanzas que contrastan, de forma sorprendente, con escenas descriptivas pornográficas en la mejor acepción del término.
Creo que convencerá a quien guste de este tipo de literatura ‘romántica’ y que puede satisfacer a lectores curiosos.
Nicolle debe trasladarse a París para comenzar una nueva vida. De la mano de su nueva amiga Gala descubrirá los secretos de la cuidad de la luz sin ningún tipo de tabú.
En siete días creo que toca algo de cómic, que se me acumulan las viñetas y tengo algunas de esas que en pocos sitios veréis fuera de «La Cara Oculta».
Besos de carmín, nenas y nenes.