La Cara Oculta - Novela (XI)

Adolescentes perdidos en un páramo radioactivo, historia de fantasmas familiares, detectives que buscan monstruos en Madrid y treintañeras frikis muy descolocadas en lo vital

La Cara Oculta - Novela (XI)

La Cara Oculta - Novela (XI) / So Blonde

So Blonde

Composiciones en prosa de naturaleza narrativa y ficcional con muchas páginas; novela, vamos. Un par de reediciones, algo de chick lit y unos cuentos que merecen salirse del término de recopilación y ser englobados dentro de la definición ya mencionada.

«Súpera eso, nena» de Yolanda Camacho. Páginas: 219. E-book. 1,99€. Selecta Editorial

Soy totalmente consciente que este título no pertenece a un sello independiente, pero también sé por experiencia propia que RHM dedica muy poca atención a las referencias que publica bajo la colección Selecta. Además conocía otras obras de Camacho y me apetecía mucho leer este «Súpera eso, nena».

La novela tiene un problema técnico que es el de dar demasiado por sabido, no hay inmersión, no hay descripción de los personajes ni de los ambientes. Es más, de no ser por la foto de portada, es complicado en un principio ubicarse en época, aspecto de la protagonista y del escenario.

Una vez que el lector se centra y tiene claro la ambientación urbana y contemporánea, va a seguir estando un poco ciego en cuanto a referentes visuales, algo en cierta medida lógico a causa de la primera persona utilizada. Esta elección del narrador protagonista va a ofrecer en cambio un estilo muy ágil, sincero, divertido en su cercanía y falta de pudor o vergüenza a la hora de exponernos su historia.

Esto es lo que se llama chick lit , con sus tópicos de amor, desamor, mejor amigo, líos románticos y cotidianos, pero todo esto lo convierte en una novela costumbrista moderna, fiel reflejo de nuestra realidad más cercana. Es además divertida, muy amena y con algunos toques gamberros y acercamiento al mundillo de los cómics y la música rock que la destaca sobre otros títulos del género.

Su mejor baza, además de la ya citada capacidad para hacer que cualquiera nos sintamos representadas en el argumento, es la protagonista, Verónica, que se hace querer y que acabas por considerar una amiga a la que conoces.

Muy bien articulada con transiciones que incitan a decir aquello de «Un capitulito más» y sobre todo: divertida que es lo que tiene que ser una comedia se le añada el adjetivo de romántica o no.

Luís, el novio de Verónica acaba de romper con la relación que ambos mantenían, sin explicación, sin motivos aparentes, ni señales previas. Verónica investigará los motivos de este abandono que acaba de desbaratar su vida, pero los descubrimientos que hará no le darán precisamente las respuestas que buscaba.

«Asuntos de muertos» de Nieves Mories. Páginas: 287. Rústica. 19,00 €. Ediciones El Transbordador

Nueva edición de este trabajo de Nieves Mories que es mi primer contacto con la autora. Creo, con toda sinceridad, que hay que leerla porque posee un nivel literario muy alto. Su forma es buena, utiliza muy bien recursos y figuras, domina ciertos trucos del oficio que demuestran una intencionalidad de solidez en el escrito; capaz de ser elegante y soez a un tiempo. El ritmo es muy lento, quizás demasiado y capaz de disuadir a un lector impaciente que busque acción sobre estilo, pero es que el argumento precisa de ser desvelado poco a poco. En conjunto, Mories crea una atmósfera malsana fortísima y eso hace que cada página se torne inquietante. Logra que lo habitual se vuelva tan desasosegante que cuando utiliza elementos de terror estos quedan creíbles por completo en el contexto. No hay aquí sobresaltos propios de novela de fantasmas, tampoco horrores cósmicos ni monstruos horribles, no, es todo mucho más profundo más real, casi rozando el tremendismo clásico. Existe el elemento paranormal, por supuesto, pero el motor de la novela es el infierno que se deriva de las relaciones tóxicas, de los propios espectros que genera la mente, del amor destructivo.

Toda la novela tiene aire de confesión, de catarsis, y para eso utiliza una primerísima persona perfectamente construida, plagada de detalles y matices excepcionales. Esto lleva a que en algunos momentos la historia se pierda desbarre en digresiones, pero la estructura en saltos temporales logra encauzar la atención.

Es dura, y no por léxico, tan libre y sonoro como permite la narración intimista, es por lo que cuenta y lo plausible y cercano que resulta lo contado, ya que utiliza la ficción como una metáfora de una cotidianidad espeluznante. Y eso que hablamos de una novela que va de una niña que ve muertos.

No es una novela de evasión, a mí me dejó psicológicamente agotada, inmersa en una biografía ajena desoladora desde los primeros años y páginas. Resulta demasiado creíble y cercana a pensamientos y experiencias que muchas lectoras hemos tenido en distintas etapas de nuestra vida, como para leerlo de forma meramente pasiva.

Victoria es utilizada por su familia como supuesta medium con capacidad para contactar con el alma de difuntos, pero todo se trata de una estafa. ¿Todo?

«El Yermo» de Sergi Llauger. Rústica. 9,95€. Páginas: 624. Dolmen Editorial

Reedición por parte de Dolmen Editorial de este título publicado en origen por Minotauro del grupo Planeta. No sólo han cambiado las portadas, sino que además incluye diversos extras para acrecentar el interés del lector (relato, microrrelatos, ilustraciones, bocetos, mapas y selección musical).

No sé si hacía falta, pero se agradece. La novela en sí merece la pena es, sobre todo, entretenida. Muy bien escrita sin pedir florituras, con algún problema en el desarrollo referido a ciertos pasajes que parecen improvisados en la trama, pero esto es algo que suele suceder en este tipo de historias tan centradas en la supervivencia.

Hay algunos momentos en los que es algo predecible, pero logra ocultar los misterios e interrogantes lo suficiente para continuar la lectura con ritmo muy bueno.

Destaca la ambientación, muy lograda, muy planificada y que parece estar documentada sobre el terreno al comprobar itinerarios y paisajes. Los personajes van a gustar, tanto los protagonistas como los secundarios, los del bando de los antagonistas está menos definidos, pero el joven héroe en su camino iniciático y su desarrollo personal es ejemplar en su evolución hacia la madurez.

Puede que se deslice un poco a la novela juvenil, pero lo cierto es que el sentimiento pesimista, gris, de devastación general que produce la hace más adecuada para un lector adulto.

Como en todos los argumentos apocalípticos al uso, las amenazas ambientales y los enemigos comunes palidecen ante el auténtico reto que suponen los propios humanos y sus motivaciones.

Hay acción, hay aventura, hay monstruos, tipos muy malos y algunos sustos, la búsqueda del legado del padre y una motivación original que es la de la relación fraternal.

Creo que pocos la dejarán a medias aunque puede que el final resulte demasiado abierto y demasiado suavizado respecto al resto del texto.

Adam y su hermano Caleb sobreviven en el Londres postnuclear aislado de otros grupos humanos y asediados por unas extrañas criaturas mutantes. Un día, Caleb desaparece y Adam debe buscarlo en el yermo.

«Las siete vidas de un gato» de Miguel Martín Cruz y Gema del Prado. Marugán. Páginas: 302. Rústica. 14.00 €. Saco de Hueso Ediciones

Joyita casi desconocida y que merece más que una oportunidad. Aunque se anuncia como una recopilación de relatos, lo cierto es que el personaje del detective Solo, los personajes recurrentes, la ambientación y el desarrollo de la acción y de la trama, la convierten en una novela en toda regla a pesar de la ausencia de transiciones narrativas entre capítulos. Pero, vamos, que he visto yo peores nexos entre partes en cosas vendidas como novela pura y dura.

Tras esto hay que decir que no es un libro de relatos que se pueda abrir y comenzar a leer por donde caiga. Sí se puede, pero merece la pena seguir el orden de lectura propuesto porque se va a comprender una historia general, unos referentes y la historia y personalidad de un protagonista muy entrañable. Solo es un estereotipo creado por la mezcla de otros muchos estereotipos, es un investigador de lo sobrenatural en la ciudad de Madrid, con sus toques castizos y sus trucos de cazador de demonios, quimeras y fantasmas.

Tiene algunos aliados que van desde figuras propias de los bajos fondos (algo idealizados o pasados de moda) hasta aquellos que por su profesión (o devoción) comparten intereses con él. Ah, y villanos organizados, claro: La Logia.

Diálogos creíbles, prosa con algunos toques brillantes, hay utilizaciones de elipsis que se carga un cuento entero al obligar a una segunda lectura para saber qué ha pasado entre una escena y otra. Pero lo peor, y para mí lo mejor, es que Martín y del Prado escriben para gente que haya leído mucho y sepa sobre mitología, sobre religión, sobre las primeras versiones de los llamados cuentos populares y que además conozcan tanto la geografía como la historia matritense.

Aquí no hay resúmenes fáciles de historias muy antiguas, ni bestiarios simplificados. Esto lleva a que si desconocen los referentes, los relatos pueden llegar a pasar sin pena ni gloria, pero si te suena algo del animismo y de la magia de los fetiches, por ejemplo , entonces el cuento de Pinocho cambia muy mucho.

Género negro mezclado con terror aventurero, algunos toques de humor y varias relecturas. Cada capítulo viene acompañado de su publicación en origen en diversas antologías y concursos, pero no lo necesita para darle lustre al tomo que merece la pena por sí mismo.

Solo fuma, maldice, bebe café y tiene un gato tatuado que reacciona ante cualquier indicio de actividad preternatural. Y en Madrid el felino casi siempre tiene el tomo erizado.

Os cito el viernes que viene para contaros más cosas en «La Cara Oculta».

Besos de carmín, nenas y nenes.