La comedia de las equivocaciones

La originalidad de las obras de los grandes escritores no está muy clara. Al menos, en algunas ocasiones. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que nos han dejado, como es el caso de Shakespeare, obras enormes que perduran en el tiempo.

02 abr 2016 / 12:08 h - Actualizado: 02 abr 2016 / 15:14 h.
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  • Portada de La comedia de las equivocaciones. / El Correo
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Los intelectuales postmodernos que afirman con gran convencimiento que la intertextualidad ha supuesto la liberación de la literatura gracias a los nuevos avances tecnológicos, harían bien en repasar sus conocimientos de la historia de la literatura. La comedia latina fue la inventora del remake o el versioneado de obras ya existentes, su teatro se basó en comedias griegas cuyo original, en muchos casos, no ha llegado a nuestros días. Plauto se sirvió ampliamente de esta práctica, combinándola con la contaminatio es decir la mezcla de dos o más piezas teatrales, lo que ya en su época le valió amplias críticas de ciertos sectores que criticaban su falta de originalidad creativa y de respeto hacia las obras de las que se servía para elaborar su teatro. Todo ello no le impidió sin embargo gozar de una enorme popularidad y de ser reconocido entonces y en nuestros días como un estupendo autor teatral.

Muchos siglos más tarde, en la Inglaterra del siglo XVI, el joven William Shakespeare empieza su carrera como dramaturgo. Habiendo recibido una sólida formación académica, conocía bien los clásicos y las prácticas teatrales de la comedia de la antigua Roma. De esta manera, para escribir su Comedia de las equivocaciones , que bien podría haber sido la primera pieza que compuso, se dejó inspirar ampliamente por Plauto tanto para el contenido de sus obras como en sus métodos creativos. El argumento de esta comedia de Shakespeare, con el equívoco entre los hermanos gemelos como base de la trama, está claramente basado en Los Menecmos de Plauto (obra basada a su vez en una comedia griega desconocida hoy), pero Shakespeare la amplió introduciendo en ella elementos de otras comedias de Plauto, como Anfitrión. Está claro que los conceptos de originalidad, autoría y plagio todavía no se habían inventado, y que aún careciendo de ordenadores, la libertad creadora del artista tenía en aquella época muchos menos límites que en la actualidad.

Calificación: Muy entretenida.

Tipo de lector: Al alcance de todos los públicos.

Tipo de lectura: Fácil y amena.

Argumento: Las cosas no son lo que parecen.

Personajes: Dos parejas de gemelos provocan toda una serie de equívocos entre sus sufridos conciudadanos.