Nacido en Arenillas de Riopisuerga (Burgos) un 23 de abril de 1947, y ordenado sacerdote en 1973, la trayectoria de Isaac García Guerrero siempre ha estado ligada a la Congregación de los Sagrados Corazones —más conocidos como los Padres Blancos—. Ya con doce años ingresó en su seminario de Miranda de Ebro, llegando a cursar filosofía en San Miguel del Monte y teología en El Escorial. Aunque sin lugar a dudas la ciudad que le ha marcado es Sevilla, donde fue destinado en 1972 para concluir sus estudios y hacerse cargo, un lustro después, del colegio San José SS.CC., ubicado en el barrio de Los Remedios. Allí permanecería diecinueve años como director, dejando un impresionante legado que aún perdura. Y es que al margen de su gran aportación como docente, el padre Isaac fue coordinador de la Pastoral Juvenil, subdirector de la revista cristiana 21, miembro de la Junta Directiva de FERE Andalucía, así como responsable del programa de Canal Sur TV Testigos Hoy.
Antonio Dechent, el decano de los artistas
Pero si hay algo con lo que todos identifican al padre Isaac es con el teatro, al que llegó a sublimar en su faceta aficionada ejerciendo de actor, director y dramaturgo. Licenciado en Filosofía y Letras en la especialidad de Filología Moderna y enamorado de las artes escénicas desde niño, su afición le llevó a iniciar sus actividades dramáticas en Sevilla a partir de 1974. Fue precisamente en ese año cuando, al poco de fundar sus primeros talleres en Los Remedios, conoció al que sería el primer gran actor de su cantera: Antonio Dechent. Estandarte de una generación de artistas de enorme calado, Dechent no sólo interpretaría personajes inolvidables en montajes como Jesucristo Superstar, sino que se encargaría de dirigir a otros alumnos en espectáculos como El Avaro, Omnibus o Los últimos días de soledad de Robinson Crusoe. Corrían los primeros ochenta, y aquella grata experiencia le señalaría el camino para dedicarse a la interpretación. A la par que el proyecto del San José iba sumando adeptos —su mágico Belén Viviente nació por aquellos años y hoy es una referencia a nivel nacional—, Antonio Dechent cursaba estudios en el desaparecido Instituto del Teatro de Sevilla y emprendía el vuelo hasta llegar a convertirse en la figura que es hoy. Su debut en el cine tuvo lugar en 1987, con la película Las dos orillas, en la que coincidió con iconos como José Luis Gómez, Amparo Muñoz y Emilio Gutiérrez Caba. Hoy Dechent acumula más de 80 títulos en su carrera, entre los que destacan Solas, 7 Vírgenes, Alatriste, La voz dormida o la aún inédita Oro. De Don Juan Tenorio a Godspell
Durante la etapa de Isaac García al frente de la Escuela de Teatro San José se montaron en torno a cien obras con más de 950 representaciones, todas ellas en su modesto recinto de la calle Juan Ramón Jiménez. Desde espectáculos con mensaje —El hijo pródigo, En el corazón de lo imposible, Palabras en la arena— hasta comedias —Tres sombreros de copa, Eloísa está debajo de un almendro—, pasando por autores clásicos como Moliére y Shakespeare. y contemporáneos como Juan José Alonso Millán y Fernando Arrabal. Pero si hay dos títulos que destacan dentro de su amplio repertorio, tanto por el número de versiones como de representaciones, esas son Don Juan Tenorio y el musical Godspell. La primera de ellas fue subida a las tablas recién fundada la escuela, en 1986. El propio Isaac García se responsabilizó de la dirección, haciendo las delicias de padres y alumnos, y volviendo a retomarse con gran éxito en años posteriores. Por aquel entonces figuraba en la nómina un tal Manolo Caro, joven entusiasta que, al igual que Antonio Dechent, terminaría dedicándose en cuerpo y alma a la profesión. Hoy sus participaciones en el cine y la televisión se cuentan por decenas, incluyendo papeles en Bajarse al moro —con Juan Echanove, Verónica Forqué y Antonio Banderas—, El Bola, Los fantasmas de Goya o las populares series Sin tetas no hay paraíso y Los Serrano.Por su parte, el célebre musical de los setenta Godspell, basado en textos del evangelio de San Mateo y con canciones míticas como Day by Day, pronto se convirtió en una de las señas de identidad de la prolífica escuela. Junto a Jesucristo Superstar — que llegó a representarse en el Palenque durante la Expo’92— es uno de sus títulos más recurrentes.La quinta de Paz Vega
Aunque María de la Paz Campos Trigo —Paz Vega— hizo sus primeros pinitos como actriz en el colegio de las Hijas de la Caridad de Santa Ana, sus primeros papeles importantes los obtuvo en la cercana escuela de los Padres Blancos. Suya fue la responsabilidad de encarnar a la protagonista de El cianuro, ¿solo o con leche? durante el curso 1992/93. El papel creado ex profeso para la recordada Mari Carmen Prendes —que lo supo bordar a las órdenes de Cayetano Luca de Tena treinta años atrás— descubrió su faceta cómica, confirmándose en La venganza de don Mendo, la obra cumbre de Muñoz Seca. En ese montaje —uno de los hitos de la Escuela San José— la futura actriz internacional hizo pareja con un joven Carlos Álvarez-Ossorio, Premio Max de las Artes Escénicas 2007 y director del Centro Andaluz de Teatro (CAT) desde 2015. Y junto a ellos, otros nombres que hoy son referentes de la cultura, como el artista plástico Chema Rodríguez, el compositor y productor musical Francisco José Cuadrado o el contratenor José Carrión. En ese mismo reparto destacó otro joven actor que, pese a dedicarse años más tarde a la medicina, ha encabezado multitud de producciones en las dos últimos décadas. Nos estamos refiriendo a Fernando Fabiani, actual director de Síndrome Clown, una de las mejores compañías de Andalucía, fundada a su vez por Victor Carretero —otro alumno aventajado del padre Isaac—. Responsable de montajes como La prematura muerte de un viajante, Clownquistadores o la más reciente Una de romanos, Fabiani ha sabido combinar su faceta de director con su amor por la interpretación, y todo ello sin dejar de lado la bata blanca. En los últimos tiempos le hemos visto interpretar con acierto a Poncio Pilatos en el Antiquarium de la Encarnación.Una trianera en Camera Café
Ana Ruiz Domínguez es otra de las figuras surgidas de la factoría de los Padres Blancos. Conocida por su participación en series de televisión como Camera Café, Amar en tiempos revueltosoGran Hotel, sus primeros papeles datan de mediados de los noventa. Aunque llegó a coincidir en sus primeros años con Paz Vega —ambas interpretaron a la Virgen María en el Belén Viviente del colegio—, nunca trabajaron juntas. Tras representar libretos de Luca de Tena, Jardiel Poncela o Alfonso Paso, la joven trianera llamó la atención del respetable por su papel de doña Inés en 1997, tanto que el director de cine Victor Barrera la llamó para interpretarlo en Amar y morir en Sevilla. Su partenaire en esta ocasión fue el actor Antonio Doblas, otro producto de la Escuela San José, que conocía bien el clásico de Zorrilla. Tras su paso por la gran pantalla, a Ana Ruiz le surgiría la posibilidad de trabajar en Canal Sur Televisión, presentando el programa infantil La Banda del Sur, donde su rostro comenzó a hacerse popular. Seguidamente la ficharía Telecinco para liderar Club Disney, y desde entonces no ha dejado de trabajar. Su trayectoria incluye varias incursiones más en el cine y alguna que otra en la pequeña pantalla como presentadora —hace poco presentó El Gran Quéo—, aunque es en el teatro donde ha hecho su carrera más sólida. Este año podemos verla recorriendo la geografía nacional junto a José Luis Gil —el célebre señor Cuesta de Aquí no hay quien viva— con Cyrano de Bergerac. Otro actor que ha seguido los pasos de Antonio Dechent, Paz Vega y la propia Ana Ruiz es el sevillano José María del Castillo, quien curiosamente despuntó a las órdenes de José Luis Losa. El veterano periodista —conocido por su labor en ABC de Sevilla— llegó a ser monitor y director de numerosos espectáculos de la escuela, no dudando de las dotes interpretativas de José María desde un primer momento. Merced a su impulso, hoy podemos ver al actor en musicales de la Gran Vía madrileña, como Mamma Mía, La Bella y la Bestia o Priscilla, reina del desierto..
Una cantera inagotable
Pero la cosa no queda ahí; el legado de Isaac García incluye una buena lista de nombres ligados directa o indirectamente al mundo de las artes escénicas. Como Celia Vioque, a quien últimamente hemos visto junto al gran Roberto Quintana en Una hora en la vida de Stefan Zweig,o en la más reciente El Cíclope y otras rarezas de amor, inspirada en la obra de Julio Cortázar. Su trayectoria incluye trabajos para Producciones Imperdibles, La Tarasca o La Fundición, mientras que en el cine ha participado en cintas de Alberto Rodríguez, Santi Amodeo o Miguel Hermoso. Otro caso similar es el de Mariola Peña, quien tras pisar las tablas del colegio y ampliar su formación en Barcelona llegó a protagonizar el musical de Mecano Hoy no me puedo levantar, para repetir posteriormente con Nacho Cano en su siguiente proyecto, A. Hasta la Academia de Operación Triunfo ha contado con una ex alumna de la Escuela San José. Nos estamos refiriendo a Marietta Calderón, quien se encargó de las coreografías en la segunda y tercera edición del concurso, amén de participar en citas como Eurovisión 2003 o el Festival de Cine de San Sebastián. Y si hablamos de compañías de teatro, la influencia del padre Isaac merece un capítulo aparte. Desde los años noventa hemos visto surgir colectivos como La Madriguera, Cámara Negra, Artágora, Edeteatro, Yo así no actúo, Ascena, Tomateatro, The Accent Group... todos ellos integrados por antiguos miembros de los talleres de los Sagrados Corazones o directamente fundados por estos. Lo mismo ocurre con las instituciones y empresas. Desde Isla Mágica a Epse Clown, pasando por Acciona, el Centro de Artes Escénicas de Sevilla o el Teatro de la Maestranza han tenido la suerte de contar con algún artista o técnico forjado en Los Remedios.
En los últimos tiempos el funcionamiento de la Escuela de Teatro San José SS.CC. ha estado en manos de viejos conocidos del padre Isaac. Es el caso de la profesora Mª del Carmen Ortega o de José Lucas Chaves, exdirector de actividades del ICAS-Ayuntamiento de Sevilla y artífice de la renovación del espectáculo navideño Sucedió en Belén, así como del musical Forever Young, con el que fueron finalistas del XIII Premio Buero Vallejo de Teatro Joven en 2016. Y es que esta bella historia iniciada hace más de cuarenta años parece no tener fin.