«Las gratitudes»: Perder el lenguaje es perder todo lo demás

Excelente relato de Delphine de Vigar. Emotiva, delicada y necesaria

17 mar 2021 / 12:22 h - Actualizado: 17 mar 2021 / 12:29 h.
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  • Delphine de Vigan. / EFE
    Delphine de Vigan. / EFE

Delphine de Vigan (Francia, 1966) es una buena escritora. Es económica al utilizar el lenguaje; es precisa al utilizar la expresividad como herramienta narrativa; es delicada con los personajes y con sus lectores; y una mujer que afronta con decisión los temas que quiere tratar en sus relatos.

«Las gratitudes» (Anagrama, 2021) es el título de su última novela. Con este relato nos acerca a ese proceso tan destructivo y tan demoledor que consiste en perder la capacidad de comunicación.

Michka es una mujer inteligente que siempre trabajó con las palabras; era correctora en una revista. Comienza la novela con Michka sufriendo un principio de afasia que le condena a vivir en una residencia geriátrica puesto que se despista y siente mucho miedo estando en soledad. Cada día que pasa, pierde palabras y, con ello, la posibilidad de vivir. Porque el lenguaje nos hace humanos y su falta hace imposible todo.

De Vigan construye sus personajes con mimo. A los dos narradores (Marie y Jèrôme) desde un discurso propio muy sólido, muy robusto, desde la mirada particular que dibuja a Michka desde esas dos perspectivas distintas. Se alternan las voces para que vayamos conociendo una realidad correosa y difícil de digerir. Eso sí, con una sensibilidad exquisita, con una delicadeza muy de agradecer.

La novela es breve y muy exacta, casi quirúrgica. Ni una frase de más, ni una de menos; nada de ideas o injerencias autorales imperdonables y molestas. Es un monumento al lenguaje y a su importancia. De hecho, arranca la novela haciendo una reflexión (Marie) sobre la cantidad de ocasiones que damos las gracias de forma mecánica e insustancial al cabo del día y la pregunta asalta sin piedad: ¿cuándo sabemos lo que estamos diciendo?

La traducción es exquisita y no era una labor fácil. Pablo Martín Sánchez ha hecho un trabajo magnífico buscando palabras inventadas que significasen lo mismo que las que se utilizan en el original. Y, por si fuera poco, algún poema es casi imposible de traducir sin perder la esencia y lo intenta del mismo modo.

Calificación: Excelente.

Tipo de lectura: Emocionante. Amena. Necesaria.

Tipo de lector: Amantes de la buena literatura y del lenguaje.

¿Dónde puede leerse?: En cualquier lugar aunque si es antes de visitar a una persona mayor, mucho mejor.

«Las gratitudes»: Perder el lenguaje es perder todo lo demás