Las mejores novelas de la Historia (I)

‘Otra vuelta de tuerca’ (’The turn of the screw’) es, sin duda, una de las mejores novelas que se han escrito jamás. Con ella, comenzamos un repaso a las veinticinco mejores novelas de todos los tiempos.

13 nov 2018 / 19:28 h - Actualizado: 14 nov 2018 / 08:59 h.
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  • Henry James. / El Correo
    Henry James. / El Correo

Henry James fue novelista y crítico literario. Nació en Nueva York, el año 1843, y logró hacer una literatura muy moderna para la época; una literatura en la que el personaje se hacía protagonista puesto que la voz narrativa buscaba los laberintos mentales, nunca una acción atractiva o una forma de enfrentar la realidad valerosa o mezquina. El pensamiento, la consciencia o el mapa oculto de las intenciones, pasan a primer plano en la literatura de Henry James.

El narrador llegaba desde la omnisciencia y se postraba ante el cetro de las voces dispuestas a entrar en las consciencias para descubrir lo que era propio del personaje, eliminando filtros, para teñir si fuera necesario su propio discurso con el del personaje.

Otra vuelta de tuerca (The turn of the screw, 1898) es una de las mejores novelas de la Historia. Es una enorme y maravillosa clase de creación literaria desde la primera a la última página. Nos encontramos con un narrador apoyado (más no se puede aprender sobre esta figura), con que los silencios y lo implícito es mucho más importante que lo que se dice de un modo explícito; con una asombrosa capacidad del autor para hacer ver al lector lo que, sencillamente, no está; con unos límites que ponen en entredicho todo el universo; con un proemio que resulta ser una guía de lectura; con personajes dibujados con trazo fino de los que podemos conocer lo esencial... Nos encontramos con una novela monumental.

Las mejores novelas de la Historia (I)

Todavía hay quien cree que Otra vuelta de tuerca habla de fantasmas, de abusos a menores, de amores prohibidos que terminan en muerte y tragedia. Todavía hay quien defiende que se puede hacer una lectura doble del texto de Henry James. Y no, ni es una novela que habla de fantasmas; ni se puede hacer una lectura doble. Sí es cierto que nada es lo que parece en el relato; sí es verdad que el lector puede equivocarse, pero la lectura solo puede ser una y el tema que aborda James, desde el primer momento, es la locura.

En el proemio (según el diccionario es una indicación o señal de que algo va a ocurrir) el autor ya advierte de algo muy importante: unas mujeres aplauden emocionadas porque están a punto de vivir una experiencia excitante alrededor del mundo de las historias de fantasmas. Uno de los personajes no consiente que se lea un manuscrito hasta que esas mujeres no se van. James nos advierte, así, de que estamos ante una historia que poco o nada tiene que ver con los fantasmas.

Una institutriz joven y cegada por el amor, unos niños que tienen una actitud mucho más natural de lo que parece, unos personajes que aparecen aunque no están (¿es la imaginación la que ordena la realidad que se nos presenta?), un tutor que no aparece nunca (¿no es curioso que no aparezcan los vivos y sí los muertos?); una criada analfabeta que da la razón a sus jefes como si fueran tontos... Todo en la novela resulta fascinante, inquietante, tenebroso y absurdo.

Otra vuelta de tuerca se ha adaptado al lenguaje cinematográfico en dos ocasiones: Los otros (2001) de Alejandro Amenabar es una de las adaptaciones; The Innocents (1961) de Jack Clayton la otra. Benjamin Britten compuso una ópera en 1954 que tituló como la novela. Y es que la profundidad hipnótica del texto no deja indemne a nadie.

Maravillosa novela, una lección de escritura y fuente inspiración para todo aquel que aspira a ser escritor o, simplemente, buen lector.