Las mejores películas del siglo XXI (XII)

Las prisiones, las tragedias que crecen allí dentro, la bestialidad y la miseria acumulada entre cuatro paredes de hombres y mujeres sin esperanza alguna, siempre fueron motivo de atención en el cine y en la literatura. En ‘Un profeta’ de Jacques Audiard se unen la cámara gélida y magistral y un guion inmenso y perturbador

30 dic 2018 / 12:30 h - Actualizado: 30 dic 2018 / 19:18 h.
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  • Tahar Rahim logra defender su papel de forma impresionante. Más que interpretar parece replicar a su personaje. / El Correo
    Tahar Rahim logra defender su papel de forma impresionante. Más que interpretar parece replicar a su personaje. / El Correo

Un profeta (Un prophète, 2009) es una excelente película, una cinta que no concede un instante de respiro o de tranquilidad al espectador, una película que ataca directamente a las consciencias y hace daño, sin compasión. El guion, del propio realizador escrito junto a Thomas Bidegain, es demoledor. Indaga en la falta de esperanza del que entra en el círculo del crimen, de la violencia; busca en las almas negras algo de luz que permita sentirse persona incluido al peor individuo; retrata lo que es una prisión y las consecuencias de ingresar. Aunque salgas de allí siempre seguirás estando dentro. Por siempre jamás.

Audiard mueve la cámara sin pausa, sin concesiones a la galería y nos cuenta una historia terrible, perturbadora, demoledora. De violencia, de dolor, de poder, de falta de humanidad. La primera escena ya es brutal, nos coloca en una posición de tensión máxima y no deja de hacerlo hasta el final.

Las mejores películas del siglo XXI (XII)
La vida en la cárcel es el principal vehículo narrativo que utiliza el realizador Jacques Audiard. / El Correo

Del protagonista no sabemos nada, su pasado quedará oculto y solo llegaremos a saber lo que le pasa en la pantalla. Tan solo alcanzamos a intuir que es casi analfabeto, que estuvo en un centro de menores durante sus primeros años y que sus padres siempre estuvieron ausentes. Mezcla el realizador, para contar la historia, una zona muy realista con otra que tiene que ver con los sueños, con el remordimiento, con la culpa. Realidad y sueños; exactamente lo que es la vida misma. Y con el uso de este recurso, el personaje principal Malik El Djebena crece y podemos llegar a entenderle. En el cine, cuanto mayor profundidad psicológica en el personaje, mayor grado de empatía en el espectador. Encarna a Malik un actor llamado Tahar Rahim que logra u trabajo extraordinario. Será difícil que vuelva a conseguir un resultado como este porque el nivel es asombroso.

Cuando Malik llega a la prisión tiene diecinueve años. Está solo y de ello se aprovecha un grupo de presos corsos que obligan al muchacho a sumergirse en la peor de las aguas. A partir de ese momento, la evolución de Malik siempre estará orientada hacia la maldad y violencia sin límites.

Las mejores películas del siglo XXI (XII)
Póster de ‘Un profeta’. / El Correo

La narración es gélida, mantiene una tensión extravagante desde la primera escena hasta la última; los diálogos son certeros, escuetos; el montaje da como resultado un producto a la altura de las mejores películas del cine negro. Recuerda en algunos momentos a la estupenda novela de Edward Bunker La fábrica de animales. Un profeta es una película dura, apasionante, necesaria. Es uno de los mejores trabajos del siglo XXI.