Lecturas para el confinamiento: «El 19 de marzo y el 2 de mayo»

Ya decía Baroja que Galdós conseguía hacer hablar a sus personajes con un registro popular extraído de la calle, sin precedentes. En esta ocasión vemos recrudecidas las luchas políticas que en el anterior capítulo se dibujaban siquiera de un modo impresionista

08 abr 2020 / 09:55 h - Actualizado: 08 abr 2020 / 10:05 h.
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  • Benito Pérez Galdós
    Benito Pérez Galdós

Las fechas que dan título a esta novela se refieren al motín de Aranjuez, por el que se derrocaría a Carlos IV (y con un clamor popular contra Godoy), y a los fusilamientos del 2 de mayo en Madrid, ampliamente documentados en imágenes a partir de los lienzos y grabados de don Francisco de Goya, y con un texto a destacar de Arturo Pérez Reverte, titulado «Un día de cólera», que ambienta este segundo acontecimiento ocurrido en 1808. De esta forma, el hijo regente, gracias a la entrada de una marabunta de mamelucos franceses, llega a su breve período de Reinado por la fuerza.

Gabriel es, sobre todo, protagonista del segundo de los motines, el cual vive desde la total exasperación de sus fuerzas en primera línea de batalla.

Tras la muerte de Juana, Celestino ha conseguido plaza de cura en Aranjuez y allí malvive con Inés; y lo que no llegará a saber este es que Inés realmente no fue su hija, por más que la difunta la quisiese a su lado. Esta tragedia familiar se recrudece no sólo con la llegada funesta de las tropas napoleónicas primero a un sitio y después a otro, sino por la visita a Celestino de dos tíos de Inés, que queriendo hacerse cargo de ella, la pretenden raptar para sí. Son Mauro y Restituta Requejos, dueños de una elegantísima tienda textil situada en la esquina madrileña de la calle Postas con la Sal. Son los Requejos dos lobos con piel de cordero, hipócritas hienas que viven de cara a la galería, que no dudarán en mantener explotada a Inés en su oficio de costurera, sin que esta pueda abrir la boca, ni decir una palabra más alta que otra.

Gabriel, que ya mostró en el anterior capítulo maneras de tunante y pícaro, demostrará en esta ocasión, gracias más a su prudencia que a su arrojo (llegando a poner el otro trabajador Juan de Dios voz a sus propios pensamientos) y más con los silencios y los hechos consumados que con falsas promesas, su amor más puro hacia Inés, y lo hace primero intentando conseguir un cargo público en el departamento de idiomas del Rey, a pesar de que lo suyo no es el latín y aprovechándose de la sapiencia de Celestino, y después luchando a muerte con los invasores.

Lecturas para el confinamiento: «El 19 de marzo y el 2 de mayo»

Aparecen nuevos personajes que muestran a su vez el tono popular de las batallas como son Santuries (viudo con cuatro hijas que termina por entregar sus protestas en Aranjuez a la bebida alcohólica a granel de taberna), Lopito, Lobo (que se las da de enemigo de los Requejo, pero que resulta ser un leguleyo trapisondista), alguna marquesa amiga de Amaranta y clienta habitual de la tienda, ...

Es este uno de los dobles capítulos más conocidos por negro de la Historia de España del XIX. Tras la historia de los Requejos explotadores de mano de obra infantil sin escrúpulos, se vuelve a encontrar a Dickens, quién en sus principales novelas, y producto quizás de su propia biografía, ofrece un gran y considerable por redentor cariño hacia los huérfanos de esta índole y un enorme castigo moral, a quienes se aprovechan de su fragilidad.