Mad Cool 2019, cerrando heridas

Con un número de asistentes inferior al esperado, y una Rosalía como líder absoluta de la noche, Mad Cool abría el miércoles las puertas de su cuarta edición. La llamada «Welcome Party» luchó contra la polémica previa a su celebración y se convirtió en la perfecta cita para iniciar la mejor edición del festival en su corta historia de vida

17 jul 2019 / 21:11 h - Actualizado: 17 jul 2019 / 21:44 h.
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  • Gossip. / Alex Jerez y Noelia Salcedo
    Gossip. / Alex Jerez y Noelia Salcedo

Miércoles 10. Por allí pasaron The Cat Empire, unos aplaudidos Metronomy y un fin de fiesta perfecto junto a Bring Me The Horizon, pero, el protagonismo absoluto se lo llevaron Rosalía y Lykke Li. La primera elevó el festival hasta el mismo cielo con un espectáculo sólido y cargado de momentos brillantes. Bien es cierto que la estrella no quiso arriesgar en su regreso a la capital y no logró disimular esa sensación de pre-fabricado que respiran sus shows últimamente. Un poquito de frescura no habría venido nada mal. Sin embargo, nada ni nadie puede negarle esa grandísima capacidad de seducción que posee y que hace que te quedes hipnotizado viendo cómo crece canción a canción hasta meterse a todo el público en el bolsillo. Al margen del ya habitual repaso a «El mal querer», sus singles con Balvin o James Blake; y su a capella de «Catalina». Nos gustó ver esa breve apuesta por «F*****g Money Man» en la que jugó con los asistentes (mandándoles incluso a callar sin miedo) y el protagonismo que le dio a «Aute Cuture» que se convirtió en uno de los temas más aplaudidos de la noche.

Por otro lado, como hemos dicho, Lykke Li fue la otra atractiva apuesta de la cita. El pasado año la sueca apostaba por dar un giro sonoro a su carrera y ahora la electrónica le ha agarrado de la mano para no soltarla. Entre luces rojas y mucho latex, la estrella hizo un repaso a ese estupendo «so sad so sexy», presentó su reciente «2 AM» junto a Mark Ronson y se atrevió a dejar fuera del setlist el «Late Night Feeling» del mismo. Como mención especial, hay que citar la increíble fuerza que sigue conservando «I Follow Rivers» en directo aun siendo la versión original y no el ya clásico remix de The Magician.

Jueves 11. Tras semejante presentación, las ganas de festival siguieron en aumento y por fin nos colamos en el primer día oficial del festival. Una impactante Ms. Lauryn Hill se subía radiante al escenario tras, eso sí, una poco aplaudida sesión por parte de Dj Reborn previa que les quitó a los fans más de media hora de concierto. Como ya es habitual en la propia estrella, Hill apostó por reivindicar todo lo que su clásico álbum ha supuesto para la industria musical. Pudimos disfrutar en directo de himnos como «Ex-Factor», «Lost Ones» o «Doo Wop (That Thing)». Además, también hubo tiempo para recuperar la mítica versión del «Killing Me Softly With His Song» de The Fugees y generar un coro colectivo entre el público realmente emocionante. Tras ella pudimos ver un Bon Iver que se subía al escenario como modo de calentamiento de su próximo álbum que recuperaba a la vez grandes temas de su carrera que emocionaron al público. Eso sí, también fue el momento de correr hasta el escenario Consequence Of Sound para apostar por el futuro y ver cómo una original y auténtica Amber Mark se defendía a la perfección sobre las tablas. La joven de 25 años era una de las promesas más interesantes que trajo el festival a Madrid.

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Amber Mark. / Alex Jerez y Noelia Salcedo

Ya pasadas las doce de la noche Noel Gallagher nos tenía preparados una recopilación de clásicos de Oasis. Junto a ellos, el mayor peso de su repertorio se lo llevó la promoción de su más reciente «Who Built the Moon?» y una preciosa versión del «All You Need Is Love» que al día siguiente aplaudiría el gran Pucho de Vetusta Morla. Tras Noel, unos enérgicos y potentes Vampire Weekend se convirtieron en lo mejor del día reuniendo éxitos infalibles y saltando sin miedo del nuevísimo «Father Of The Bride» a temas atemporales como «A-Punk» o «Cousins». Una enorme bola del mundo sobrevolaba la cabeza de un Ezra Koening que no perdió la sonrisa en ningún momento transmitiendo una cercanía y sencillez estupenda mientras daba paso al cierre del día. La noche se apagaba y The Chemical Borthers subían el volumen de la cita por última vez con los nuevos temas de «No Geography» por todo lo alto.

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Vetusta Morla. / Alex Jerez y Noelia Salcedo

Viernes 12. La jornada del viernes comenzaba solemne, apuntando directamente a la buena música sobre las tablas del festival madrileño. La estadounidense Sharon Van Etten, de riguroso negro y a plena luz del día, llenó el escenario principal con su dulce y desgarradora voz. El motivo de su visita no era otro que la presentación de su reciente álbum «Remind Me Tomorrow». Sonaron las canciones nuevas, imprescindibles ya, como «Seventeen», «Jupiter 4» o «Comeback Kid», pero también otras joyas de su discografía como «Serpents» o «Every Time the Sun Comes Up».

Tras esta, en el escenario Mondo Sonoro encontramos a una Sophie Hunger casi escondida en la programación. Los que tuvimos la oportunidad de disfrutar de su música asistimos a un espectáculo cercano y vibrante, con las canciones de su nuevo álbum, «Molecules» como telón de fondo. Regresamos al Mad Cool Stage para disfrutar del sonido evocador de The National, quienes presentaba su más reciente «I am easy to Find». La banda de Matt Berninger logró una vez más unificar emociones y públicos, quienes no dudaron en corear temas más veteranos como «Graceless» o «Don’t Swallow the Cap».

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Sophie Hunger. / Alex Jerez y Noelia Salcedo

Y llegado este momento de la noche nos enfrentamos a un solapamiento que nos hace dudar. Por un lado, los veteranos The Smashing Pumpkins, respaldados por su aparatosa (y visual) escenografía. Pero por otro, un joven (pero no por ello principiante) Vince Staples. Apostamos por el hip hop del californiano y no nos defrauda. El rapero apeló a nuestra infancia millenial con referencias visuales a series míticas de todos los tiempos, desde La Tribu de los Brady a Juego de Tronos. El espectáculo contó con la entrega total por parte del público, y eso que a Staples se le esperaba quince minutos más tarde. Vetusta Morla estaban llamados a ser la gran representación patria en Mad Cool 2019 y así lo hicieron. Aunque este detalle lejos de servir de halago para la banda madrileña, le sirvió a Pucho de crítica a fin de reclamar más bandas nacionales en este tipo de festivales. Tampoco faltó la crítica política: «Cerrar Madrid Central es un atentado contra nuestra salud pública». Pero no todo fueron palabras reivindicativas, también hubo espectáculo y al más alto nivel. La banda ha logrado en su década de experiencia optimizar desde la puesta en escena a la solidez musical. Y como prueba más de una docena de temas icónicos e imprescindibles que emocionan y llenan de euforia al público: «Valiente», «Sálvese quien pueda», «Copenhague», «Maldita Dulzura», «Te lo digo a ti»... por mencionar solo unos pocos. Para los que decidieron no reservar fuerzas para la última jornada, la fiesta continuó a cargo de Empire of the Sun en Madrid Te Abraza o Helena Hauff en The Loop.

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Vince Staples. / Alex Jerez y Noelia Salcedo

Sábado 13. Llegamos a la cuarta y última noche de Mad Cool Festival, la noche de The Cure. Había ganas de ver a la banda británica, y se notó en un recinto más lleno de lo habitual y una media de edad muy diversa. Por eso no sorprende que arrancar la jornada con una propuesta madura y contundente como la de Cat Power, pese a su sobriedad, fuese un acierto: muchos fueron los que acompañaron a Chan Marshall a la puesta de largo de su último disco, «Wanderer». En una jornada como esta hay poco tiempo para el descanso y podríamos perdernos el show de Gossip, reunidos (tras su separación en 2012) con motivo del décimo aniversario de su álbum Music For Men. El carisma de su líder Beth Ditto es incalculable, y sus icónicos temas «Standing In The Way of Control» o «Move In The Right Direction» se intercalaban con imitaciones de Robert Smith: «I love cats», no paraba de repetir. Tras algo más de una hora de concierto repleta de temas míticos y un cambio de vestuario, Ditto se quitaba su característica peluca e interpretaba «Heavy Cross», no sin antes regalarnos una última confesión: «En realidad soy Adele».

Y así llegamos al directo más esperado de la noche y, probablemente de la edición, el de The Cure. Robert Smith y su banda aparecían con retraso, pero después se quedaron durante dos horas en las que parecía que no había pasado el tiempo. Nos regalaron temas de siempre, inmortales, con una técnica vocal excelente. Smith se movió por todo el escenario recordándonos por qué es el líder de una de las bandas más icónicas de todos los tiempos, y hasta algún baile se marcó. No saludó, no dijo adiós, pero no fue necesario. Temas como «Lullaby», «Friday I’m in Love» o «Close to Me» hablaron por él. Desde «Plainsong», la primera, hasta «Boys Don’t Cry», al cierre, nos hicieron vibrar como tantas veces lo hemos hecho al oírlas durante décadas. Después vino Robyn, y los ánimos que Smith había dejado arriba, no pararon de subir. Con temas como «Dancing on My Own» o «With Every Heartbeat» desprendió una sensual y vitalizante energía por todo el escenario, recordándonos por qué la sueca es una de las divas electropop más completas del panorama actual. Se acercaba el fin de fiesta, y fue responsabilidad de Olly Alexander y su banda Years & Years dejar el ambiente festivalero en lo más alto. Los británicos no han parado de crecer y con su último disco «Palo Santo» han demostrado ser capaces de hacer perder la cabeza al público. Con una de las escenografías más coloristas y brillantes de toda la edición, Alexander se paseaba, siempre listo para una foto, por todo el escenario. Lo hizo derrochando alegría y seguridad, compaginando éxitos pasados como «King» o «Desire» con otros más nuevos, como «All for You» o «If You’re Over Me».

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Years & Years. / Alex Jerez y Noelia Salcedo

Pero el fin de fiesta finalmente llegó y el público asistente comenzó la retirada, dando fin a una nueva edición del que es ya el festival más grande de la capital española. Tras los incidentes de los últimos años, podemos afirmar que esta ha sido la mejor de sus ediciones, pese a que el público fuese menos numeroso. Sea como fuere, la música ya ha comenzado a sonar y aún queda mucho verano por delante... ¡que no pare!