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miércoles, 27 septiembre 2023

«Me importa mucho llegar a las personas, muy por encima de lucir mis habilidades técnicas»

Diana Pérez Custodio es profesora en el Máster de Patrimonio Musical de la UNIA y compositora residente del Centro para la Difusión Musical del Mediterráneo. Su nuevo proyecto es ‘metAMORfosis’, una ópera de pasarela cien por cien andaluza que aspira a convertirse en una de las sensaciones de la temporada

21 jun 2023 / 15:10 h - Actualizado: 21 jun 2023 / 15:13 h.
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  • Diana Pérez Custodio. / Fotografías cortesía de la señora Pérez Custodio
    Diana Pérez Custodio. / Fotografías cortesía de la señora Pérez Custodio

Decía el cantautor granadino Carlos Cano que a Andalucía, culturalmente, no hay que reivindicarla, «puesto que es algo que existe, y lo que hay que hacer es exponerla, cultivarla y fomentarla a todos los niveles». Y eso es precisamente lo que lleva haciendo, desde que tiene uso de razón, Diana Pérez Custodio, una de las mejores compositoras de nuestra tierra. Nacida en Algeciras en 1970, ha sido profesora en el Conservatorio Superior de Música de Málaga, donde también ha ocupado una cátedra de composición, ha recibido encargos de Radio Clásica, la Junta de Andalucía o el Centro Gallego de Arte Contemporáneo, y ha colaborado con numerosos grupos y solistas como Esperanza Abad, Jean Pierre Dupuy o la Ensemble Neoars. Entre las orquestas que han interpretado su producción sinfónica se encuentran la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, la Sinfónica de Bilbao o la Filarmónica de Málaga, pudiendo escucharse su música en el Festival Internacional des Musiques et Créations Electroniques de Bourges, el Festival Música Viva de Portugal o el Circuito Electrovisiones en Mexico DF. En cuanto a su producción, ha estrenado y publicado una trilogía de óperas experimentales, ‘Taxi’, ‘Fonía’ y ‘Renacimiento’, así como espectáculos de gran formato como ‘12 piedras. Ritual’ o ‘4 ostinati amorosi’. Actualmente es profesora en el Máster de Patrimonio Musical de la UNIA y compositora residente del Centro para la Difusión Musical del Mediterráneo. Estos días, Diana Pérez Custodio se halla inmersa en una producción cien por cien andaluza. Un montaje revolucionario que aspira a convertirse en una de las sensaciones de la temporada y que bajo el título ‘metAMORfosis’ verá la luz en otoño.

¿Cómo llegas a la música? ¿Te viene de familia?

No puedo decir que la dedicación a la música me venga de familia. Ni mis padres ni mis abuelos fueron músicos ni tocaron ningún instrumento de forma aficionada, al menos que yo sepa. El ejemplo más cercano que tuve de pequeña fueron un par de primas que estudiaban piano. Pero sí que creo que mis padres me influyeron muchísimo en mi vocación (muy a pesar de mi padre, que en principio hubiera preferido que me dedicase a casi cualquier otra cosa). Mi madre tiene un oído excelente y una voz preciosa, y desde que nací no paraba de cantarme todo el rato: nanas, coplas, zarzuelas, canciones de moda...; siempre recuerdo mi infancia con la voz de mi madre cantando de fondo mientras hacía cualquier otra cosa por casa. Mi padre por su parte era un gran melómano, y como en mi pueblo, Algeciras, por aquel entonces apenas había ocasión de asistir a conciertos de música clásica, se había formado a través de los vinilos que podía ir comprando; cuando pretendía dormirme en la mecedora, de muy pequeña, agazapada sobre su tripa escuchando, por ejemplo, una misa de Beethoven o una sinfonía de Mozart, el resultado era mi más absoluta atención y los ojos bien abiertos desde el comienzo hasta el final del disco.

¿Cuál es tu proceso creativo al componer?

Pues generalmente todo comienza con una idea extramusical. Me inspira casi cualquier cosa de este mundo, y por supuesto también la música que escucho pero sólo como un estímulo más; no es muy habitual que mi música parta de la inspiración de otra música. Un paisaje, un cuadro, una vivencia, una persona, un poema o la hoja de un árbol atravesada por el sol pueden disparar en mi la necesidad de componer algo. Siempre llevo encima un cuaderno de páginas en blanco (sin pautas, si las necesito ya las dibujo yo) en el que no sólo anoto estas primeras impresiones sino que desarrollo una parte muy grande de mi proceso creativo. Suelo reflexionar e investigar mucho antes de comenzar a escribir o construir música propiamente dicha, escribo muchísimos textos y dibujo esquemas de colores de lo que quiero hacer. A veces incluso utilizo papel milimetrado para elaborar esquemas estructurales mucho más precisos. Es por eso que después la materialización de las obras suele ser muy rápida, porque voy sobre seguro y sé qué quiero y cómo voy a abordarlo.

¿Qué aspectos consideras más importantes a la hora de dar vida a una ópera?

Así, de entrada, tener algo que decir que sólo pueda ser dicho a través de este formato. Una ópera es una creación muy compleja, implica una cantidad de trabajo ingente, y yo soy mucho de ir a lo esencial, a lo imprescindible. Si algo se puede transmitir en dos minutos y con medios sencillos ni se me ocurre convertirlo en una ópera. Pero si se trata de una idea cuyas implicaciones narrativas y visuales requieren de lo escénico y de lo vocal, y de un tiempo no menor de una hora para desenvolverse, entiendo que la ópera sigue siendo después de siglos de experiencia la vía más adecuada para transitar hacia la deseada comunicación con el receptor.

«Me importa mucho llegar a las personas, muy por encima de lucir mis habilidades técnicas»

¿Cómo equilibras la complejidad musical con la comprensión y accesibilidad para el público?

Es un equilibrio bien complicado en general. En mi caso quizás juego con la ventaja de que no me suele atraer la complejidad superficial; como antes he comentado mi tendencia suele ser la contraria, ir a lo esencial. Así que la verdad es que trabajo muchísimo para que las cosas que no son simples lo parezcan y se perciban como tales. Y la experiencia me dice que el público lo agradece. A mí me importa mucho llegar a las personas, muy por encima de lucir mis habilidades técnicas.

En octubre verá la luz ‘metAMORfosis’. ¿Cómo surgió la idea de combinar ópera y moda?

Bueno, la combinación de ópera y moda no es nada novedoso en sí mismo. El vestuario del elenco es un asunto cuidadísimo por lo general, especialmente en el panorama actual en el que la puesta en escena se valora a veces por encima de la propia música. Pero en el caso de ‘metAMORfosis’ los atuendos desempeñan además una misión crucial en el desarrollo del programa narrativo implícito en la obra; de hecho, mi partitura incluye una partitura específica de atuendos que ha de ser interpretada por un diseñador o diseñadora, elaborando su propia versión como un intérprete más. La idea se me ocurrió leyendo una frase de Stella McCartney, “lo que oprime el cuerpo oprime el pensamiento”. Mi ópera consiste en un recorrido por la conjugación del verbo “amar”, desde el condicional simple al presente de indicativo; los personajes son los tiempos verbales que van experimentando los modos verbales como senderos de crecimiento. Es un gran rito de paso que se produce en una pasarela, y la comodidad o incomodidad que producen los vestidos sobre los cuerpos de los cantantes contribuye a colocarlos en diferentes estados. Eso no se había hecho nunca antes, y por eso he considerado adecuado bautizar este género como “ópera de pasarela”.

¿Crees que este género artístico puede ganar popularidad y convertirse en una forma de expresión más común en la industria de la ópera?

Es difícil de saber, pero sí espero que al menos el experimento funcione. Si es así, otros compositores o yo misma seguro que nos animábamos a seguir explorando este nuevo concepto. ¡Ojalá!

¿Eres de las que colaboras con el director de escena y los músicos durante los ensayos para asegurarte de que tu visión artística se transmite adecuadamente, o prefieres concederles libertad?

Depende del caso. En este sentido creo que he llegado a tocar los extremos de ambas opciones. Por ejemplo, en mi primera ópera, ‘Taxi’, realicé la dirección musical y funcioné como ayudante del director de escena que fue Claudio Zulián; supervisé minuciosamente todo. Por el contrario, en mi segunda ópera, ‘Fonía’, con el mismo director, me fue prohibido el acceso a los ensayos...bueno, a mí y a cualquier mujer, pues esa obra trata sobre el amor desde el punto de vista del hombre, y Claudio se tomó sus deberes muy en serio. Ambas opciones produjeron resultados muy satisfactorios para ambos (y espero que para el público), y de ambas podría poner unos cuantos ejemplos más. No me cierro a probar diferentes enfoques de cómo abordar una puesta en escena.

A nivel de producción, ‘metAMORfosis’ ha recibido una ayuda pública, pero también le debe mucho al público. Háblanos de la campaña de crowdfunding que habéis puesto en marcha.

Efectivamente, ‘metAMORfosis’ cuenta con una ayuda de la Junta de Andalucía así como con la coorganización de la Diputación de Málaga y el apoyo de varias instituciones públicas y privadas entre las que de momento se encuentran FIDAH, la UMA, la Caja Blanca y la AAOMA; la Fundación Málaga está pendiente de confirmar su participación en el proyecto. Hay también un par de mecenas que han colaborado generosa y desinteresadamente en la producción ejecutiva. Pero aún así nos faltan todavía fondos que reunir, por lo que hemos decidido recurrir al micromecenazgo, que además nos parece una forma maravillosa de hacer partícipe al público de la experiencia de apoyar al arte de forma proactiva. Muchas personas han contribuido ya y de momento hemos conseguido algo más de la cuarta parte de lo que nos faltaba. Desde aquí hago un llamamiento para que todo aquel que desee colaborar se anime, pues puede hacerlo desde diez euros en adelante y cualquier pequeña aportación va sumando. Entre todos podemos sacar el proyecto adelante.

Tu nuevo proyecto es cien por cien andaluz. ¿Ha sido algo premeditado?

Realmente no, pero me siento muy satisfecha de que así sea. Contamos con un equipo de primerísima calidad y son todos andaluces. De hecho toda la producción del espectáculo, ensayos, confección del vestuario, absolutamente todo se va a desarrollar en Málaga capital, donde desde hace muchos años resido. Para mí es un hito importante, pues ninguna de mis tres óperas anteriores se estrenó en Málaga, ni hasta el momento han sido allí programadas; a decir verdad sólo la primera, ‘Taxi’, se estrenó en Andalucía. ‘Fonía’ se estrenó en Cataluña y la tercera, ‘Renacimiento’, en Galicia. Ya es hora de ser un poco profeta en mi tierra.

¿Qué consejo le darías a compositores jóvenes que deseen adentrarse en el mundo de la ópera?

Que lo hagan sin miedo pero desde un infinito respeto. Que conozcan a fondo el pasado del género, desde ese ‘L’Orfeo’ que Monteverdi nos regaló en 1607 hasta las últimas producciones contemporáneas, para saber desde dónde avanzar y aportar algo nuevo que contribuya a construir un futuro que merezca la pena.


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